Capítulo 6

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¿Quién quieres que sea?


A la mañana siguiente, decidió que necesitaba hablar con alguien. Realmente hablar con alguien de esto.

Las últimas semanas habían sido agotadoras, emocional y físicamente, y él no estaba acostumbrado a guardar secretos. «No es que estés haciendo un buen trabajo en eso, idiota», susurró su cerebro maniáticamente, recordándole todas las decoraciones persistentes sobre su cuerpo, las cuales no se molestaba por cubrir en absoluto. Pero empujó el pensamiento a un lado.

«No puedo hacer esto solo», se dijo Mark mientras reunía el coraje necesario para llamar a la puerta de la pequeña habitación frente a él, a unas pocas puertas alejada de la suya.

Si bien su tiempo con su Mystery Man había sido increíble, estimulante e incluso refrescante, como lo señalaron muchos de sus amigos; resultaba agotador todo aquello que era arrastrado debido a sus encuentros.

Durante toda su vida, Mark fue un chico de corazón curioso, y se enorgullecía de trabajar diligentemente hasta que resolviera algún problema. Entonces, a pesar de su mejor intento por simplemente sentarse y disfrutar de lo que le estaba sucediendo, su espíritu intuitivo bombardeaba constantemente a su cerebro con preguntas que no podía responder.

¿Significaba esto algo? ¿Quién es Mystery Man? ¿Por qué lo escogió a eĺ? ¿Alguna vez se destaparía y revelaría su identidad? ¿Acaso sentía ese hombre algo por él?

La peor pregunta no se había formado completamente en la mente consciente de Mark, pero seguía saliendo a la superficie durante sus episodios de inseguridad, cada vez menos frecuentes, pero igual de intensos.

«¿Le avergüenza estar conmigo?»

El miedo desde hace mucho que resultaba difícil de sacudirse fuera. Fue ahí que decidió ir con la persona que mejor lo conocía.

─ DongHyuck, ¿Estás aquí? ─ Preguntó, tímidamente golpeando sus nudillos contra la madera.

Sabía que su mejor amigo era la única persona en el mundo en la que podía confiar esta información. A pesar de su comportamiento infantil y su crudo sentido del humor, DongHyuck era una de las personas más inteligentes emocionalmente que Mark había conocido. Durante sus tiempos más oscuros había estado allí para el rapero, y sabía que estaría allí para él ahora.

─ ¡Está abierto! ─Fue la respuesta que llegó en un grito desde el interior de la habitación, y Mark abrió la puerta encontrándose con la vista familiar de DongHyuck sentado en su cama, masticando unas frituras mientras miraba la pantalla del portátil frente a él y su flequillo esponjoso cayendo en sus ojos.

Haciéndose paso en el interior del cuarto, el canadiense, se dejó caer en la butaca roja en la esquina mientras el menor se levantaba, con los ojos aún centrados en la pantalla.

─ No puedo lograr este paso ─dijo a modo de explicación, volviendo a mover la pantalla de su portátil a una posición que le sea fácil de observar de pie. Sus manos sobresalieron de la manga larga de gran tamaño que llevaba puesta, al levantarlas, acomodando los pies a una pose específica mientras chasqueaba los hombros hacia un lado.

Mark observó sin rumbo fijo a su mejor amigo continuar practicando una versión de baile del reciente regreso de otro grupo mientras se mordía el labio inferior con nerviosismo. Aunque comunmete lo ocultaba bien, DongHyuck era, en realidad, más perfeccionista que Mark. Siempre burlándose y quejándose de este último por hacer que se quedaran hasta tarde después de los ensayos, cuando eran más jóvenes, quitándoles tiempo de descanso sólo por asegurarse de que sus movimientos sean adecuado, cuando la verdad es que ambos mantenían un pacto silencioso en que Mark era quien proponía quedarse más tiempo y Haechan "por obligación de buen amigo" debía quedarse a hacerle compañía; fue así que se pasaban el resto de las horas disponibles ejecutando el conteo de pasos y posiciones diferentes una y otra vez, supervisándose mutuamente hasta que ambos estuvieron contentos con el resultado.

(1) Mistery Man | ©Heregoe5nothingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora