10 letters • taekook

Carta 4

28 de septiembre

"Un nombre: Kim Jisoo. Aquella chica morena de ojos cafés, de piel pálida y, por entonces, bastante alta para su edad. Sí, la misma Kim Jisoo con la que saliste a los 14 años.

Era la chica más preciosa del instituto. Un día una de sus mejores amigas, Kim Jennie, vino a decirte que le gustabas a Jisoo. Te emocionaste mucho, ella también te gustaba.

Esa tarde quedaste con ella y al volver, viniste a mi casa y me contaste lo que había pasado. Os habíais besado y estábais oficialmente saliendo. Me alegré mucho por ti, eras muy feliz.

Como salías con ella, tenías menos tiempo para mí, y lo entendía. Ella era tu novia, tenías que disfrutar. Pero no te voy a negar que te echaba de menos."

La madre de Jungkook llama a la puerta de su habitación y el azabache guarda rápidamente las cartas y la caja bajo la cama. La mujer entra acompañada de una joven morena.

—Seulgi, ¿qué haces aquí? —Su madre los deja solos y vuelve a bajar.

—Te echo de menos, Kook.

—Llevamos sin vernos un día, no es para tanto. —Rueda los ojos. La chica ante tal acción reacciona un poco alterada.

—¿Se puede saber que mierda te pasa, Jungkook? Ya no eres como antes, te estás volviendo muy frío. ¿Qué está pasando?

Jeon baja la mirada a sus manos y suspira.
—Necesito tiempo, ¿vale?

—¿Tiempo? Jungkookie, ¿qué pasa?

—Quiero pensar.

—Pero, ¿sobre qué? Nosotros estamos bien, no hay nada que pensar.

—Exacto, no hay nada que pensar de nosotros. Yo hablo de...otra persona. — Seulgi abre los ojos como platos e intenta formular una frase, pero las palabras no le salen. —No te hagas historias por tu cuenta, no es nada amoroso. A ti no te afecta.

La morena, que no sabe como reaccionar, se levanta y va hacia la puerta. —Llámame cuando hayas pensado lo que...tengas que pensar. Adiós, Kook. —Se da la vuelta y baja las escaleras. Jungkook se levanta y cierra la puerta. Coge de nuevo la caja y saca la carta. Continúa leyendo.

"Un sábado cualquiera me ofreciste que saliese con vosotros y con su amiga Jennie. Más tarde supe que yo le gustaba a esa chica. Me preguntaste si no me gustaba ella. Hablaste de sus virtudes y sus bonitos rasgos.

Me pediste que al menos le diese una oportunidad pero, Jungkook, a mí no me gustaban las mujeres. Ni entonces, ni ahora.

Nunca te lo dije por miedo al qué pensarías, a si te apartarías de mí. En esa época, a mí me gustaba un chico del curso superior, Park Jimin.

Me sentía mal por no poder compartirte mis gustos y mis sentimientos, pero prefería eso mil veces antes que perderte. No quería que te fueras. Aunque eso tampoco evitó que lo hicieses algunos años después, ¿no?

No te di razones convincentes para pasar de Kim Jennie. Pensaste que no confiaba en ti, tú tampoco confiabas ya en mí.

Llegaron las vacaciones de navidad y tus padres cancelaron el viaje que hacíamos todos los años. Dijeron que los necesitaban en su trabajo, más tarde supe que fuiste tú el que no quiso ir y pidió anularlo.

Te llamé para Nochebuena, no me lo cogiste.

Volví a intentarlo al día siguiente, en Navidad, y saltó el contestador.

Por último, te volví a llamar en Nochevieja, para desearte un feliz año nuevo. Me colgaste la llamada."

Jungkook recuerda las dos primeras llamadas, pero no la de Nochevieja. Él no sabía que Taehyung había vuelto a llamar entonces. El azabache estuvo aquel día en su casa e invitó a algunos amigos. No usó el teléfono en toda la noche.

"No sabías como me sentía en ese momento. Y ahora tampoco podrías llegar a imaginarlo."

Jeon siente como un nudo se forma en la garganta y los ojos le empiezan a picar.

"Algunos meses después me enteré por mí mismo de que la pareja perfecta Kim Jisoo y Jeon Jungkook habían terminado su relación.

Casualmente, unos días después te acercaste a mí y me pediste perdón. No usaste un "lo siento" o un "perdón". Creo que lo dijiste entre líneas. O eso quería creer yo. ¿Alguna vez te disculpaste por aquello, Jungkook?

En aquel momento me prometí a mí mismo que no permitiría que nos alejasemos otra vez. Que nos alejases otra vez como aquellas veces.

Mis promesas fueron el vano, eran palabras vacías. Lo volviste a hacer, sí. La primera vez te perdoné. La segunda también. ¿Y la tercera?