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Milo desapareció durante una hora. Cada vez tenía una sospecha más clara de que aquel hombre no era el ogro que fingía ser y por eso iba a serle muy difícil librarse de ella. Milo se sintió francamente gratificado cuando sus primos aparecieron al final
de la semana.
—¿Qué tal te va con _____Smith? —le preguntó Trevor con una sonrisa.
Aunque las cosas iban mucho mejor de lo que él habría deseado, y aunque _____era extremadamente eficiente, no estaba dispuesto a admitirlo.
—No sé cuánto le pagáis, pero en cualquier caso será mucho para lo poco que hace. Bonzo frunció el. ceño.
—¿No me digas?
—Pues sí te lo digo.
—¿Qué es lo que hace mal exactamente? —le preguntó Trevor .
—No sé ni por donde empezar. Me sirve el café ardiendo como si lo sacara del infierno, cocina pésimamente... Se sintió ligeramente culpable por tan sonoras mentiras, cuando el café que preparaba era delicioso y tal como a él le gustaba, y en cuanto a su cocina, era más que excelente.
Trevor y Bonzo intercambiaron miradas. Luego volvieron los ojos hacia el aparcamiento y notaron que el deportivo de ______ no estaba.
—Esa es otra cosa —aprovechó Milo para decir—. Todavía no ha trabajado aquí durante un día entero. Hoy se ha ido a visitar a una amiga.
—Estoy seguro de que cuando entre en una rutina las cosas irán bien —la defendió Trevor .
—como quieran, es su dinero —dijo Milo —. Pero os estoy avisando: es una inútil. Tengo que despertarla todos lo días a las nueve para que me prepare el desayuno y no deja de ver telenovelas. Apenas si hace nada más en todo el día.
Inmediatamente, sintió que su conciencia le daba una patada. Estaba mintiendo cruel y rastreramente sobre la mujer más eficiente y trabajadora que había conocido. Pero aquel era el único modo de librarse de ella y necesitaba hacerlo. Porque empezaba a gustarle seriamente.
Cuanto más trataba de mortificarla, más paciencia y buen humor le mostraba
______. Y, lo que era peor, empezaba a gustarle conversar con ella. Aquello no iba nada bien. Hacía mucho tiempo que no había experimentado semejante atracción física por nadie y eso lo aterraba.
La desesperación justificaba sus injustas acusaciones, pues sus primos eran la única esperanza que le quedaba de poderse librar de tan mortificante compañía. Aquel modo de actuar no lo enorgullecía, pero se trataba de pura y dura defensa propia, Bonzo miró a Milo de arriba abajo y observó su ropa limpia y planchada.
—Pues tú tienes muy buen aspecto —observó.
—Es porque me lavo a mano la ropa.
—Ya, seguro —dijo Trevor con una mueca—. Lo siento mucho, primito, pero no te creemos. ¡Maldición!
—Bien, hagan lo que quieran, pero luego no digan que no se los advertí. Trevor se rió.
—Sinceramente, no sé por qué no admites que te gusta _____.
—¡No me gusta! —protestó Milo , mintiendo una vez más. ¡Claro que le gustaba! Ese era precisamente el problema y la cosa no iba a mejor, sino a peor.
—Ya. Pues desde mi punto de vista estás protestando más de la cuenta y eso te
delata.
Milo juró y perjuró. Estaba pidiendo desesperadamente ayuda y sus primos no se daban cuenta. ¡No podía ni tan siquiera contar con su familia para que lo salvaran del desastre!
—¿Nos prestas a Frank? —le preguntó Bonzo .
—Sí, claro, llévense a mi perro para que cuide vuestras vacas, mientras me dejan aquí con Smith —dijo en un tono teatral y exagerado.
—Primo, nos partes el corazón —respondió Trevor con soma.
—Sí, yo creo que me voy a poner a llorar de un momento a otro —aseguró Bonzo .
—pero les estoy diciendo que ____ incumple con sus labores y que vosotros sois quienes pagáis su sueldo. Milo silbó y Frank, su perro vaquero, apareció meneando el rabo.
—Es un perro excepcional, puede hacerlo todo, menos abrir y cerrar puertas —aseguró su dueño.
—¿Le has enseñado a aparear vacas y toros también?
—Si pudiera aprender cosas semejantes, lo tendría en la casa limpiando y cocinando, y ganaría con creces a la empleada que me habéis traído. Duff, el vaquero que trabajaba en el rancho desde que Milo era un bebé, el apareció por la puerta.
—¿Necesitáis ayuda, chicos? —les preguntó, desempolvándose el sombrero y la camisa.
—No —dijo Bonzo —. Frank va a hacer todo el trabajo por nosotros, según dice Milo . Trevor y yo nos limitaremos a sentamos y a ver cómo los toros montan a las vacas. Duff sonrió, mostrando una boca totalmente carente de dientes.
—____ha preparado unos sándwiches y ha traído unos refrescos para que puedas comer. Se ha ido a la ciudad por comida. Esa cría no para en todo el día. Trabaja como una fiera. Ayuda incluso a limpiar el establo y a dar de comer a los caballos. Milo parpadeó nerviosamente al ver las miradas de sus primos.
—¿Con que es una vaga y estamos desperdiciando nuestro dinero? —preguntó
Trevor .
—¿Vaga? —protestó Duff—.¿Milo ha dicho eso sobre ella? ¡Esa criatura vino anoche a traerme la cena y me limpió toda la habitación mientras comía! Se me había olvidado que una casa podía relucir tanto y oler tan bien. Incluso me trajo un jarrón con flores silvestres.
Estupendo, su estrategia acababa de quedar totalmente inhabilitada. Pero, ¿cómo se le iba a haber ocurrido que Duff intervendría de aquel modo? Lo peor era que no parecía dispuesto a callarse. Continuó diciendo que _____ era lo mejor que había ocurrido en el rancho desde hacía mucho tiempo, además de ser la mujer más preciosa que había visto en sus sesenta y seis años.
—Siento náuseas —dijo Milo dándose la vuelta—. Será mejor que me vaya a tumbar.
—Será mejor que te quedes exactamente donde estás —le dijo Trevor —. Eres un mentiroso, Manheim .
—¿Es mi imaginación o la nariz le está creciendo? —preguntó Bonzo .
—-Querido Pinocho, creo que te has metido en un lío.
—¡Es un desvergonzado! —dijo Duff—. Su madre y su padre no lo educaron así. Una carcajada colectiva lo siguió hasta la casa. Estaba claro que no iba a tener ayuda. Si quería echar a Smith de allí tendría que hacerlo él solo.
____ sonrió complacida al ver a su amiga Patty Vera encaminarse hacia ella. Habían quedado para comer. Patty no había cambiado en absoluto desde que estaban en la universidad. Seguía siendo una atractiva mujer llena de vitalidad.
—¡Cómo me alego de que hayas podido quedar conmigo hoy! —le dijo a _____ mientras le daba un afectuoso abrazo—. Comer y cotillear, como en los viejos tiempos.
¡Va a ser fantástico!
Mientras se dirigían hacia un restaurante llamado Hoagie, _____ dejó a un lado todas sus frustraciones con milo y decidió relajarse. Necesitaba un poco de diversión.
—Te encantará la comida de este sitio —le aseguró Patty en cuanto llegaron—. Y también te va a gustar Hoofs Roost.
—Definitivamente es muy distinto a Denver —le comentó _____—. Pero me gustan los amplios espacios que hay aquí y estoy disfrutando de la sensación de independencia.
Patty se apartó un mechón de pelo de la cara.
—Seguro que tus hermanos te llaman continuamente para saber cómo estás. — La camarera les trajo dos enormes vasos de agua con hielo.
—La verdad es que están de viaje de negocios, así que he tenido unos cuantos
días de libertad absoluta. Les he escrito para contarles lo de mi trabajo de verano, pero no les he dado demasiados datos. Supongo que esperaran a que regrese a Denver para darme el sermón. Patty dio un sorbo de su vaso y miró a su amiga con curiosidad.
—Bueno y, ¿qué tal con Milo ? _____se encogió de hombros.
—Es un trabajo más.
—Sí, ya, y yo me voy a creer que no has notado lo guapo que es. Es un imán para
las chicas. ¡Es una suerte estar trabajando para un Manheim ! — Patty suspiró—. Me
acuerdo de ellos cuando estaban en el instituto. Yo todavía estaba en primaria, pero me cautivaba verlos jugar al baloncesto, al béisbol, participar en los rodeos. Era increíble verlos en acción.
—Puede que ese sea milo habitualmente, pero ahora mismo no es más que un montón de carne pasiva con muy mala actitud hacia mí —le dijo _____ a su amiga—. No quiere que esté en la casa y no hace sino ofenderme una y otra vez con intención de que me vaya. Y lo peor es que yo le pago con la misma moneda. ¡A veces ni me reconozco a mí misma! Patty se encogió de hombros.
—Seguramente te venga bien sacar esa faceta de ti. Siempre me pareció que te dejabas dominar en exceso por tus hermanos. En cuanto a Milo , es normal que no quiera a ninguna mujer en su casa, después de que cometió el error de casarse con la peor bruja de todo Hoofs Roost. Meg le hizo la vida muy difícil mientras estuvo con él y lo dejó con un amargo sabor de boca cuando se marchó.
—Así que todo es por esa Meg... Patty hizo una mueca.
—Te puedes imaginar el tipo de chica que era, ¿no? Reina del instituto, votada la más popular chica del campus. Todos los chicos iban como tontos detrás de ella. Cuando Milo volvió de la universidad, ella dejó a su prometido y fue como una loba por él. Poco después de que se casaran, mientras él y su primo estaban de rodeos, ella empezó a serle infiel.
—No me extraña que odie a las mujeres —reconoció _____—. Tiene motivos para ello. Esa tal Meg era todo un personaje.
