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PODRÍAS haber puesto un anuncio en todas las revistas para que todo Hoofs Roost supiera lo que ha ocurrido entre nosotros —le dijo Milo a ____ al llegar al aparcamiento—. Cuando mis primos se enteran de una noticia así, corre como llama en
pólvora.
—Tendremos que enfrentamos a lo que haya de venir —respondió ella—. La realidad es que me gustas y creo que yo también te gusto a ti, aunque tu miedo a las mujeres te impida admitirlo —al ver que no la contradecía, continuó diciendo—Creo, además, que ha llegado el momento de que acabemos este estúpido juego. Al menos yo voy a empezar a comportarme como una adulta sensata. Y ahora siéntate en el asiento. Su tono era suave y disciplinario al mismo tiempo, como el que usaba con sus
alumnos.
—Sí, señora —respondió él—. ¿Te he dicho lo sexy que estás con ese vestido azul?
—Me alegro de que lo hayas notado —respondió ella.
—Tendría que estar completamente ciego para no darme cuenta —le dijo Milo mientras trataba de meter su pierna lesionada en el deportivo. Después de varios
intentos se dio por vencido y decidió sacar la pierna por la ventanilla.
—Me alegro de saberlo. También me gustaría que supieras que, cuando los tres primos entraron en el bar, todas las mujeres se volvieron a miraros. Fue una aparición impresionante.
—¿De verdad? No me di cuenta. Estaba demasiado ocupado vigilando a ese Louis y a todos los demás impresentables que te miraban con deseo.
_____se volvió hacia él y le costó mantener el gesto serio viéndolo con media pierna asomada fuera del coche.
—Quiero pedirte un favor, Milo .
—Si incluye cadenas y látigos además de sirope de chocolate y nata, la respuesta es no. Ya he sufrido bastantes burlas durante el último mes, como para pedir más. La sonrisa burlona que había en sus labios incitó a ______ a seguir con el mismo
tono.
—Lo tendré en cuenta. Pero lo que te quiero pedir es que dejes de evitarme, porque necesitas descansar para que tu pierna se recupere. Tampoco quiero que sientas un ataque de pánico porque diga que voy a salir . Solo quiero que seas mi esclavo de amor y prometo no pedir nada más. Acababa de establecer la regla de juego de la relación que quería tener con Milo .
—Así que piensas usarme como juguete sexual sin que corra el riesgo de que me robes la camioneta, la casa, el perro y el caballo. ¿Es ese un buen resumen? Ella asintió.
—También te puedo asegurar que no voy detrás de tu dinero. Él fingió un gesto pensativo.
—Ya. Así que solo te interesa mi cuerpo.
______ dio marcha atrás.
—Exacto. Me pones cardiaca, Manheim, y eso me ha convertido en una perversa que solo está interesada en usarte para satisfacer eróticos y pecaminosos deseos de carne
—Estupendo. Entonces vayamos a casa y déjame que te enseñe una serie de cosas que no tuve tiempo de mostrarte la primera vez. ______ pisó el freno en mitad del aparcamiento y lo miró fijamente.
—¿Ha sido por eso que me has estado evitando?
Él apartó los ojos y asintió. ______ sintió deseos de abrazarlo por ser tan dulce. Era más considerado de lo que jamás habría sido capaz de admitir, y había estado preocupado porque no sabía si la había satisfecho. Su propósito era compensarla por aquello y poder mostrarle lo que el sexo podía llegar a ser.
—Solo una última pregunta, Manheim .
—Adelante.
—Tus clases prácticas sobre sexualidad, ¿van a ser muy caras? Porque tenía intenciones de ahorrar para comprar la vieja mansión Draper.
Él soltó una sonora carcajada que llenó todo, incluso el corazón de _____. Al fin habían llegado a comprenderse, porque él había entendido que ella no iba a pedirle más
de lo que podía darle en aquel momento. Prefería tener a Milo ocasionalmente antes
que perderlo para siempre. Amándolo como lo amaba, estaba dispuesta a sacarle el
mayor partido posible al tiempo que pasaran juntos.
Zayn mandó a _____ a la cocina a buscar una botella de vino y unas copas, mientras él preparaba el escenario para una noche de amor lento y seducción suave en su dormitorio. Había decidido, además, no luchar contra lo que sentía por ella. Bajaría la guardia y se dejaría llevar. Trasladó las velas que había en el salón y las colocó cuidadosa y estratégicamente. Acababa de encender la última cuando ella regresó.
—Pensé que no te gustaban las velas aromáticas —murmuró _____ mientras
observaba las sombras de Milo que el fuego proyectaba por todas partes.
—He cambiado de opinión respecto a muchas cosas últimamente —respondió él.
—¿Qué tipo de cosas?
Él tomó la botella de sus manos, la abrió y llenó las copas.
—Por ejemplo, sobre dejar las cortinas abiertas, sobre las mujeres.
—Interesante —murmuró ella—. Has preparado un escenario perfecto para la seducción. ¿Funciona?
—No lo sé. Es la primera vez en seis años que una mujer entra en mi dormitorio. Tú me dirás si funciona o no. Él atrapó sus labios como si de un dulce manjar se tratara.
—No te voy a poder contestar a eso. Me quedé prendada de ti nada más entrar en esta casa la primera vez, así que, cualquier cosa que hagas para conquistarme es inútil, porque ya me tienes conquistada.
—¿De verdad?
—De verdad —ella sonrió provocativamente y le rodeó el cuello con sus brazos—.
Pero aquel día estabas demasiado ocupado echando pestes sobre mí como para darte
cuenta. Por cierto, si sigues mirándome de ese modo esta vez voy a ser yo la que haga
que todo esto acabe demasiado pronto. Así que empieza con la clase antes de que sea
demasiado tarde.
_______ deslizó suavemente la mano por su bajo vientre hasta encontrarse con su
virilidad enardecida. Milo gimió y se preguntó quién iba a enseñar a quien. Aquella
mujer era una seductora nata.
—Lección número uno —le murmuró suavemente—. Permítele al hombre que te desnude lentamente, porque la paulatina visión de un cuerpo femenino es como un
afrodisíaco.
—Lo tendré en cuenta —respondió ella . Con las manos temblorosas deslizó los tirantes del vestido hasta dejar sus hombros al descubierto. El aroma de su perfume lo estaba volviendo loco. Pero, decidido a continuar con aquella lenta y tortuosa seducción, se centró en desabrocharle el sujetador.
—Vas toda perfectamente conjuntada —dijo él insinuante, mientras sentía que el
corazón le latía con fuerza.
—Me gusta pensar que tengo buen gusto.
—Vamos a comprobarlo —deslizó la lengua sobre el montículo de uno de sus senos—. Un gusto exquisito —fue quitándole lentamente el vestido ajustado, hasta dejar al descubierto toda su ropa interior—. El único modo de mejorar tu estado actual sería desnudándote del todo.
—Tomaré nota —dijo ella—. Pero, ¿no crees tú que tienes demasiada ropa puesta?
—:Nos ocuparemos de eso en un minuto — Milo  la tumbó suavemente sobre la cama.
Tendida lánguidamente sobre la almohada estaba más hermosa que nunca. Milo tragó saliva y maldijo aquel tormento. «Lento y pausado», se dijo mientras se desabrochaba la camisa.
—¿No debería ser yo la que hiciera eso? —le preguntó ella. Milo se quitó lentamente la camisa.
—Eso depende de la técnica que a ti te funcione mejor.
Luego bajó la mano hasta la cremallera del pantalón. Ella lo siguió con la mirada.
—La verdad es que nunca he visto a ningún bailarín de streap tease masculino, pero seguro que no es ni sombra de lo que tú eres.
Su mirada lo recorrió de arriba abajo intensificando el deseo de Milo. No
habían tenido tiempo de observarse la primera vez, solo de tocarse. ______estaba aprovechando la oportunidad que le brindaba. Milo se inclinó sobre ella y la besó, mientras ella acariciaba su torso. Excitado por su tacto, se dio cuenta de que podía llegar a hacerse adicto a aquellas caricias. Ella parecía ansiosa por explorar cada rincón de su cuerpo. Se acurrucó junto a él y, durante unos segundos, solo disfrutaron de estar abrazados y juntos. Milo se maravillaba de lo bien que se acoplaban sus cuerpos y cuánto placer le procuraba estar con ella.
