🔹️🔹️Capítulo 21🔹️🔹️

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La suave luz de amanecer que se filtraba por las blancas cortinas era todo lo que iluminaba la cálida habitación, donde Robin y Regina yacían plácidamente dormidos entre las sedosas sábanas.

Con influencia de la claridad Robin despertó poco a poco, hasta estar dentro de sus cinco sentidos. Cuando su cuerpo estuvo a punto de levantarse es cuando fue consciente de la pequeña figura recostada sobre su pecho. El pequeño cuerpo de Regina estaba completamente recostado sobre el suyo con su cabeza sobre su amplio pecho, una de sus sedosas piernas entre ambas de las suyas.

Él sonrió, era inevitable no enamorarse cada vez más de esa mujer, que incluso dormida instintivamente su pequeño cuerpo buscaba confort en el suyo.

Con una vuelta rápida de sus ojos por la habitación pudo ver el reloj que descansaba sobre la mesita de noche marcando las 5: 30, aún era temprano para despertar y aún más para trabajar, hablando de ese tema hizo nota mental de que deberían discutir con Regina hasta que plazo iría a trabajar, aunque conociendo a esta bella y terca mujer tenía en claro que ella era capaz de ir a trabajar aún estando de parto. Pero por la seguridad de ella y su bebé sería prudente que haga reposo el último trimestre, aunque su terquedad no le permitiría seguir sus consejos siquiera si la tuvieran esposada a una cama.

Una extraña, pero al mismo tiempo familiar sensación de orgullo se instaló en su pecho al pensar en que él era el único merecedor del amor de esta hermosa mujer. Si en algún momento del primer año en que la conoció le hubieran dicho que terminaría de algún modo "Casado" y teniendo un bebé con Regina Mills, sinceramente él les habría creído, y si le dijeran que jamás sería posible, él sería capaz de hacer hasta lo imposible con tal de que el hermoso corazón de esta mujer fuese suyo. Hoy era alguien que orgullosamente podría llamarse suyo, Robin de Locksley Mills, en ese momento él pensó que el agregado no sonaba para nada mal E incluso Regina Locksley Mills suena aún mucho mejor, a pesar de que él tenía más que en claro que esa mujer es suya, la idea poder llamarla su esposa debidamente se instaló en su mente y sabía que a partir de hoy no pararía hasta convertirlo en un hecho.

Inconscientemente aferro cada vez más el cuerpo de Regina al suyo, tan así que casi la despierta. Se sentiría un desgraciado siendo el causante de robarle horas de descanso a Regina y al bebé y aún más sabiendo lo agotada que la dejó anoche, ¡Dios!, las hormonas de Regina serían su muerte. Aún recuerda el embarazo de Marian donde las cosas no eran tan color de rosa como le hubiese gustado, a pesar de haber puesto todo de su parte, ella con cada día e intento de re enamorarla que hacía él aún más se alejaba Marian, hasta que llegó el día en el que lamentablemente la perdió por completo y en su lugar llegó el pequeño Roland. No podía evitar sentirse más dichoso de que Regina y Marian fuesen dos personas completamente diferentes .

Porque no podría soportar la idea de hacerla infeliz y acabar por perderla, eso sería su propia muerte.

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