Es cuestión de mirarlo desde otro ángulo; pertenezco a ti, pero no soy de nadie. Quiero que te quedes, pues me derrumbo sin ti; no sólo de manera sentimental sino carnal.
¡Mi cuerpo dice a gritos tu nombre!
Fue un error haberte dicho "te extraño, quédate", pues no importó en ti en lo absoluto. Vuelve a mirarme como lo hacías, con ésa ternura inexperta que usabas.
Ahora esto es confuso e irónico de las almas caprichosas; nos odiamos, pero, sin embargo, nos necesitamos.
ESTÁS LEYENDO
Lo que el otoño recordó
PoesíaMira dentro de ti, no estás vacío, tienes alma. El horizonte aguarda el instante que le brindarás para hacerlo infinito. Cada que abrazas esa mañana helada, no es soledad lo que ves, es la ausencia de ti que presencias. Esa ausencia que juraste man...