Capítulo 2

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Deseo ser un buen chico

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Un día, durante el momento del almuerzo, Mark vio algo.

Durante el segundo descanso en el ensayo, DongHyuck había robado descaradamente su botella con agua y decididamente declaró que ahora era suya. Intentando que el buen humor que había estado ganando no se viera interrumpido por algo tan insignificante, con su mejor actitud, volvió hasta la residencia a buscar una nueva botella de la cual beber.

Fue cuando dobló en la esquina de su pasillo que sus pasos se detuvieron abruptamente en cuanto vio una silueta deslizarse silenciosamente por una puerta, saliendo de uno de los dormitorios y desplazarse por el pasillo hasta el lado contrario a donde se encontraba Mark.

Esa era su puerta, estaba seguro.

¿Era él? El corazón de Mark comenzó a acelerarse o a detenerse, no estaba seguro. Se congeló en su lugar, observando la figura de aquel hombre que ni siquiera había notado su presencia allí. Después de que el hombre se perdió de su vista al ingresar en la escalera, las ideas y pensamientos de Mark se aclararon: él reconocía ese contorno.

Se trataba de uno de los gerentes junior que la empresa tomaba y ponía a realizar tareas de seguimiento y corroboración de la organización en las agendas de sus idols, realizando casi un trabajo asistencial para su mánager general. Especialmente él había sido presentando y se unió a ellos hace unas semanas, tranquilo y generalmente anodino, el gerente tenía un aire de oscuridad que lo hacía parecer casi distante.

Debía que ser él.

Extraño, Pensó Mark. Había interactuado con el hombre sólo unas pocas veces y, aunque era indudablemente atractivo, no había mostrado ningún interés externo en el ídolo, hablándole a él con la misma frecuencia que a los demás, lo cual era raro. También le sorprendió ver que el nuevo empleado incluso tenía acceso a los dormitorios, sabiendo que generalmente estaba reservado para los superiores y los propios miembros.

Temblando, Mark acabó el camino a su habitación, esperando encontrar los signos reveladores de otra visita regular de MM. Al abrir la puerta, lo primero que notó fue que su cajón de la mesita de noche estaba entreabierto, algo que generalmente no se tocaba, ahí era donde guardaba los lazos que su Mystery Man le dio... tal vez sólo quería asegurarse de que Mark los hubiera guardado a todos.

Y en sólo una revisión rápida sobre el cuarto, encontró la nota reveladora en la cama, junto con otro artículo envuelto. En ella leyó:

Esta noche. 10pm. Sabes que hacer.

Eso fue bastante estándar. Lo que no esperaba era un seguimiento:

Úsalo durante la tarde. Si eres un buen chico, podrías obtener una recompensa.

Mark se estremeció involuntariamente al leer la segunda mitad de la nota impresa.

Su MM nunca hizo ruido, aparte de algún gruñido ocasional, casi reprimido, pero Mark podía imaginar cómo se sentiría ser alabado por él. En sólo una milésima de segundo, pudo idealizarlo: un escenario digno de experimentarse igual de bien como cada noche lo hacía sentir.

El hombre misterioso, o gerente, -Mark asumió que debería comenzar a llamarlo por lo que es-, debe saber acerca de su fijación extrema y obsesiva por siempre necesitar que le dijeran que estaba haciéndolo bien, que lo felicitaran por su desempeño; o al menos debió haber adivinado que un chico perdido con exceso de trabajo, convertido en un ídolo pop, podría tener un deseo de alabanza constante.

(1) Mistery Man | ©Heregoe5nothingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora