¿𝓠𝓾𝓲𝓮́𝓷?.

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No sé qué decirle, no se ni como reaccionar, solo siento sus manos sujetando mi cadera y veo sus ojos mirándome, con esa mirada tierna que solo él tiene.

-Desde que te vi el día del concierto, ahí toda sonrojada, quise darle un beso a esa hermosa boca.
-Pero Oliv... —trato de decirle y el me calla con otro beso.
Se separa de mi y me toma de la mano.
-Hay que irnos —dice jalandome hasta la puerta.

Salimos de su habitación y caminamos hasta la habitación de Schneider sin decir ni una palabra, Oliver lleva una enorme sonrisa, llegamos a la habitación y él toca la puerta.

-¿Isabella te fue a despertar o que? —dice Richard abriendo la puerta.
-Algo así —responde Oliver entrando junto conmigo.

Suena mi teléfono, lo saco y contesto.

-¿Hola?.
-Isabella, ¿Por qué no llegaste a dormir anoche?.
-Es que estaba con los chicos y supuse que ya estabas dormido, y me invitaron a quedarme.
-Me hubieras avisado hoy temprano, estaba preocupado por ti.
-Lo siento.
-¿Dónde estás ahora?, ve a ver a la tía Mariela, no ha sabido nada de ti desde ayer, me marco y le dije que estabas conmigo.
-Estoy con los chicos, pero ahorita voy para allá.

Cuelgo el teléfono.

-Chicos tengo que irme.
-¿Por qué? —pregunta Paul.
-Familia preocupada —contesto.
-Voy contigo —dice Till.
-Esta bien.
-¡Si no quiere regresar, ya sabes Till, la secuestras eh! —grita Schneider mientras Till y yo salimos.

Caminamos hasta el elevador, mi tía está tres pisos arriba, subimos al elevador y en eso Till me toma de la mano.

-Demonios pequeña, no me puedo resistir —me jala de la mano haciendo que mi cuerpo se pegue al suyo, me mira a los ojos y me besa, me besa tan desesperadamente, con sus brazos me presiona más a él, siento su cuerpo caliente y su respiración tan agitada.

Después de una eternidad, al menos así sentí el beso, separa sus labios de los míos y me mira.

-Eso se sintió maravilloso —dice sonriéndome— pero algo me dice que Oliver probó tus labios antes que yo.
-¿Por qué dices eso Till?.
-Bueno, cuando llegaste con el a la habitación de Schneider estabas demasiado sonrojada y te veías nerviosa, y por supuesto Oliver tenía una gran sonrisa en el rostro, era algo obvio.

El elevador se abre y yo salgo de este dejando a Till en el, pero el sale rápidamente y me recarga en la pared.

-No me lo puedes negar, tus ojos me lo dicen todo, pero debes admitir que tú sentiste lo mismo cuando te besé.
-¿Qué se supone que sentí?

Sostiene mis manos pegandolas a la pared, para que yo no las pueda mover, recarga completamente su cuerpo al mío, mi respiración aumenta, de nuevo siento su cuerpo caliente, se inclina y me besa de nuevo, me besa sin dejar de mirarme a los ojos, me besa tan desesperadamente y al separarse muerde un poco mi labio inferior.

-Eso es lo que sientes pequeña —dice despegandose de mi— ahora vamos —toma mi mano y caminamos por el pasillo, no me resisto, ese beso me ha encantado, así que me detengo y Till voltea a verme, como puedo lo jalo de la camisa y lo pego a la pared.
-¿Que haces? —pregunta mirándome con sorpresa.

Me paro de puntitas para poder alcanzarlo y sin soltarlo de la camisa lo beso, así como él me besó, me sujeta de la cadera y me presiona más a él, puedo sentir su corazón latiendo junto al mío, antes de separarme de el hago lo mismo que él hizo, muerdo su labio inferior pero un poco más fuerte.

-Feliz cumpleaños Till —digo sonriéndole mientras camino a la habitación.
-Eres más ruda de lo que creí.

No sé qué sentir ahora, mi corazón late rápidamente y siento mi cuerpo caliente, mierda.

𝐒𝐄𝐂𝐇𝐒 𝐇𝐄𝐑𝐙𝐄𝐍 𝐃𝐈𝐄 𝐁𝐑𝐄𝐍𝐍𝐄𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora