Lección 5

6.6K 396 27
                                    

El museo de historia Shinobi se construyó más rápido de lo que yo había pensado; lo ubicaron donde solía ser el distrito Uchiha, con solo tres de nosotros, no tenía sentido tener un espacio más grande, además Sasuke no estaba aquí...nunca estaba aquí.

Había comprado un vestido vaporoso en corte princesa en color blanco, escote era bajo y cruzado, se unían en una especie de cinto grueso en mi cintura. Me calce unas zapatillas de tiras negras delicadas. Me decidí por un maquillaje sencillo; se suponía que esta noche Sasuke vendría para la inauguración del museo, había dado permiso para que la historia de su clan estuviera, era la oportunidad de limpiar el nombre de Itachi. Tenías que venir ¿verdad...?

Mientras buscaba un abrigo en mi closet, esa pequeña caja apareció. Me mordí los labios pensando en lo mucho que había disfrutado con estos, ya fuera con Kakashi-sensei o yo sola. Saque el siguiente tamaño, la punta tenía forma la corazón en un tono rosado claro; me sentí traviesa y decidí ponérmelo, al principio entro con dificultad, nada que un poco de lubricante no arreglara.

La noche había avanzado con cierta rapidez, miraba en todo momento hacia las diferentes entradas, esperando a que Sasuke apareciera, pero nada. Ni un solo rastro de él. Las horas fueron pasando junto con las copas de vino que iba tomando, mi ira y frustración iban en aumento.

Una figura pareció moverse entre las sombras ¿sería Sasuke? Seguí a la figura, claramente masculina, por alguna razón esa zona estaba cerrada y sin una sola luz. Aislada.

Solo la luna iluminaba algunas pinturas, el familiar cabello de Uchiha Madara se encontraba ahí; un lugar en mi cerebro me hizo recordar que la sección Uchiha no había sido inaugurada, quizá porque Sasuke no se había tomado la molestia de aparecer. La ira hizo hervir mi sangre.

Una mano cubrió mi boca y la otra me abrazo por la cintura, sentí como olio mi cabello y un olor familiar inundo mis fosas nasales, Kakashi-sensei estaba ahí.

.--¿Estas molesta?--susurro en mi oído antes de morder mi lóbulo. Sus besos bajaban por mi cuello, arrancándome suspiros. Podía sentir mis pezones endureciéndose por su mera cercanía al punto que dolían, clamaban por su atención. Has bebido mucho, ¿crees estar en condiciones de recibir otra lección?

su mano había abandonado mi boca para ir a manosear mi trasero, sentí como toco el pequeño juguete, lo hizo girar y yo gemí como respuesta, abriendo mis piernas, y sosteniéndome de su cuello con ambos brazos--quiero jugar sensei--susurre en lo que parecía mitad suspiro mitad gemido.

Gire mi cabeza, tanto como su cuerpo me lo permitía y mi boca busco la suya, le bese por encima de la máscara, y me restregué contra, lo que ya era evidente, una erección.

Quizá era porque estaba ebria, quizá era porque estaba molesta, quizá era porque nos encontrábamos en la sección de la historia del clan Uchiha y era una forma de vengarme por su abandono, quizá solo era la combinación de todos estos elementos, pero me sentía más excitada que nunca.

Deje que sus manos me recorrieran mis muslos, por debajo de mi vestido, y se abrieran camino hasta mi feminidad, el sonido de mis fluidos en contacto con sus dedos parecía hipnotizaste.

deslice mis manos por sus caderas, apreté su bien formado trasero y me moví hasta su bragueta, era un poco difícil estando de espaldas, pero el hecho de solo poder sentirlo era emocionante, logre desabrochar sus pantalones y bajarlos, solo lo suficiente para liberar su erección y masajearla.

Caminamos así como estábamos hasta detrás de, lo que parecía, una estatua cubierta; de esa forma podríamos ver si alguien venía.

recargue mis brazos sobre la estatua y sentí como bajaba Kakashi-sensei, su lengua recorrió la parte posterior de mis muslos, se acercó a la cara interna de estos, su lengua me indico que debía abrir las piernas y un ligero mordisco en uno de mis labios me arranco un suspiro de placer.