—Y lo normal es que se hubiera dado cuenta del premio que se había llevado, pero carecía de inteligencia. Solo pensaba en seducir. Creo que incluso lo intentó con uno de los primos de Milo —le contó—. Pero, al parecer, Trevor le dejó las cosas muy claras y la puso en su sitio. Trevor tiene fama de ser un mujeriego, pero sabe muy bien dónde están los límites, te lo aseguro, y si alguien te dice lo contrario, no lo creas. ____sonrió.
—¿Te conoces la vida de todo el mundo en esta ciudad?
—Sí —respondió Patty—. Llevo viviendo aquí toda mi vida. Saber de los demás te ayuda a entender la dinámica de la ciudad, cosa muy necesaria cuando se va a dar clases aquí. Además, te evita ofender innecesariamente a alguien. _____ debió parecer ligeramente asustada, porque Patty se inclinó sobre ella y le dio unos golpecitos en el hombro.
—No te preocupes, yo estaré contigo en la escuela ayudándote en lo que necesites.
—Pues seguro que te voy a necesitar —dijo ____ algo temerosa—. La verdad es
que todavía me parece mentira que lo haya dejado todo y me haya venido aquí. Ahora tendré que demostrar que soy capaz de hacer milagros con esos chicos. ¿Y si no lo consigo? Patty se rió.
—No te preocupes, lo harás muy bien. ¿Qué ha pasado con tu confianza?
-Milo se ha encargado de trocearla —murmuró.
-Bueno, demostrará ser un idiota si no aprecia lo que le ha tocado contigo.
—Quizás debas decírselo tú, porque no me parece que él sólito vaya a darse cuenta. La camarera las interrumpió en aquel momento, tomó nota de lo que iban a comer y se marchó.
—¿Qué le pasa a Milo ? —le preguntó Patty. ____ no quería realmente hablar de aquello, pero necesitaba desahogarse.
—Para empezar, está decidido a odiarme. Le pone furioso mi sola presencia, no quiere comer en la misma habitación en la que yo estoy, me trata con desprecio y jamás dice «gracias» o «por favor». Patty la miró fijamente y asintió.
—Ya...
—¿Qué quieres decir con ese ambiguo «ya»? —preguntó _____ no sin cierta frustración. Patty sonrió.
—Yo creo que una chica lista como tú debería haberse dado cuenta de qué es lo
que pasa entre Milo y tú. -
—Pues no debo de ser tan lista porque no lo sé. Supongo que por causa de esa Meg desconfía de todas las mujeres del mundo y yo tengo la ridícula obsesión de tratar de demostrarle que no tiene por qué.
—No soy psiquiatra, pero me da la sensación de que le resultas extremadamente atractiva y de que está tratando de mantenerse a distancia.
—No lo creo —dijo _____—. No me quiere cerca por mucho que haga para ganarme su amistad y su confianza. Patty alzó las cejas.
—¿Y por qué necesitas tanto ganarte su amistad y su confianza?
_____ agradeció tácitamente a la camarera que apareciera en aquel instante con la comida, pues eso le daba tiempo para recapacitar sobre su respuesta.
—¿Y bien? —insistió Patty, ____ sabía que su amiga no iba a dejar el tema. Era terca como una mula.
—Eres una pesada —le dijo.
—No, no lo soy —respondió—. Pero sí soy tu mejor amiga, y me siento responsable por haberte convencido de que te vinieras a enseñar aquí y de haberles dicho a Trevor y a Bonzo que tenía la persona perfecta para cuidar de Milo temporalmente. Así que necesito saber qué te pasa. Sientes algo por Milo , ¿verdad?
—¿Qué dices? —su voz sonó poco creíble—. ¡Si acabo de llegar, como quien dice!
—¿Y?
—Voy a empezar un nuevo trabajo...
—Ya...
—Yo no quiero una nueva relación, y menos aún con el señor «Gruñón».
—No, claro que no —dijo su amiga en tono lacónico.
—Come y calla, Patty —murmuró _____.
—De acuerdo, de acuerdo...
Se hizo un silencio tenso que no duró mucho. Pronto _____ sonrió a su amiga y
esta le devolvió la sonrisa.
Aunque Milo Manheim la estuviera volviendo loca no podía permitir que afectara al resto de su vida. Pero, después de aquella conversación no tenía más remedio que reconocer que aquel hombre había despertado algo muy fuerte en ella.
Tras la comida, Patty le dio a _____ un paseo por la ciudad y le presentó a un
montón de gente. Finalmente, se encaminaron hacia la plaza, donde se compraron unos helados y se sentaron en un banco. Harry, el novio de Patty pasó por allí y estuvieron unos minutos hablando antes de que siguiera su camino.
Aquella tarde fue exactamente lo que _____ necesitaba para revitalizar su espíritu y acaparar fuerzas antes de regresar al rancho a enfrentarse con el malhumorado de Milo .

Un hombre Solitario (Milo & tu) Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora