𝓛𝓸𝓼 𝓤́𝓵𝓽𝓲𝓶𝓸𝓼 𝓟𝓻𝓸𝓫𝓵𝓮𝓶𝓪𝓼 2/2.

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Nos acercamos a la barra y yo saludo al barman.

-Isabella, después del día que veniste con Daniel no regresaste —dice sonriéndome el barman.

Yo le hago señas de que no diga nada pero ya es muy tarde, volteo a ver a los chicos y les echó una sonrisa de inocencia.

-¿A si que Daniel?, Eh —dice Till cruzándose de brazos.
-No puedo creerlo —le sigue Flake boquiabierto.
-Creo que nadie puede creer que ese entrenador tan estricto haya traído a nuestra chica a embriagarse —dice Schneider demasiado serio.

Suelto una carcajada, así de serios y molestos se ven tan tiernos.

-¿De que te ríes? —pregunta Richard.
-Esto no es nada gracioso –dice Paul.
-Que tu entrenador te lleve a embriagarte —dice Oliver mirándome con los ojos entrecerrados— eso no tiene perdón.
-Bueno, bueno —muevo las manos tratando de calmarlos— ¿Venimos a hablar del pasado?, ¿O venimos a divertirnos? —a este punto ya estoy muy nerviosa.

Ellos me miran como si hubiese hecho algo muy malo, Uuuyyy no pues perdón por ya ser mayor de edad y poder tomar mis decisiones yo sola, como por ejemplo ir a tomar un trago.

-No sé en que estás pensando —dice Till— pero por la expresión en tu cara, de seguro ya echaste maldiciones unas mil veces.
-Bueno —dice Paul frotándose la cabeza— venimos a divertirnos.

Pedimos cada uno lo que queremos y nos ponemos a platicar, si hay algo que me guste tomar demasiado es el tequila, no se porque pero así es.

°°°

A este punto ya estamos todos ebrios, no sé si yo estoy más que ellos o ellos más que yo.
Lo mejor es que nos vayamos, ya estamos demasiado ebrios, ya es muy tarde y yo tengo que trabajar mañana.

-Schneider —digo jalando su playera a lo cual el le voltea a ver— vámonos— él asiente con la cabeza y les hace señas a los chicos para que salgamos.

°°°

Llegando a la casa me siento más tranquila, estar aquí me hace calmarme.
Me meto en mi habitación y me recuesto y así de la nada me da un ataque de risa.
Schneider entra y me mira.

-¿De que te ríes? —me pregunta acercándose a mi.
-No sé de qué me río —le digo aún riéndome.
-Oye me prometiste algo —se acuesta a un lado de mi.
—evado su comentario— ¿Y los chicos?, Iré a verlos.

Me levanto rápido de la cama y me dirijo a la sala, ahí está, Till, acostado en el sofá con una mano en su cara, Richard, en el suelo boca abajo, Paul, en la cocina haciendo quién sabe que, Flake está en su habitación supongo, Oliver está parado recargado en la pared mirando a la nada.

Me acerco a Till y me tiro encima de el a lo que el se queja.

-Me sacaste el aire —dice abrazándome contra su pecho— ¿Qué tal te sientes?.
-Mejor, pero quiero hacer algo, tengo ganas de salir y...

No me deja terminar y me da un beso presionandome aún más contra él, me separo de él y lo miro con el ceño fruncido.

-¡Hey!, ¿Que ha sido eso?, Yo estaba hablando y tú...

Alguien más no me deja terminar de reclamarle a Till cuando siento como me sujeta de la cintura cargándome y separándome de Till.
Yo pataleo.

-No puedes escapar de mi, cariño —dice Schneider acomodandome en uno de sus hombros poniéndome de cabeza, esto ya me pasó antes.
-¡Espera! —grito tratando de safarme.
-¡Dejala Schneider! —veo gritar a Till mientras se levanta del sofá— ella estaba feliz conmigo y tú llegas y te la llevas así.

𝐒𝐄𝐂𝐇𝐒 𝐇𝐄𝐑𝐙𝐄𝐍 𝐃𝐈𝐄 𝐁𝐑𝐄𝐍𝐍𝐄𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora