A tus raíces

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Me sucedió algo curioso mientras viajaba de vuelta a casa, y es que, después de clases, cada fin de semana debo esperar el transporte para volver al pueblo.
sin embargo, en el último viaje, caí en cuenta de algo.

Puedes estudiar en las mejores universidades, puedes vestirte de la manera que quieras, escuchar la música que quieras, hablar los idiomas que quieras; pero si fuiste criado en un pueblo...
Por obligación o por voluntad propia, vas a volver.

No importa el estrato que te hallas forjado, de vuelta al pueblo simplemente serás uno más, uno igual a todos los del montón.

Si está entre tus planes viajar entonces hazlo en bus. Te explicaré porqué:

Cuando tienes la oportunidad de viajar en bus, te das cuenta que tras una leve dosis de humildad, gozaras de los viajes más épicos en tan solo 3 o 4 horas de viaje.

Y mejor aún cuando es temporada de fiestas.

¿Para qué los viajes en transporte propio cuando puedes gozar de un viajecito apretujado entre personas que no distinguen de posición social?
No hay nada mejor que estar pendiente durante todo el transcurso del viaje de tener un buen agarre para no irte de jeta durante una frenada.
Nada mejor que viajar con personas que entre su borrachera comparte una cervecita y hasta comida.
Nada mejor que ser consciente de que no somos perfectos, que podemos sudar y oler mal, de que podemos empujar para abrirnos un pequeño espacio entre las decenas de personas que comparten un mínimo lugar.
Y sobre todo, ser conscientes de lo moldeables que podemos llegar a ser cuando se trata de aprovechar hasta el más mínimo campito.

En ti está amargarte el rato y poner cara de culo, o simplemente dejarte contagiar de una carranga muy de tu pueblo.

Puedes llegar a ser partícipe de conversaciones bastante interesantes o simplemente apreciar la belleza de aquellas personas que gozando del privilegio de tener puesto, duermen cómodamente mientras dejan que las babas escurran por la comisura de su boca.
Posiciones interesantes puede adoptar tu cabeza cuando el sueño gana.

Tampoco falta quien por estar durmiendo pase de largo y tenga que caminar de regreso.
O aquellos que en medio de un sacudón del carro al tragarse un huequito, termine encima de otro pasajero.

¡Ay el amor!
Incluso las vías influyen para que encuentres a tu media naranja.

Esa papaya no se da en cualquier lugar, no señor.
Y si estás solo, es porque quieres.

Ya para terminar el viajecito, quien sabe, uno que otro billete encontrarás por ahí suelto.

Teniendo en cuenta todas estas agradables experiencias ¿Por qué no nos visitas?
No hay nada mejor que volver a tus raíces.

Relatos breves para noches de InsomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora