Primavera

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No había vuelto a saber de Jungkook y por mi salud mental tampoco preguntaba. Mantuve contacto con Tae durante el año, nuestra amistad se fortaleció y nos visitamos un par de veces, Tae vivía en Daegu y a veces debía viajar a Seúl con sus padres por temas de trabajo, así que nos juntábamos a conversar, salíamos de fiesta o simplemente paseábamos por la ciudad, yo consideraba a Tae mi mejor amigo, pues me llevaba mucho mejor con el que con mis amigos de la escuela. Como nuestros padres se conocieron, me dejaron viajar un par de veces con Tae a Daegu y era genial, amaba a Tae, era el mejor amigo que alguien podía pedir.

Tae al igual que yo tenía parientes en Busan, por eso él también se iba en las vacaciones para allá, daba gracias al cielo que nos iríamos en la misma fecha, así tendría a mi amigo cerca, sabía que él no me dejaría solo, sobre todo si en algún momento me llegaba a encontrar con Jungkook, lo cual a mí me daba terror. Cuando me fui de Busan pasé un mes encerrado en mi pieza, lloraba a diario y el dolor no se iba, solo pude componerme cuando volví a clases y mi mente se enfocó en otras cosas, tenía un montón de chicos y chicas detrás mío, yo solo jugaba con ellos, no me arriesgaría a enamorarme nuevamente.

Habían pasado dos semanas desde que había vuelto a Busan, con Tae salíamos a diario o nos visitábamos en nuestras casas, de a poco comenzaron a llegar nuestros amigos y nuestro grupo estaba completo otra vez, a excepción de Jungkook, que por lo que supe tenía un nuevo grupo de amigos, una parte de mi estaba aliviada, pero otra no podía evitar sentir dolor, era tan extraño de explicar, pero a pesar de todo yo aún lo extrañaba. Con Yoongi ya éramos mayores de edad, los menores eran Nayeon y Tzuyu, que tenían 16 años, pero aun así las hacíamos pasar a la disco, pues nos hicimos amigos de los guardias y como no hacíamos destrozos ni llamábamos la atención, nos dejaban entrar sin problema. Un par de veces vi a Jungkook entre la gente, sabía que me miraba, sabía que notaba mi presencia y yo me aprovechaba de la situación, en el último tiempo había adelgazado, mi cara ya no era regordeta, mi cuerpo estaba tonificado y mi ropa se apegaba a mi cuerpo de manera perfecta, sobre todo cuando bailaba con algún chico y el sudor hacía que la ropa se me apegara al cuerpo haciéndome lucir sexy. Conocía a Jungkook, sabía que le daba celos verme con otros, pero a mi poco me importaba comportarme como un adolescente revolucionado por las hormonas, si el chico era lindo y me coqueteaba o si una chica me bailaba provocativamente buscando más, yo se los daba, terminé besando a un montón de desconocidos y no me importaba, me sentía lindo y deseado, no necesitaba nada más en ese momento. Por algún motivo, muchos chicos me pedían mi número para seguir hablando conmigo y al parecer buscando una relación más "seria", pero yo no me arriesgaba a sentir amor, así que usaba una táctica que no fallaba nunca, mostraba cero interés y pronto se aburrían de insistir.

Era la segunda semana de enero, esa noche iríamos a una fogata en la playa, Yoongi tenía más amigos en Busan, así que juntaríamos los dos grupos para compartir juntos. Eran las pasadas las once de la noche cuando llegamos a la playa, el otro grupo ya estaba ahí y tenían la fogata prendida, mientras tocaban canciones acompañados de una guitarra, nos saludamos e inmediatamente un chico llamó mi atención y por lo que vi, yo llamé la de él, pues cada vez que podía fijar su mirada en mi lo hacía. Yo estaba sentado entre Nayeon y Tae, cuando este último se levantó para ir al baño detrás de unas rocas, el chico se levantó y se sentó a mi lado, era el chico más sexy que había visto en mi vida.

- Hola – me regaló una sonrisa encantadora.

- Hola – saludé, correspondiendo su gesto.

- ¿Como te llamas?

- Jimin y tú?

- Jackson... eres de Busan?

- Noup, soy de Seúl.

- Supuse que no eras de acá, pues nunca te había visto.

Jackson aparte de lindo era muy agradable, conversamos por un largo rato de manera muy fluida, parecía que nos conociéramos de años, estábamos de lo mejor conversando y coqueteando cuando a nosotros se sumaron tres chicos más, no podía creer lo que mis ojos veían, maldita sea mi suerte, todas las vacaciones esquivándolo y se viene a aparecer aquí. Era Jungkook junto a otro chico y una chica, él al parecer no había notado mi presencia hasta que comenzó a saludarnos a todos, Tae me miró preocupado, pero yo solo le devolví una mirada tranquila, dándole a entender que todo estaba bien. Cuando llego mi turno de saludarnos él se quedó estático un par de segundos, su mirada denotaba confusión, pero yo como el buen actor en el que me había convertido, reforcé mi armadura de hielo y lo saludé, tan amable y alegremente como al resto, creo que eso lo descolocó un poco, porque parpadeó un par de veces, para luego seguir y saludar a Jackson.

The Gray SummerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora