(1) Mistery Man | ©Heregoe5nothing

Capítulo 8

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Ya no puedo continuar

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Mark giró la cinta en sus manos, sin el antifas sobre sus ojos podía perfectamente ver sus muñecas azotadas por viejas ataduras, siendo asociadas por la delicada seda ahora, y no podía dejar de pensar en que el familiar agarre ahora se sentía más asfixiante de lo habitual, como si fuera a cortar la circulación de su sangre con sólo sostenerse a su alrededor por unos segundos.

Cerró sus ojos y trató de imaginar que estaba de acuerdo, intentando sentir las misma emoción que aquel hombre le regaló cada noche. Pero no pudo hacerlo, no ahora que la comprensión de sus sentimientos por DongHyuck se encontraban inundando su cuerpo como una ola.

Tenía que hacer algo respecto a eso. ¿Por qué en sólo un par de horas todo parecía haberse vuelto tan incorrecto?

Abrió sus ojos, volviendo a mirar a sus manos aburridas y frías. Estas ya no picaban en emoción anticipada, sino que se apretaban sobre sus regazo en contra de lo que les había hecho, temerosas por no ser libres y apartar a esa persona que esperaba. Desde su interior, sabía ya que no podría hacerlo disfrutar del todo.

Lee pensó en sus opciones ¿Esconderse? ¿Huir? ¿Realizar una pijamada de último minuto con cualquiera que estuviera despierto? ¿Y si no se cubriría los ojos y enfrentaría a MM cuando apareciera en veinte minutos?

«No.»

No quería emboscar al hombre que lo había hecho sentir tan increíble en el último tiempo, tanto física como emocionalmente. Quería que mantuviera su identidad en secreto, así como él siempre lo quiso. Se lo merecía.

Entonces Mark trazó un plan.

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Cuando Mystery Man apareció en la habitación de Mark, se encontró con una vista familiar: el adolescente delgado inmovilizado contra los postes de la cama con una cinta morada gruesa rodeando sus tobillos y muñecas, y los ojos cubiertos como siempre.

«Hermoso.» pensó Mystery Man con los ojos recorriendo el cuerpo medianamente trabajo de Mark. Él sonrió para sí mismo al verlo temblar bajo su presencia.

MM estaba tan feliz de poder ayudar a Mark de esta manera. Ayudarlo a salir un poco de su caparazón y liberar algo de ese estrés interminable que continuaba reprimiéndolo. Si esto fuera lo más cercano que podrían tener a una relación con eĺ, estaría de acuerdo nuevamente. Porque hacia feliz a Mark.

Se sentó a los pies de la cama, colocando una mano sobre el tobillo del ídolo para indicar de su posición junto a él, sólo que en lugar del habitual suspiro de anticipación, Mark hizo algo inesperado: Habló.

─ ¡Espera! ─ Él gruñó y luego se aclaró la garganta antes de comenzar de nuevo.─ Antes de hacer cualquier cosa, necesito decir algo. ─Mark esperó el tan conocido golpe en la mejilla, pero este nunca llegó, en su lugar, MM retiró la mano del tobillo del canadiense, consiguiendo que el chico perdiera noción de la ubicación del otro.

«Es Ahora o nunca»

─ No creo que pueda continuar haciendo esto... ─Comenzó desde lo que creía que era lo más importante, para luego dar explicaciones.─ No se trata de ti, obviamente, eres increíble y todo esto ha sido... ─tropezó en busca de las palabras correctas para describir cómo se había sentido en las últimas semanas. Cuánto había cambiado, aprendido y crecido, de alguna forma, gracias a él.─ Ha sido increíble. ─Supo asegurar.

Inmediatamente la mano de Mystery Man, volvió a su tobillo, esta vez trazando pequeños círculos alrededor del hueso sobresaliente en un gesto reconfortante que empujó a Mark hacia lo que necesitaba decir.