Más allá del muro.-Hardzello. [AU]

-11-

Joseph ya sabía que lo seguían. Y sabía también que Benjamin no era el único. Frenó en seco y le plantó cara al rubio, que quedó avergonzado.

-¿Por qué me sigues?

-No... No puedo dejarte solo.-susurró.

-No te he escuchado, repítelo.

-No puedo dejarte.-dijo de nuevo algo más alto.

-Sí puedes pero al parecer no quieres.-se cruzó de brazos.

-No, no quiero hacerlo.-se acercó más al cuerpo del pelirrojo.-Joseph... No sé qué me pasa contigo...-volvió a acercarse, ya solo faltaban centímetros para que se tocaran.

-Es porque soy un omega...-el pelirrojo bajó sus brazos y acortó más la distancia.

-¡Joseph!-el grito de su nombre le hizo apartarse del salvaje.

-¿John?-preguntó él mirándolo.

-¡Aléjate de mi hermano!-volvió a gritar aproximándose hacia el mayor.

-John, está bien, no quiere hacernos daño.

-No quiero hacerte daño a ti, Joseph.-corrigió el rubio tensando sus músculos.

-Benjamin, no.-se interpuso entre ambos.-Tranquilizaos, por favor.

-Joseph, vamos a volver antes de que este te haga algo.-señaló al salvaje.

-No me va a hacer nada malo, John.

-Bueno, me da igual, ya es hora de que volvamos a casa.

-No tiene por qué hacerte caso.-intervino Ben.

-¿Podéis dejar de pelearos ya?-el pelirrojo comenzaba a cansarse de aquella situación.-Vamos a volver a casa pero él debe acompañarnos.

-¿Qué?¿Por qué?

-Hice un trato con él y ya ha cumplido su parte.-el aldeano se giró y le dedicó una sonrisa al salvaje.

-¿Lo vas a llevar a Agris?-preguntó confundido.-Está completamente loco, Joe.

-Lo sé. Por cierto, ¿sabes dónde estamos? Nosotros llevamos perdidos un buen rato aunque Ben no quiera admitirlo.-el rubio suspiró y puso los ojos en blanco.

-Ni orientación tiene... Si no me equivoco, es por allí.-señaló a nuestra derecha.-Creo que vine por allí.

Andaron durante algunas horas hasta que cayó la noche. Durante su trayecto, Joseph había notado cierta incomodidad y algo cercano a la paranoia en el chico de ojos claros. Había asociado estos hechos a la convivencia con otro alfa, es decir, con John. Cuando decidieron descansar, el rubio decidió alejarse de los hermanos sin dar ningún motivo. Se alejó lo suficiente como para que el olor del omega se mezclara con el olor de las plantas de su alrededor y se disimulara pero se había quedado a la distancia perfecta para poder vigilar y proteger a aquel chico. Ben seguía intentando reprimir sus ganas de abalanzarse sobre el otro y sabía que no podría seguir así por mucho tiempo. Sabía que no podría controlarse si el pelirrojo seguía a su lado pero no podía abandonarlo en un bosque lleno de alfas que estaban dispuestos a pelear por él.

Por la cabeza de John, en cambio, pasaban otro tipo de ideas. No dejaba de pensar sobre qué podía pasar cuando llegasen a su aldea. ¿Se habrían dado cuenta ya de su desaparición? Lo que más le inquietaba era aparecer con un extraño que estuvo a punto de matar a su hermano y a él mismo. ¿Qué diría su padre?¿Y si alguien lo veía? Supuso que su hermano mayor tendría respuestas para algunas de sus preguntas así que se incorporó para cuestionárselas.

-¿Joe?-susurró.

No obtuvo respuesta: estaba dormido. Volvió a tomar la posición anterior y se quedó en silencio contemplando las estrellas.

Por la mañana, el menor de los Mazzello se despertó por los murmullos que escuchaba a su alrededor.

-Benjamin, déjame verla.-cuando abrió los ojos contempló a su hermano de rodillas frente al otro.

-No, no quiero, apártate.-le dio la espalda.

-Cuanto más esperemos, más dolerá.

-¿QUÉ ESTÁIS HACIENDO?-gritó sobresaltando a ambos.

-Ben está herido y no quiere que compruebe cómo va la curación, ¿a qué vienen los gritos?-frunció el ceño.

-Me... Me he confundido.-se sonrojó.-Pensé... Bueno, da igual, vamos a seguir andando, tenemos que aprovechar las horas de luz.