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La luz entraba directa rebotando sobre la piel desnuda, su rostro plácido, pronto comenzó a demostrar desagrado ante la voz estruendosa de afuera. Con pesadez posó su palma sobre dé sus ojos tallandólos con total descuido, dió un bostezo y curioso dirigió su vista a la ventana.
—¿Hoseok? —arriscó los ojos ante el sonido latente de afuera. La curiosidad no era en vano, por lo que Jungkook alzó su cuerpo de la cama y con letargo se colocó en el marco de la ventana.
—Hyung ¿ocurre algo? —cuestionó, su voz profunda a penas aturdió al pelirojo.
—Oh Jungkook —Hoseok ofreció una ligera sonrisa, sus mofletes en esta ocasión se tiñeron de un suave rosa, pues al parecer eso de ver al joven vecino sin ropa, tenía pinta de que iba a ser algo de todos los días. Frotó su frente y cerrando los ojos volvió a hablar. —Ayer, ehmm Yoon-nmm ¿no has visto un lindo gatito? —Dijo finalmente después de titubear, una media sonrisa le acompañaba.
Jungkook alzó la vista realizando un pequeño mohín.
¿Un lindo gatito?
—Solo bebimos y platicamos, hyung, ¿a caso ocurrió algo con Yoongi hyung?
El moreno negó y ahora una risa estruendosa se escapaba de sus labios, aunque por dentro su cuerpo temblaba en un manojo de nervios y preocupación, pues su querido amigo no daba rastros de vida.
—No, él está bien.... sí.... Es sólo que mi gato... ésa cosa es la me preocupa, no lo encuentro y he buscado por todas partes normalmente se la pasa en el techo y debajo de ése árbol pero ahora se le dio por simplemente desaparecer.
Soltó más en una queja que en un grito de preocupación, Jungkook con suerte y pudo entender lo que su boca escupió.
—Espere un segundo, deje me visto y le ayudo a buscar, ¿quiere?
Aquél no espero la afirmación del más grande, apenas tomó una playera y pantalón deportivo se los vistió, dando respingos largos bajo las escaleras, antes de abrir la puerta busco entre los cajones su calzado y se los puso. A fuera los rayos del mediodía picaban directo en la piel, a penas unas cuantas nubes grises se dispersaban, el clima estaba caluroso y tal se veía que en cuestión de horas la lluvia caería.
—Hyung, ¿no cree que su bola de pelos regrese sola? —pregunto una vez estando frente a Hoseok, quien con media mueca sobre el rostro se quedó pensando.
—Uhm, sí y no. —Soltó finalmente, Jungkook frunció el entrecejo ante la respuesta, Hoseok al ver el semblante del más alto se apresuró a agregar— Verás, con ésa "bola de pelos" nada es seguro, créeme, lo conozco desde que era un niño y algunas veces no deja de sorprenderme, su mente es un caos —terminó de decir con una suave risa, aquel último comentario parecía más para sí mismo que para Jungkook.
Jeon ajeno a los pensamientos del moreno no hizo más que colocar sus manos sobre los hombros de Hoseok, alentandolo a que marcara paso y así buscar al felino aparentemente perdido.
El tiempo había pasado y no había signos del felino y sin embargo a su alrededor se extendía el extenso terreno, pequeños arbustos y árboles rodeando las propiedades y más adelante los árboles más frondosos se agrupaban comenzando a colindar con el bosque, allí las ramas espesaban dando paso a la falda de la montaña.
—¿Cree que su bola de pelos se haya aventurado al bosque? —Cuestionó el menor mientras pateaba con descuido una piedra con la intención de hacer ruido y ver si algún animal salia de entre las hiervas. Hoseok soltó un suspiro agotado mientras con su antebrazo intentaba parar la gotas de sudor de su frente.
—Espero que no, para empezar es demasiado perezoso, entrar ahí sería como un castigo para él... ¡Tendría que estar loco y de paso yo también porque si no lo encuentro por aquí tendré que buscarlo en el bosque! —Terminó de explicar con tono exasperante y preocupado.
Jeon no se contuvo y sonrió. No se bufaba de la situación, la cual claro, no era más que estresante para el mayor, pero sí reconocía que la actitud de su simpático vecino daba mucho que desear. Podía ver que tipo de persona era por la forma en que se preocupaba por su mascota, o mejor dicho, su amigo.
Afortunada bola de pelos.
—No se preocupe hyung, vamos a encontrarlo. —Dijo mientras se daba un nuevo impulso, sus pies firmes sin duda se abrieron paso. Hoseok sintió la energía desbordar de tan solo ver al animado Jungkook entreverándose entre los arboles del misterioso bosque.
No podía moverse, si lo hacía su cuerpo solo dolería más. Su pelaje estaba tieso a causa de la tierra y la sangre, la cual se acumulaba riesgosa. Intentaba maullar esperando que alguien lo escuchase pero su voz parecía atascaba, incapaz de brotar. Sus ojos llorosos y rojos observaban con furia la maldita trampa. Si salia vivo de esa, el juraba que volvería a ese bosque sólo para deshacerse de todas las jodidas trampas y ponerlas fuera de las casas de quien carajos las hubiese puesto. Claro, si vivía para ello.
Jungkook iba por delante, observando con cautela el suelo y su alrededor, mientras que Hoseoks seguía sin falta cada paso del menor, pues éste mismo le había pedido con fervor que lo siguiese y fuera cuidadoso, pues apenas se adentraron al bosque Jeon fue capaz de advertir las trampas de cazadores.
—No creí que hubiera tantas. —Murmuro con desagrado Hoseok, el menor asintió con el mismo signo de desagrado.
—Será mejor buscar una vara, no podemos dejarlas, si no somos cuidadosos incluso nosotros nos lastimaremos. —El pelirojo asintió y comenzó a tentar las ramas de los arboles, esperando que una diera de sí, por su parte Jungkook miraba por el piso hasta que algo llamó su atención, eran pequeñas huellas de gato impresas en la aún húmeda tierra.
—¡Hyung! ¡La bola de pelos!
—¡Yoon.... mi gato! —Se apresuró a llegar con Jungkook y con el corazón acelerado buscaba por su amigo. —¡¿Dónde está?!
—Sigamos sus huellas, no debe de estar lejos. Solo tenga cuidado. —Contestó con seriedad, pues ver la cantidad de trampas con las que se habían topado no le daba buena pinta.
Los ojos de Yoongi comenzaban a cerrarse, el cansancio, el dolor y perdida de sangre carcomían su pequeño cuerpo. Si tan solo hubiese estado en sus cabales cuando cayo en la trampa, él hubiese sido capaz de transformase en su cuerpo humano y salir de aquella jodida situación, pero las cosas no fueron así. Él había bebido sin parar y la compañía de su nuevo vecino no le ayudo en nada, al contrario. Había despertado algo en él.... algo que lo hizo avergonzarse a tal punto de salir corriendo de su propia casa para refugiarse en un lugar que no conocía.
