Podrían pasar minutos, horas e incluso días pero no quería apartarme del Erick, me sentía protegida entre sus brazos y su contención no se compara a ninguna.
—Vamos, te llevare a tu casa—me susurro, asentí. Ya me sentía más en calma.
Caminamos a su auto y apenas me puse el cinturón me paso una botella de agua. Le sonreí y lo observe, estaba con ropa deportiva.
—¿Estabas en este gimnasio?—le pregunté, mi voz salió ronca.
—Si, te vi desde que llegaste y fuiste a hablar con esa mina—encendió el auto—¿quieres hablar de lo que pasó? No te quiero presionar, pero me preocupas.
—Ella es la polola del Ricardo, nunca nos habíamos llevado bien—comencé a contarle mientras veía a la ventana—entonces él me pidió que hablara con ella y finalmente estuviéramos todos en paz.
—¿Por qué llorabas? —preguntó intentando ser amable.
—Cosas del pasado, algún día te contaré—le sonreí levemente.
—Ya—me sonrió.
El resto del camino estuvimos escuchando música, como no estábamos tan lejos no fue un tiempo extenso. El Erick se estaciono y yo pensaba en como despedirme. Es decir, nos habíamos besado hace nada.
—Te veo mañana—se acerco y me dio un beso. Oh por Dios.
—Nos vemos Erick—me baje con una sonrisa plasmada en mi rostro. Había estado llorando hace menos de una hora pero ahora no había quien terminará con mi buen humor.
**
Cada día se sentía más especial que el anterior, no le habíamos puesto nombre a lo que pasaba entre nosotros pero me sentía bien con el Erick. Nos besabamos pero jamás iba más allá.—Ay amo esa película, por fa veamosla—me lance y lo envolví en un abrazo. Amaba Dirty Dancing
—Ya oh—se rio. Me dio un beso en la frente y nos quedamos abrazos en el sillón.
Algunas personas disfrutan de salir a distintos lugares con sus parejas, realizar viajes costosos o ir a restaurantes, bares u otros. Pero yo amaba estar en los brazos del Erick, ni me importaba salir de la casa. Disfrutaba su compañía.
—Como chucha hacen eso—dijo sorprendido. Me reí—Intentemoslo.
—Me voy a sacar la chucha—dije entre risas, el se puso serio.
—¿confías en mi?—preguntó sin cambiar su expresión.
—Si—dije sin dudarlo—pero es peligroso.
—No seai fome—dijo poniéndose de pie y tomando mi mano para que también lo hiciera—aparte es una de tus películas favoritas, nada más romántico que recrear una escena.
—Hagamoslo—reí. Se acomodo y yo imite la escena, solo que como supuse no resultó y termine cayendome de ocico.
—¿Martina estai bien?—se acerco a mi, me dolía mucho la muñeca derecha que fue la que use para no romper mi cara.
—Por la chucha, te dije—reí adolorida. El no se aguanto y también se rio.
Cuanto desearía poder congelar el tiempo o tener la habilidad de regresar a mis momentos más felices, porque a pesar del dolor que estoy sintiendo, me siento inmensamente feliz.
**
Resultó ser que tenía un esguince, el Erick no me dejo hacer nada ese día e incluso de la culpa me compro helado de chocolate. Finalmente la tarde se nos fue entre películas antiguas.—Tengo que irme—dijo cuando termino Grease—te quiero mucho, intenta no esforzarte.
—No quiero que te vayas—hice un puchero—también te quiero.
—Te prometo que vendré mañana—me abrazo—quiero que hagamos algo distinto, así que ponte más linda de lo que eres, ojalá un vestido bonito.
—Bueno—le di un beso y el se fue.
"Javi, acompañame mañana a comprar un vestido porfa"
"¿un vestido? No me digas que el saldrás con el Erick, y como un cliché te pedirá pololeo"
"No sé, igual tampoco me interesa ponerle nombre a lo que tenemos"
"Martina, es obvio que quieres que te pida pololeo"
Tal vez tenía razón, pero no quiero presionar nada, me siento bien con el Erick.
"Ay cállate, ¿vamos?"
"No estoy hablando, y obvio que vamos"
**
Me había probado muchos vestidos pero aún no me decidía, por supuesto la Javi decía que no a todos. No sabía si ponerme algo muy formal o algo no tan formal. Revise mi celu y el Erick me dijo que saldríamos a las 7.—Hueona, te ves preciosa—me miro emocionada, gire y me mire. Extrañamente el vestido me quedaba bastante bien.
Mi celular sono y me percate que me había quedado pegada mirándome.
"Me vine antes para verte, le pedí a Don Mario que me abriera. ¿Te falta mucho?"
“No, ya voy"
—Javi, el Erick ya llego a mi depa—me apure a pagar, ella solo rodó los ojos—Vamos.
Conduje un poco más rápido de lo normal, deje a la Javi y ella me deseo suerte en mi salida con el Erick. Seguía insistiendo en que el me pediría pololeo y yo me estaba ilusionado. Una parte de mi deseaba que tuviera razón.
El ascensor se demoro mucho en llegar, así que prácticamente corrí por las escaleras, ya quería abrazar al Erick y sentirme en casa.
Abrí la puerta pero no vi al Erick, raro, puesto que generalmente se quedaba en el sillón haciendo cualquier cosa. Camine hasta mi pieza cuando escuché un ruido extraño.
Abrí la puerta con rapidez y me congele en el lugar.
—Martina—dijo sorprendido, mi corazón dolió al ver la escena ante mi. Mi madre se separo del Erick y se tapo.
—Hija...
—No digan nada—dije intentando que no se quebrara mi voz—esta todo claro.
Les di una última mirada y me fui, con el corazón destrozado.
**
Hola cabrxs🌻
Espero que disfruten y odien un poquito al Erick en este capítulo.
Que estén de lo mejor.PD: debería estar estudiando.
Amor a las ciencias sociales y a Trabajo Social, pero un poquito de odio a las mil lecturas que dan. 🌻
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La correcta (Erick Pulgar)
Fanfiction¿Quién es la correcta? Dos mujeres, solo una elección. Terminada