⠀⠀
Más por favor⠀
⠀⠀
─ Por favor, ─gimió. Sus manos se tensaron contra la cinta suave pero, sorprendentemente, duradera tela que unía sus manos a la cabecera de la cama.─ Quiero verte.
Lo siguiente no fue más que silencio. Las palabras apenas discernibles que lograba pronunciar, a veces sin sentido alguno y sueltas al azar entre gemidos que escapan de su garganta eran la única comunicación que existía entre ambos.
A pesar de su desesperada súplica, a Mark le encantaba esto. Adora la sensación de perder el control, ser despojado de aquel poder. Atrás quedaron las dinámicas por su joven edad o los pequeños problemas que surgían cada vez que trabaja en música nueva.
Siempre fue visto como el miembro con la ética de trabajo más fuerte, y él se aseguró de mantener ese perfil para evitar dudas y comentarios maliciosos acerca de su aparición en cada sub-unidad. No quería que alguien pensara que no trabajaba duro. Siempre queriendo dejar en claro que sería el más humilde, más diligente y concentrado. Echándose encima, por cuenta propia, el trabajo extra que aquello significaba.
Pero, maldición, se sentía tan bien no tener que hacer nada por una vez.
Al menos físicamente no podía. Con sus muñecas sujetas entre una gruesa cinta y los tobillos atados a los postes de la cama con unas cuerdas a juego en tono púrpura.
Una almohada se encontraba por debajo de sus caderas desnudas y, como siempre, un antifaz con almohadilla y cintas de color morado oscuro cubría sus ojos.
No recordaba exactamente la forma en que comenzó a suceder esto. Un día simplemente regresó como todos los días a casa, después de una práctica particularmente agotadora y vio el conjunto de cintas para sus muñecas y tobillos, y un antifaz que parecía ser parte del conjunto de un disfraz de gala, sólo que los agujeros se encontraban cubiertos por una almohadilla que estaba pegada en la parte interna de la mascara, todo a juego en color púrpura y colocado cuidadosamente en su cama; junto a una nota impresa que decía:
"Póntelos y te prometo que te sentirás mejor."
Luego, directamente por debajo, agregaba
"Sin mirar, o se detiene el juego."
El misterioso donante de regalos se había mantenido fiel a su palabra, apartando la mano de Mark la primera vez que intentó desajustar la venda en sus ojos, y ante la segunda vez, abandonó la habitación. Esa había sido una noche difícil.
Casi se había convertido en un hábito ahora, regresaba a casa y en días aleatorios, se encontraba una nota en su cama; ya sabiendo que si no se encontraba listo y esperando a la hora designada en el papel, entonces no pasaría nada.
Mark sin control, ni creatividad y sin fuerzas. El hombre que lo visitaba nunca hizo sonido alguno, más que el de sus pasos indicando que era casi hora de su encuentro. Sabía que se trataba de hombre, aunque posiblemente jamás lo hubiera descubierto en absoluto si no fuera porque sintió su sexo directamente contra el suyo propio.
Fue tan fácil, tan sencillo y tan divertido dejarse ir, entregar y dejar su cuerpo a disposición en un juego peligroso, sin siquiera pensar o medir el poder que estaba cediendo a un completo desconocido, que se volvió casi una rutina.
Una rutina que lo adiestró y arruinó.
Y aquí estaba, por tercera vez esta semana, tumbado en la cama con la cabeza echada hacia atrás a causa de un placer torturador, mientras su Mystery Man (o MM, como lo había apodado en sus pensamientos) lo masturba sin piedad.
ESTÁS LEYENDO
(1) Mistery Man | ©Heregoe5nothing
FanfictionPrimera temporada de la saga "Magic Mark". Sinopsis: No recordaba exactamente cómo comenzó a suceder esto, sólo que un día regresó a la residencia, después de una práctica particularmente agotadora, encontrándose con el conjunto de cintas para sus m...