Lección dos

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Alguien había llamado a la puerta de la casa, pero cuando abrí no había nadie, solo un paquete sobre el piso.

No tenía remitente y solo tenía mi nombre escrito. Lo abrí en la mesa de la cocina, una copia de ICHA ICHA Takutikusu manchado de chocolate descansaba dentro de la caja con una nota encima

Lección dos.

Hoy tendrás examen. Estudia bien. Te veré a las 7:30 en tú casa.

Tú Sensei.

El recuerdo de las manos de Kakashi recorriendo mi cuerpo me produjo escalofríos, mis pezones se endurecieron y fui consiente de mi propia humedad.

Había transcurrido un mes desde nuestro encuentro y pensaba que nunca volvería a suceder; pero aquí estaba, consciente de que volvería a tener a mi sensei entre mis piernas. De forma inconsciente llevé mi mano izquierda por debajo de mi blusa y comencé a dibujar pequeños círculos por todo mi abdomen hasta subir a mi pecho; pellizqué mi pezón derecho y un gemido salió de mi garganta, mordí mi labio inferior mientras mi mano libre viajaba hasta la pretina de mis pantalones...

La puerta azotándose me devolvió a la tierra y una negra cabellera corrió hasta mí, de forma instintiva, oculte el paquete tras mi espalda.

. –Mamá, ¡mira! —Sarada me extendió un folleto escolar—hoy hay lluvia de estrellas y Shino-sensei dijo que podíamos acampar en la academia para verlas. ¿puedo, puedo, puedo?

. —Pero claro que puedes. Corre a tu habitación y prepara todo lo que necesites. Yo iré en un segundo ¿de acuerdo?

Sarada corrió a su habitación y yo escondí el libro en el estante más alto de la cocina.

Cuando llegamos a la academia Shino quiso hablar conmigo sobre el desempeño de Sarada.

Nuestra platica tomo más tiempo del que imaginaba; iba tarde, mi reloj marcaba las 8:15—Bueno, Kakashi-sensei jamás ha llegado a tiempo a nada—me repetía para tranquilizarme

La casa estaba a oscuras. Cerraba la puerta tras de mí cuando alguien cubrió mi boca con su mano—Llegas tarde—susurró en mi oído.

Me recargó contra la puerta y subió mis brazos por arriba de mi cabeza y me retenía por las muñecas. Llevaba el rostro desnudo y su cuerpo solo estaba cubierto por una toalla que rodeaba sus caderas. Mis ojos recorrían su tonificado cuerpo y apretaba mis muslos buscando calmar el calor que se expandía en medio de estos—me tomé la libertad de darme una ducha mientras te esperaba.

Tomó mi mentón con su mano libre, su nariz acarició mi rostro y yo lamí el lunar que estaba bajo su boca. La punta de su lengua delineo mis labios y yo abrí mi boca, invitándolo a explorarla, su boca se apodero de la mía en un beso hambriento y cargado de deseo.

Removí mi cuerpo en busca del suyo hasta que logré abrazar su cadera con mis piernas Kakashi-sensei soltó mis manos y apretó mis glúteos mientras pegaba mi espalda a la puerta. Su erección rozaba mi entrada por encima de mi ropa y maldije a mis pantaloncillos.

La lengua de mi sensei bajo hasta mis clavículas y volvió a hacer el recorrido hasta mi oreja, mordisqueando mi lóbulo izquierdo—te voy a castigar—susurro. Y me llevó cargando hasta mi habitación.

Me soltó en el piso de la habitación y se sentó en la orilla de la cama—Desnúdate.

Mis mejillas se incendiaron, me sentía avergonzada—La lección de hoy es seducción. Sedúceme Sakura.

Deshice los botones de mi blusa, recorrí mi abdomen hasta la costura y la subí despacio por mi torso hasta sacarla por mi cabeza, la deje caer junto a mí. Desabroche mis pantalones, acaricié mis piernas mientras los bajaba, salí de estos, dejé que mi sensei me mirara desnuda. Solo llevaba un tanga de encaje blanco.

Aprendiendo De Mi SenseiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora