Capitulo 1

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Abril del 2013.

Seis meses atrás.

_________.

Llegué a la casa de Zayn, ya que habíamos acordado estudiar juntos. 

Estaba demasiado feliz con él, ya que hace unos tres años atrás mi vida era una increíble mierda. Me faltaba poco para cumplir los dieciséis, pero por el momento tenía quince. Zayn ya los había cumplido, pero eso no importaba. Teníamos suerte de ir al mismo curso, si bien no hace mucho que estábamos juntos, mi vida entera había cambiado: antes era una antisocial que nadie quería, era invisible... y ahora la gente sabe mi nombre y me habla como si me conocieran de toda la vida. Si bien no era lo mejor que podía pedir, me gustaba más. También estaba mejor con mi papá, aunque mucho no hablábamos por su trabajo y porque soy bastante cerrada. Zayn es la única persona a la que me abrí, y la que me dio un lugar para entrar en su vida... nunca había tenido una oportunidad así con nadie.

Para mi sorpresa, cuando llegué, fue su madre la que me abrió. Seguro él estaba durmiendo, o algo así. Subí y abrí la puerta de la habitación, con mis libros en la mano y una gran sonrisa. Pero me decepcioné al verlo con otra en la cama, durmiendo con una ‘amiga’ mía, que conocía más que nadie: Samantha Moore. Mis ojos se llenaron de lágrimas y abrí la puerta con fuerza, haciendo que ambos se despierten desesperados. Cuando Zayn comprendió que es lo que pasaba, abrió sus ojos sorprendido, mientras cada vez sentía mi corazón romperse más y más. Tiré mis apuntes al piso y salí corriendo. Sentí a Zayn detrás de mí.

—_________, espera —me gritó él, tomando mi brazo-

—No me toques —le dije enojada- eres un imbécil. ¡Me engañaste! —le grité enojada, sin que las lágrimas dejen de caer de mis ojos-

—Déjame explicarte —dijo él-

—No, no hace falta —le respondí- terminaste siendo como todos.

Y mientras él mostraba dolor en su mirada, me solté con fuerza y lo empujé, saliendo furiosa por la puerta. Después de haber pasado tanto tiempo confiado en alguien que yo creía diferente a todos y que verdaderamente sentía amor por mí, me termina traicionando. Bueno, todos en algún momento salieron de mi vida, sea por la razón que sea. Pero ahora estaba sola. Como antes. Con mis ojos llenos de lágrimas, corrí a mi casa. Una vez que ya estuve lejos, me detuve a pensar. Necesitaba demasiado a alguien. Me había refugiado en los brazos de Zayn, y mientras tanto, él se refugiaba en otra. Si bien yo era virgen, él todo el tiempo quería estar conmigo de esa manera. Simplemente que yo quería esperar, pero se ve que él necesitaba hacerlo y no lo logró conmigo. Más lágrimas brotaron de mis ojos, necesitaba llegar a mi casa, tirarme a mi cama y dormir. Sin embargo, cortarme no dejaba de ser la única solución a mis problemas, por más que esté mal. Antes de Zayn lo hacía, y ahora que no está, ¿qué sentido tiene no hacerlo? Aunque sea un poco, para desquitar el dolor. Luego podría pararlo. Si pude controlarme una vez, podré otra vez.

Llegué a casa, y evité a papá, que venía a preguntarme qué me pasaba. Le contaré luego, quiero estar sola ahora. Que me perdone pero, en este momento quería irme lejos de todo y volver a mi mundo depresivo. Hace tiempo que no sacaba las navajas del cajón de la mesa de luz, digo, siempre estuvieron ahí, pero desde la llegada de Zayn no las necesité. Y agradezco no haberlas tirado.

Corrí al baño y encendí el grifo de la ducha, para tapar mis sollozos. Puse la navaja en forma vertical, y comencé a trazar rayas bastante profundas sobre mis venas. Había... olvidado lo lindo que se sentía esto. Más lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, los cuales ya estaban hartos de llorar. Tiré la navaja al suelo: ¡no podía volver a hacer esto! Tenía... tenía que detener la sangre. En un impulso, mi muñeca se dirigió hacia el lavamanos, y prendí el grifo con temor. Más lágrimas se desbordaron de mis ojos, y entonces caí en la cuenta de que no quería volver a éste estilo de vida. Busqué un paño de gaza, algo para taparme y me desinfecté como pude con un poco de alcohol, el cual me hacía llorar del dolor. Me tiré al suelo, bajando lentamente por la pared, con mi mirada perdida hacia un costado y mi boca levemente abierta. Estoy mecánicamente viva, ya que mis dedos se mueven y mis ojos parpadean. Sin embargo, siento un profundo vacío.

Una parte de mí sólo quiere acabar con esto.

Presente.

Habían pasado ya seis meses de la infidelidad de Zayn, y yo ya había cumplido mis dieciséis. Bueno, lo recordaba prácticamente todos los días. Porque si bien fui yo la afectada, él era el de la vida social y mintió. Nunca supe exactamente qué le dijo a todos, pero me odiaban. En este momento, caminaba por el pasillo del colegio, el cual era una gran pesadilla para mí. Todos los días era la misma historia: las miradas recriminadoras, las bromas, las risas por lo bajo, los insultos de la gente hacia mí. ¿Lo peor? Se llenaban la boca de puras mierdas que encima eran mentira. No deben de tener ni una puta idea de mi vida, mi historia con Zayn. Y eso era lo más molesto, que juzgaran sin conocer. Y lo más incómodo era pasar cerca de él: mi mirada de odio y su mirada de indiferencia se chocaban con miles de sentimientos y recuerdos, los cuales poco a poco removían mi herida, causándome más daño.

Y con daño me refiero a mis cortes. Hace seis meses lo empecé de nuevo, sin embargo, no tengo una necesidad de parar ni un por qué. A veces la navaja era mi única compañía.

Y de a poco, Zayn me superó como si nunca nada hubiera pasado entre nosotros: estaba con Samantha, con sus amigos y algunos del terciario, haciéndome la vida totalmente imposible. Él había cambiado mi vida, sin embargo, yo no había hecho nada en la suya. Si bien por momentos él parecía una persona buena y dulce, me había dejado y cambiado, encima mintiéndoles a todos sobre mí. Y yo nunca podré perdonarle eso. De todos modos, las miradas penetrantes entre nosotros siguen existiendo: sigue habiendo un bache después de toda nuestra relación. Ya no hemos cruzado palabras luego de que me traicionó, ni pensaba hacerlo tampoco. Yo ya no existo para él, y para mí tendría que ser igual. Pero cada vez las cosas se vuelven más difíciles, y no puedo enfrentarlo totalmente. Lentamente, todo lo que fuimos alguna vez, se desvaneció en el aire y no quedó en nada más que miradas que no decían casi nada, y sus sacadas de mano hacia mí con sus amigos. Sólo eso era nuestra relación actual.

Y así fue, como de a poco, de su ‘princesa’ pasé a ser una ‘desconocida’.

Los Ojos de Mi Princesa- (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora