Aprendiendo De Mi Sensei

Lección 7

Comprar víveres no era precisamente lo más divertido del mundo ni mi cosa favorita, pero se tenía que hacer y no había de otra.

Una risa que yo conocía muy bien me obligo a mirar, Ino y Sai estaban ahí, riendo, el pequeño Inojin corría hacia ellos con una caja pidiendo que la compraran. Sai tomo en brazos al pequeño, rodeo la cintura de Ino con la mano que le quedaba libre y depósito y dulce beso en su frente; una punzada de celos me atravesó, al final, una familia era lo que yo deseaba. Tengo a Sarada conmigo, pero esta no era la idea de familia que yo tenía.

. — ¡Sakura! —Ino agitaba su mano saludándome mientras se acercaba a mí.

. —Hola Ino, ¿cómo te va?

. —No finjas Sakura—acerco su rostro al mío con los ojos tan abiertos que parecía que se le iban a salir—Todos en la aldea están hablando de lo mismo.

. —No sé de qué hablas.

. —Kakashi-sama y tu—Ino movía sus cejas de arriba abajo con complicidad—hasta yo los vi pasear tomados de la mano.

Sentí como el rubor cubría mis mejillas, Ino nos había visto, probablemente toda la aldea también, ¿cuántos me habrán visto entrar a su departamento? ¿nos habrían escuchado? En ese momento no me importaba, pero, ¿ahora?

. —Tú vista debe estar dañada entonces—opte por ponerme a la defensiva, parecía la única forma viable de deshacerme de Ino—si te hubieras fijado sabrías que yo estaba llorando.

. — ¿Ah?, ¿por qué llorabas? No me digas que fue por Sasuke-kun—me mordí los labios como respuesta—No puedes seguir así Sakura, ¿cuánto vas darte cuenta de que mereces algo mejor? Sasuke-kun es alguien especial, lo puedo entender, pero él nunca está aquí.

. —Es que él no puede, tiene que estar fuera para proteger la aldea—dije un tanto insegura.

. —No puedes seguir justificándolo con eso. ¿Acaso Sarada y tú no importan? Lo que necesitas es un hombre, uno en el que puedas apoyarte y que te ayude con tus "necesidades". Y Kakashi-sama no puede ser del todo malo en eso, algo habrá aprendido de tanto leer esas novelas.

. — ¡Ino! No digas esas cosas, él fue mi sensei y no quiero pensar en él de esa forma—me sentí culpable por mentirle a Ino, pero una infidelidad no era algo de lo que quisiera alardear.

. —Pero podría volver a ser tu sensei y enseñarte un par de cosas—la cara de pervertida de Ino me hizo tener pensamientos indecentes sobre mi sensei—Mmh, ¿crees que sea virgen? Siempre me he preguntado cómo se vería sin toda esa ropa encima y sin esa mascara, ¿tú lo has visto?

Si Ino, si lo he visto sin ropa y parece un dios—No, jamás—si Ino viera a Kakashi-sensei se abalanzaría sobre él—Me voy Ino. Cuídate.

Ino tenía razón, Kakashi-sensei me seguía enseñando en un terreno muy lejano a la guerra y con resultados mucho más placenteros.

. —Estoy en casa—dije al entrar. En el pasado, mi madre me hubiera recibido, diciendo algo sobre dejar mis zapatos ordenados, pero mi casa estaba sola, Sarada debía de seguir en la academia y yo no tenía humor para preparar nada. El saber que Ino se preguntaba sobre el cuerpo de Kakashi-sensei me hacía hervir de rabia.

Un baño, eso era lo que necesitaba.

Preparé la tina con sales de lavanda, tomé mi copia de ICHA ICHA Takutikusu, y me dispuse a entrar en la tina cuando el timbre comenzó a sonar.

Decidí ignorarlo, si pensaba que no había nadie se iría. Después de cinco minutos seguía tocando, acabando con mi paciencia—¡Sarada, si eres tú, la puerta está abierta! —grite desde la bañera.