¿𝓒𝓮𝓵𝓸𝓼?.

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Me despierto y lo primero que siento es a Till, abrazándome, me tiene tan pegada a él, puedo sentir su cuerpo, sus brazos están en mi cintura, nuestras piernas entrelazadas, abre los ojos y me mira.

-Buen día pequeña —me da un beso en la frente.
-Buen día Till, cielos me duele la cabeza.
-No eres la única —reimos.
-Hay que levantarnos Till, creo que ya es algo tarde —me levanto y me siento en la cama, siento las manos de Till abrazándome
-No quiero separarme de ti —lo siento un poco extraño.

¿Que pasó después de la fiesta anoche?, La cabeza me va a estallar.

°°°

Estoy tirada en la cama, en la habitación donde mi tía me deja dormir, Dios, que cosas han pasado, me siento frustrada, no logro comprender lo que pasa, siento como si fuera un sueño, ¿Será el alcohol?, No lo sé.
Después de bañarme, ya que Till me dió permiso de ducharme en su habitación, le dije que subiría a cambiarme, quiso acompañarme pero necesito estar sola para pensarlo mejor, tomo mi maleta y saco un pantalón corto color vino, saco una camiseta gris y me pongo los mismos tenis de ayer, esos Vans negros con gris, salgo y me dirijo a la habitación de Schneider, toco y abre la puerta Flake.
Saludo a todos como siempre, ellos me besan la mejilla.

-Estamos hechos un asco —dice Richard— excepto tu preciosa.
-¿Qué dices?, Mírame, estoy acabada —digo mientras me tiro en el suelo boca arriba.
-Tenemos que comprar algo para este dolor de cabeza —dice Paul.
-Yo apoyo esa idea —dice Schneider tirándose a mi lado— demonios.
Schneider toma mi mano y la recarga en su pecho.
-¡Déjala! —escucho decir a Oliver.
-¿Que te pasa? —pregunta Flake.
-No te metas —le dice a Flake— no la toques Schneider.
-¿Acaso estás celoso Oliver? —pregunta Schneider— ¿Se te ha olvidado la decisión que tomamos?
-No se me ha olvidado, solo que no me gusta que la toques.
-Cálmate Oliver —Till se acerca a Oliver y lo toca en el hombro, este se jala para que él lo suelte.
-Oliver tranquilo —digo levantándome del suelo y acercándome a Oliver— cálmate —toco su mano y el solo me mira.
-¿Qué haces? —pregunta Till.
-Trato de calmarlo.
-¿No viste como no quiso que lo tocará?, Déjalo, no lo toques.
-Calmate Till, ¿Ahora tú? —digo tratando de calmarlo.
-Si, cálmate hombre —se acerca Richard y me abraza— no le hables así a Isabella.
-¿Y tú por qué la abrazas? —pregunta Paul.
-Si, mierda, Richard —dice Till— ¿La quieres para ti solo?.
—Schneider se levanta del suelo— Tú la tuviste toda la noche Till, no reclames nada idiota.
-¿Que dijiste? —veo a Till levantándose con los puños cerrados yo hago a un lado a Richard y me paro enfrente de Schneider, se que Till quiere golpearlo.
-¡Cálmate Till! —grita Flake— ¿Quieres que Isabella te vea golpeando a Schneider?.
—Till voltea a verme— No.
-Entonces cálmate nena —le dice Richard a Till en un tono burlón.

Veo a Till abalanzarse sobre Richard, así que me pongo en su camino, solo me mira, voltea a ver a Richard y se da la vuelta.

-Vamos Linda —me dice Paul acercándose a mi— vamos a comprar algo para...
-¿Qué haces idiota? —veo a Flake acercarse a Paul.
-¿Qué hago de que?
-¿Por qué te la llevas?, No es tuya —Flake se ve enojado.
-Asi es, no es tuya —le dice Schneider.
-¿Y qué?, ¿Me vas a decir que es tuya? —le pregunta a Schneider y antes de que el respondiera Till lo interrumpe.
-Es mía —se acerca a mi y me jala.
-¡Mierda con ustedes! —grito ya enojada— de haber sabido que ustedes se iban a comportar así, no hubiera aceptado.
-Si pero... —me interrumpe Richard.
-Pero nada, me voy, hasta que no arreglen sus problemas, tampoco soy un objeto que van a traer de mano en mano, tengo sentimientos, y muy confusos por cierto, así que es mejor que se calmen.

°°°

Fui a ver a Rubén, con todo ese rollo que me traigo con los chicos ya ni me acordaba de Rubén, me ha dicho que se va mañana para la ciudad, así que pienso irme con el, no sé qué va a pasar con los chicos, ahora estoy confundida pero ni al caso, cuando le conté a Rubén lo que he pasado con ellos, no podía creerlo, decía que era mentira, pero al final termino creyéndome.
Ahora estoy acostada en la habitación de Rubén, él salió a quien sabe dónde, estoy checando mi teléfono, maldita sea, ahora sí me metí en problemas por no haber avisado que me iría de vacaciones.

𝐒𝐄𝐂𝐇𝐒 𝐇𝐄𝐑𝐙𝐄𝐍 𝐃𝐈𝐄 𝐁𝐑𝐄𝐍𝐍𝐄𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora