Capítulo 11

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Tras bajar del taxi y pagar, aviso a mi hermano de que ya he llegado. Llamo al timbre y, segundos despues, me abre la puerta mi madre sonriente. Me abraza con lágrimas en los ojos y yo correspondo su abrazo con fuerza.

—Estás tan mayor, Gin...

—Mamá, solo ha pasado medio año...

—Da igual.

Me mira con los ojos vidriosos, se que me echa de menos. Me mira como si hubiesen pasado años porque aunque solo hayan pasado unos meses desde que vine por última vez, para ella ha sido mucho tiempo sin ver a su niña.

Entramos en casa y en cuestión de segundos tengo encima a mi hermano pequeño.

—Ginger, has venido —dice contento.

—Claro que sí, pequeño —digo dandole un beso en la frente.

Me siento en el sofá del salón y observo todo, prácticamente no ha cambiado nada.

Mi hermano se sienta a mi lado y se apoya en mi brazo mientras ve Bob Esponja en la tele.

Vaya, no sabía que aún lo echaban.

—¿Y Connor y Ben? —pregunto a mi madre al no verlos por ninguna parte.

—Ben trabajando y Connor llegará pronto, estaba con unos amigos —me contesta.

—Ah, vale —digo.

—Steph, es muy tarde ya, deberías ir a la cama —le dice mi madre a mi hermano pequeño.

—Pero, mami, acaba de llegar Ginger y yo quiero estar con ella —dice acurrucandose a mi lado.

—Va, a dormir que mañana cuando te despiertes estaré aquí para ir contigo a donde quieras —le digo cargandolo en brazos.

Lo subo a su cuarto, le abro la cama y se mete dentro. Lo tapo hasta el cuello ya que aunque esté la calefacción puesta, puede coger frío y no quiero que enferme. Le doy su peluche y un beso en la frente, él cierra los ojos y cuando me aseguro de que se haya dormido apago su lamparita y salgo de la habitación.

Bajo al salón donde está mi madre con Connor.

—Hola —lo saludo.

—Joder, si ya has llegado —dice despegando la mirada de su móvil.

Me siento con ellos y mi madre me mira.

—¿Qué tal está Max? —pregunta.

—Está bien, trabaja por las mañanas y por las tardes suele estar en casa. Está conociendo a una chica o están juntos o algo así —digo.

—Lo echo tanto de menos... —dice con los ojos llenos de lágrimas.

—Ey, mamá, solo tienes que dejarlo un tiempo, todo saldrá bien.

—Exacto, ya veras que pronto volveréis a tener la relación de antes —le dice esta vez Connor.

—Eso espero, chicos. Max es una persona brillante y mi primer hijo, no os hacéis una idea de como duele tenerlo lejos y más en momentos difíciles —dice secando una lágrima.

La abrazo y ella me corresponde gustosa. Cuando se calma decidimos cambiar de tema para que se alegre.

—Llevo los regalos para vosotros en la maleta. Mañana cuando Steph despierte os los daré —digo contenta.

—Nosotros te los daremos también —dice mi madre sonriente—. Mañana Ben y yo tenemos una cena de trabajo, supongo que no querréis venir así que os dejaré dinero.

—Yo mañana por la tarde iba a traer a los chicos —dice Connor.

—Nosotros nos iremos después de comer —dice mi madre y a Connor se le pone una sonrisa perversa en el rostro.

—Bueno, yo me voy a ir acostando que estoy cansada. Buenas noches, descansad.

Cojo mis cosas de la entrada y las subo a la que era mi habitación, al llegar me tiro a la cama, cojo un pijama calentito y me lo pongo. Recojo mi pelo en una coleta y tras desmaquillarme y quitarme las lentillas, me voy a dormir.

—Ginger, venga, vamos, despierta—me dice Steph zarandeándome.

—Ya estoy despierta, enano. Dame cinco minutos y bajo con todos.

Él sale de encima de mi y se va corriendo por la puerta, me levabto de la cama y me pongo las gafas. Bajo a la cocina y allí están todos esperándome.

—Buenos días —digo cogiendo una taza y sirviendo café y leche.

—Buenos días —contestan todos.

Me siento en la mesa junto a ellos y empezamos a desayunar. Ben me pregunta por como me va todo y después hablamos de que vamos a hacer hoy. Por la mañana me iré yo con Steph y Connor al centro comercial, mi madre y Ben se quedarán aquí, comeremos juntos y luego ellos se irán, entonces vendrán los amigos de Connor y estaran aquí toda la tarde.

Después de desayunar decidimos dar los regalos.

(...)

—Venga, Connor, aparca —digo rodando los ojos.

Literalmente llevamos como diez minutos dando vueltas por el parking del centro comercial porque a Connor no le gusta ninguno de los sitios que hay ya que son muy pequeños, ahí da el sol o mil excusas más.

—Venga, aparca —dice Stephen desde su sillita.

Al final Connor decide aparcar y bajamos del coche. El pequeño quiere ir a patinar así que decidimos llevarlo. Se cae algunas veces pero se levanta como si nada ocurriese mientras nosotros lo miramos.

(...)

—Ginger, ¿puedes abrir la puerta? —me dice Connor desde el piso de arriba cuando llaman al timbre.

—Voy —contesto levantandome del sofá.

Abro la puerta y me encuentro con dos chicos bastante guapos. Uno de pelo oscuro, tez blanca, ojos oscuros y algunos tatuajes y piercings, el otro lleva la cabeza rapada, un pendiente y tambien tatuajes, sus ojos son verdes o mieles, no sabria decir y su tez también es blanca.

—Joder —dice el rapado escaneandome— Perdona, muñeca, tu eres...

—Ay, chico. Me habías parecido guapo y con rollazo pero lo acabas de cagar...

—Soy Caleb —dice el moreno tras soltar una carcajada—, él es Axel.

Tiene nombre de buenorro.

—Ginger —digo presentándome.

Entramos en casa y veo a Connor en el sofá con Steph.

—Hola, bro —saludan los dos a Connor, este se levanta y los saluda.

Los dos amigos de mi hermanastro saludan al pequeño quien gruñe cuando Caleb lo despeina.

—Cuidado que te muerde —dice Connor de broma.

Nos sentamos todos y me proponen salir de fiesta esta noche cuando vuelvan nuestros padres así que yo acepto. Al cabo de un rato, vuelve a sonar el timbre y esta vez abre mi hermanastro. Al momento aparece él junto a ¿Jace?

¿Qué coño hace él aquí?

The middle of the chaos. [TMC#1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora