10 letters • taekook

Carta 10

4 de octubre

"Si seguiste aquella nota como te pedí, hoy debe ser 4 de octubre. A partir de hoy ya no tendrás que leer más estúpidas cartas, si es que no las dejaste nada más empezar la primera.

Gracias, Jungkook. A pesar de haberme dejado solo, me diste la mejor infancia que pude desear.

Contigo aprendí a jugar a videojuegos. Juntos construimos fuertes, donde nos sentíamos seguros dentro. Hemos compartido tantas cosas que no podría enumerarlas todas, por eso te doy las gracias.

Fuiste mi único amigo de verdad y me ayudaste en muchas situaciones. Estuviste junto a mí cuando atravesé muchos de mis problemas. Podríamos haber llegado a ser amigos toda la vida, yo podría haber reprimido mis sentimientos si hubiese sido necesario.

Mentiría si no te dijese que aún hoy, si te acercases a mí de nuevo, te perdonaría. Así de tanto te necesito en mi vida.

Sé que no está bien depender de una persona. Intenté encontrar el amor propio y empezar nuevas etapas: conocer gente, hacer nuevas amistades... Quizá conocer el amor con algún chico. Pero la idea de que ese chico no fueras tú me descuadraba por completo.

Lo que siento por ti no se ha desvanecido ni un poco, porque yo estoy enamorado del Jungkook que conocía y que siempre permanecerá en mi mente. Del que siempre me protegía y me decía lo bonitos que eran, los que yo considero, mis defectos.

Me has dado tanto, que no podría expresarte con palabras cuán agradecido te estoy. Te debo mucho. Realmente daría lo que fuese por volver a abrazarte, por volver a sentirte. No sabes cuánto añoro tu voz, tu olor, ver tu sonrisa o incluso provocarla y mirar tus ojitos achinados al reír. No sabes cuánto te extraño.

Pero hoy, 24 de septiembre, he tomado una decisión. Llevo pensándolo algunas semanas y he acabado recurriendo a ello. Quizá cuando estés leyendo esto ya no haya marcha atrás.

Te explico: he decidido acabar con todo.
Con el sufrimiento, con el sentimiento de insuficiencia. Quiero que todo pare, no sentir el ahogo en mi interior. Necesito detener el mundo y dejar de sentir esta amargura. Dejar de sentir que no existo para ti, que no te importo. Dejar de sentir."

Jungkook comprende lo que el castaño está queriendo decir y corre rápido fuera de su habitación.

"Ya no tendrás que irte rápido cuando me veas."

Baja las escaleras a toda velocidad y abandona su casa.

"No será necesario que me apartes la mirada."

Se dirige rápidamente a la casa de Taehyung, a esta hora sus padres están trabajando.

"Ya no tendrás mi molesto mensaje de feliz cumpleaños ahí a primera hora del uno de septiembre."

Llama a la puerta pero nadie abre. Intenta con todas sus fuerzas abrirla y termina rompiendo la cerradura.

"Siento que aquel día me besases y, siento por mí, que aquel día te dieses cuenta de que no merecía estar a tu lado."

Sube rápidamente y ve el baño entreabierto.

"Pero ya no puedo más, Jungkook. No aguanto estar sin ti. No aguanto no importarle a nadie. No aguanto el quemazón al respirar. No aguanto vivir."

Empuja la puerta y se queda inmóvil por unos segundos.

"Lo siento, no puedo más. Recuerda que te quiero, Jungkook. Te quiero con toda mi alma."

El azabache ve a Taehyung dentro de la bañera llena de agua. Agua colorada debido a la sangre que sale desde las muñecas del propio Taehyung.

Se acerca rápidamente e intenta sacarlo de allí. Kim está inconsciente, ha perdido bastante sangre ya.

Jungkook baja rápidamente con el castaño en los brazos. Sale a la calle y avanza hasta la mitad del asfalto. Con las lágrimas desbordando sus ojos y en dolor enorme en el pecho, comienza a gritar.

—¡Por favor, ayuda! ¡Que alguien llame a la ambulancia, rápido!

Algunos vecinos empiezan a asomarse y ver aquella escena. Los dos más jóvenes del barrio están ahí en medio; uno de ellos en pie, sujetando el cuerpo inconsciente del otro que, a su vez, tiene algunas profundas rajas en las venas de los antebrazos.

Jungkook cae de rodillas y varias personas comienzan a rodearlo para ayudarles. Un poco después llega la ambulancia y se llevan a Taehyung.

Todo parece ir a cámara lenta. El vehículo, con las sirenas resonando, abandona la calle. La gente empieza a apelotonarse en la zona, queriendo saber lo ocurrido. Jungkook sigue de rodillas en el suelo, incapaz de moverse, y aún sollozando. Ve como la sangre de Taehyung se ha esparcido por su ropa.

Jeon se pasa una manga por el rostro para apartarse las lágrimas y emite un susurro casi inaudible.

—¿Realmente he llegado a tiempo, Taehyung?