Sus dedos índice y medio se colocaron a los lados de mi clítoris, lo apretó un poco entre estos y los movía de arriba a abajo, enviando oleadas de dolor combinado con placer.

Su lengua se movía con maestría, las piernas me temblaban, en parte por la bebida, gran parte por mi sensei. Me sentía delirar. Solo era una señal de que el orgasmo estaba cerca.

.--Lo quiero--dije entre gemidos bajos--ahora.

Kakashi-sensei subió de nuevo hasta mi boca y metió su lengua en mi cavidad como había estado haciendo. Sentí mi propio sabor.

Me di la vuelta y saque mis pechos por encima de mi vestido, su boca atacó de inmediato--más fuerte--le pedí. Sus dientes rozaron mis pezones y ahogue un grito. Yo misma me baje las bragas y las arroje lejos, solo estorbaban.

Tome su erección con ambas manos, la sostuve firme por la base y la otra paseaba de abajo hacia arriba, cada vez que llegaba a su rosada cabeza usaba mi pulgar para repasar toda la circunferencia de la punta para luego baja y volver a subir. Sentía como gemía contra mis pechos.

Levanto Una de mis piernas hasta su cintura, dirigí su erección hacia mí y sentí como recorrió desde mis labios hasta mi clítoris, moví mi cadera en busca de un contacto más profundo, pero Kakashi-sensei parecía disfrutar de torturarme de esa forma, lo hacia una y otra vez, desesperándome--quiero oírte suplicar--dijo con la voz ronca, ¿cómo podía estar tan calmado, cuando yo me sentía morir por tenerlo dentro?

--por...por favor...sensei

En un movimiento brusco me dio la vuelta, me pego a la estatua, donde el frio del acero endureció aún más mis pezones; de una sola estocada me penetro, no sabía ni entendía como, pero en esa posición se sentía más grande y más profundo.

Nos quedamos unidos por un momento, disfrute de la sensación que me provocaba, me sentía llena, ahora solo necesitaba estar satisfecha. Comencé a moverme, no era rápido ni lento, pero podía sentirlo en cada rincón.

Kakashi-sensei comenzó a moverse conmigo y sentí como daba en el punto exacto, mi respiración se hizo más rápida, baje mis manos y comencé a estimular mi clítoris, necesitaba ese orgasmo.

Las marcadas y profundas estocadas se hicieron más rápidas, señal de que acabaría pronto y yo también. Nos movimos un poco más hasta que sentí como su semilla me llenaba, contraje mis músculos y me seguí moviendo hasta terminar.

Nos quedamos unidos un par de minutos, mientras nuestras respiraciones se normalizaban.

Sentí como se salía de mí, una vez fuera, pude sentir un poco de semen escurrir por mi pierna.

Escuche cómo se acomodaba los pantalones y escuche que se alejó un poco, regreso con mis bragas en la mano y las coloco en mis manos--no hay que espaciar tanto nuestras lecciones--dijo--muero por poseerte por aquí también--dijo girando el juguete que yo misma había insertado, un escalofrió me recorrió todo el cuerpo--espera cinco minutos después de que yo salga y vienes.

Kakashi-sensei se fue y yo reacomode mis ropas y mi cabello, me di una vuelta por la sala, haciendo tiempo cuando una voz familiar me sobresalto

--No lo inauguramos porque queríamos el visto bueno de Sasuke-kun--Hinata se acercó a mí--pero surgieron algunos asuntos y no pudo venir.

Le sonreí a modo de respuesta--Tienes suerte de que Naruto este aquí en la aldea, aunque...supongo que todo el trabajo que tiene no te permite verlo tanto como quisieras.

--Yo te admiro Sakura-san, aunque Naruto-kun no tiene tanto tiempo para estar con nosotros, es un alivio poder dormir a su lado cada noche. Yo pienso que tú...bueno...debes sentirte un poco sola

--No del todo, tengo a Sarada

--Me refiero como mujer

Me mordí los labios ¿podía contarle a Hinata de mi aventura? ¿Me juzgaría? era poco probable. Al final me contuve--últimamente, ya no me siento tan sola.

Aprendiendo De Mi SenseiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora