El año había pasado lentamente para la joven. De vez en cuando Hades iba a visitarla, tratando de que dejara su orgullo de lado, pero ella no cedía. Cerró sus ojos para dormir después de mucho tiempo y cuando los abrió ni siquiera sabía la hora ni el día. Había una bandeja de comida, era bastante. Tánatos se la había traído por órdenes de Hades. Era comida de afuera. Luego una súcubo llevó a la joven a bañarse, la aseó por completo. Le pusieron una túnica bastante simple y cortaron sus uñas. La dejaron más bella de lo que era y el brillo de su cabello volvió a surgir. El mismo demonio que la había guiado al comedor cuando llegó la llevó a un estudio. Los tonos eran entre negros, morados y rojos. Había un escritorio y un sofá carmesí.
-Te he estado esperando. -dijo él.
-¿Por qué me haz sacado en contra de mi voluntad?
-Deberías controlar tus palabras ante mí, cariño. -La túnica negra que tenía sobre sus hombros cayó al suelo dejando ver sus brazos los cuales estaban muy bien trabajados. Perséfone se sonrojó levemente y se cruzó de piernas mientras veía a Hades pasearse. -No sabía como decírtelo, lo tenía planeado hace bastante, pero cometiste ese error... Sé que odias estar bajo el yugo de tu madre y a tu padre casi le vales un comino, porque ni siquiera le ha preguntado a Helios qué sucede contigo...
-¿Cómo sabes todo...?
-Tengo mis técnicas, querida. Por ahora seguirás acá en el inframundo, pero no te dejaré salir de tu habitación a excepción de que sea por algo de fuerza mayor. Te traerán comida de allá arriba, las ropas aparecerán cada día en tu cama, el baño ya lo conoces.
-Esto es peor que estar en la celda.
Hades se acercó a ella, amenazante. Los ojos azules de él le provocaron miedo, pocas veces aquel dios perdía sus modales, pero ella llegaba a ser un gran dolor de cabeza por lo terca. Pronto le daría el castigo, pero por ahora debía mantener la calma. Él hizo una seña y se llevaron a la joven diosa a la habitación. Tánatos le entregó papeles para que escribiera o dibujara, solo por ocio. La joven pasó un par de días escribiendo lo aburrida que estaba y que extrañaba el jardín.
Unos golpecitos se oyeron en la puerta y una súcubo la guió a otra habitación. Por su mente pasaba la idea de que el inframundo era posiblemente más grande que el Olimpo o la tierra. El lugar era con una intensidad de luz baja, tonos oscuros y lo vio. Esos ojos azules parecían brillar en la oscuridad y él la hizo tomar asiento a su lado, en aquella cama blanca. Por alguna razón sintió frío y su piel se erizó. Él tomó su mano con suavidad y luego acarició sus manos con la yema de sus dedos, dándole una sensación que Perséfone jamás había experimentado en su vida. Se acercó a su cuello y con esos colmillos los mordió con suavidad. La oyó gemir de dolor, cosa que le excitó más.
La tomó y la colocó boca abajo de sus muslos. Deshizo la túnica con solo un movimiento y le dio la primera nalgada. Ella quedó sorprendida con ello, se sentía algo avergonzada. Estaba desnuda al frente de Hades y éste le propinaba golpes en su trasero. No eran tan fuertes, pero si se sentía el ardor. Las mejillas de la menor se encendieron rápidamente y las marcas de las manos en aquellas curvas se notaban de un color rojizo.
-Puedo decir que esto es tu castigo por ir en contra de mis reglas, el ser terca conmigo por un año y faltarme el respeto. Debes aprender... Quizás tu madre no te dio una buena enseñanza.
Los golpes seguían, subiendo la intensidad, pero a esas alturas a la joven ya no le duele o así lo siente, le pierde el miedo a esa mano bella y áspera. Pero de repente deja de sentir esa mano sobre su piel.
-Tu castigo continuará otro día. Vete a tu habitación, sabré si no has ido.
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El Rapto - Perséfone x Hades
FanfictionEn la antigua Grecia se conoce como el Rapto de Perséfone fue quien le dio vida a las 4 estaciones. Algunos dicen que huyó, otros que fue raptada. Pero el amor de Hades por ella es algo bastante misterioso y cuanto tiempo pasó entre las almas.