______ despertaba algo intenso y profundo dentro de él. Quería probar todos los
posibles placeres con ella. Aquella iba a ser una noche de descubrimiento mutuo, de
íntimo placer.
Milo cubrió sus senos con las manos y luego descendió la cabeza, hasta atrapar uno de sus pezones entre los labios. _____, instintivamente, se arqueó y dejó que una ardiente sensación de deseo le recorriera el cuerpo como un líquido caliente. Su mano masculina se deslizó por su vientre, hasta abrirse paso dentro de su ropa interior y encontrarse con su húmeda feminidad. La sensación de sus dedos la atormentó hasta volverse loca con su juego enardecedor. Hambrienta de él, lo empujó hacia sí.
—Ven aquí —le susurró ella.
—Aún no ha acabado la lección. Apenas si acaba de empezar...
—Milo Manheim, si no me tomas ahora mismo, juro que te voy a matar —le susurró ella sensualmente.
Demasiado excitado por su impaciencia, decidió cumplir los deseos de su amante. Lentamente, entró en ella como en un templo sagrado y comenzó a moverse sensualmente, sin apresurarse.
______ sonrió feliz del placer que sentía y él se maravilló de la sinceridad con la que se entregaba a él, de la honestidad con que exhibía sus sensaciones. Poco a poco, el ritmo de aquella danza de amor fue creciendo por sí sola, hasta que la necesidad de tenerse el uno al otro, de fundirse en uno, los llevó al frenetismo y, finalmente, a un éxtasis único, inigualable, jamás antes experimentado.
________ había removido todo cuanto había dentro de él, había cambiado su cuerpo,
su modo de sentir, su mundo. Se hizo la calma y, tendidos el uno junto al otro, recuperaron poco a poco el aliento. Milo se sentía bien. Había compensado a su diosa por las faltas de la primera
noche.
—Esta ha sido una sesión muy intensa, profesor Amor —le susurró ella—. Aunque
no sé si seré capaz de estar a la altura siempre.
—Lo estarás —le dijo él—. Eres una alumna muy bien dotada. La besó suavemente.
_____ comenzó a acariciarle el rostro y, de pronto, su sonrisa se desvaneció.
—Milo , yo... —comenzó ella. Pero antes de terminar, se detuvo. Él volvió a
besarla.
—¿Qué pasa, cariño?
—Me gustaría... me gustaría que firmáramos una tregua oficial. Aunque me encanta intercambiar insultos contigo, me gusta también estar como ahora
—¿Prefieres esto que la emoción de la batalla? —preguntó él en broma—. Yo también, ¿sabes?
Ella sonrió y él sintió que su luz lo deslumbraba.
—Ya tendré muchas oportunidades de que mis alumnos me mantengan alerta cuando empiece el curso. Pero la única persona que me puede dar esto eres tú.
—¿Y «esto» es suficiente para que te sientas satisfecha? —preguntó él con cierta inseguridad, claramente heredada de su relación con Meg Donelly.
______ tomó su rostro entre las manos.
—Tu ex era una completa necia, Milo . Siento mucho que te casaras con una mujer que no te merecía. Pero no quiero que el pasado estropee lo que hay ahora entre nosotros. ¿De acuerdo?
—De acuerdo —confirmó él—. Dejaré a un lado el pasado y me centraré en ser tu devoto juguete.
Milo no podía soportar la idea de perder a______. Pero consideraba que ella estaba descubriendo un montón de sensaciones nuevas y no podía tener la claridad mental para saber qué era exactamente lo que quería.
A pesar de todo, y de cuánto había renegado del matrimonio, Milo  se sentía incompleto por no tenerla como parte de su vida para siempre. Pero lo que tenían en aquel momento era lo máximo que podía pedir y estaba dispuesto a aprovecharlo.

Un hombre Solitario (Milo & tu) Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora