Capítulo 17

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Me quede mirandolo, es que no lo veía hace tanto que me parecía irreal que estuviera frente a mi.

—¿Qué haces acá?—pregunté aclarando mi garganta—Es decir, lo último que supe es que estabas viviendo en Italia.

—Aún vivo allá—suspiro—vine porque no no puedo pretender que no tuve una vida acá. ¿Puedo pasar? —asentí y abrí la puerta, encendí las luces y le indique que se sentara.

—¿A qué te refieres? —pregunte realmente confundida.

—Me voy a casar—dijo, lo mire sin entender, o sea mal que mal era su vida—y ella me pidio que hablara contigo. No es que yo no haya querido hacerlo pero es difícil.

—ya—dije sin saber que más decir, me sentía incomoda.

—Creo que mereces saber el porqué nos separamos con Elena—suspiro—como sabes mi profesión requiere de muchos viajes, por tanto cada vez nos veíamos menos y cuando lo hacíamos solo discutíamos.

—Ella dijo que tenias otra—lo mire dolida, tantos cumpleaños, fiestas sin él, las burlas de los niños porque las mamás les decían que me habían abandonado, que no me quería.

—No, apenas y tenía tiempo para venir—dijo serio—jamas la engañe, de hecho hace un tiempo me di la oportunidad de rehacer mi vida.

—Entonces, ¿que pasó? —pregunté algo molesta.

—Hija, esto no es difícil de decir—dijo y note su frustración—Elena no es tu madre biológica, ella...

—¿Qué huea estai diciendo? —lo mire incrédula.

—Elena era mi mejor amiga, tu verdadera mamá y yo nos casamos jóvenes, naciste tu y ella nos abandono—hablo dolido, ¿qué?—Elena estuvo conmigo y me ayudo a cuidarte, pero por mi trabajo tampoco pude quedarme...

—¿Me estas diciendo que ambos me abandonaron?—dije mientras se me escapaban unas lágrimas—¿por eso Elena me odia?

—Ella no te odia—negó—ella es la única que ha estado contigo bebé.

—Me ha hecho la vida imposible desde siempre Jorge—le grite poniéndome de pie—Siempre me ha dicho lo fea que soy, que jamás llegare lejos, maldición ella está con la persona que amo—me quebre, se sentía raro liberar todo esto.

—Hija—intento acercarse pero me aleje y seque mis lágrimas con molestia—Perdón.

—No, no te perdonare, ¿por qué me dejaste con ella? ¿Por qué me abandonaste? —pregunté.

—Porque yo jamás la ame—aparto su mirada—no podía tener una familia feliz con ella. Y vivir de país en país no era lo ideal para ti, por eso decidí dejarte con ella. Te amo Martina, siempre quise lo mejor para ti.

—¿Nunca notaste lo mucho que me desprecia Elena? —pregunté, es que era obvio, cada vez que le hacía algo para el día de la madre me humillaba.

—Si—confesó—creí que luego cambiaría...

—Andate, de verdad tienes que irte ahora mismo—dije apuntando la puerta, el me miro dolido—Y ni se te ocurra mirarme como si te doliera hueon. Ni siquiera mereci que te llame papá, desaparece de mi vida para siempre, casate, ten mil hijos si queri, pero no vuelvas a aparecer te frente a mi.

—Lo lamento mucho Martina—le di la espalda, mientras las lágrimas seguían cayendo por mi rostro, la puerta se cerró y me deje caer el sillón permitiendome llorar, porque todo esto era una mierda.

¿Qué había hecho yo para merecer todo esto? Esa era la pregunta que me atormentaba, cerré los ojos recordando todos los rechazos de Elena y sus palabras crueles hacia mi, las cuales habían aumentado mi inseguridad.

—Mamá, hice esto en clases—corrí emocionada buscándola, la encontré en su pieza con un montón de botellas, ¿acaso mami tenía mucha sed?

—¿Qué huea queri Martina? —dijo brusca, me sobresalte pero aun así no quite mi buen humor.

—No fuiste a mi acto, soy la mejor. La profesora dijo que si seguía entrenando llegaría hasta a los juegos olímpicos—le conté feliz, me encantaba la gimnasia.

—y te darían la medalla gracias por hacernos perder el tiempo—comentó riendo, eso dolió mami, pero no importa. Ah el regalo.

—Mira lo que te hice—dije y le pase mi dibujo, ella lo tomó y lo miro con desprecio, ¿acaso estaba feo?

Deberías dejar de hacer estas hueas, esta horrendo—dijo sin interés y lo rompió. ¿Por qué eres así mami? Me fui de ahí prometiendo que no le entregaría otra cosa hecha por mi.

Cada vez que papá venía a casa por días parecía que era otra persona, aparentaba felicidad junto a mi y yo aprovechaba de disfrutar de su atención, de la de ambos. Pero él nos dejó y ella comenzó a cambiar.

—¿Cuando vendrá papá? —pregunté preocupada, mi cumpleaños sería mañana y él no aparecía.

—No vendrá nunca más, el tiene otra mujer. Se aburrió de ti y ahora tendrá una hija perfecta y hermosa—dijo con rabia. La mire dolida, odiaba no poder responderle.

Se fue dejándome preocupada y para cuando regresó parecía otra persona físicamente, traía el pelo teñido y un maquillaje distinto.

—Mírame Martina, soy hermosa—dijo burlona—pero que vai a saber de eso tú.

Abri los ojos, había sufrido mucho, sin duda que mi infancia y adolescencia no había normal, pero en realidad, ¿quien había tenido una normal? Todos y todas hemos pasado por cosas terribles, cosas que nos han marcado de tal forma que cambiamos y nos hicimos más fuertes.

Era difícil porque como un castillo hecho de cartas, que con tan solo un mal movimiento se desmorona, me sentí tras descubrir que toda mi vida era una farsa. Ya no sabía quién era y lo más terrible de todo, es que estaba cayendo y esta vez, nadie me tendería una mano.

Si no se quien soy, ¿cómo sabré donde voy?

Entonces, en ese momento decidí mandar todo a la chucha.

**
Hola Cabrxss🌻, como vaaan?
Yo morida, pinches pruebas y pinche U.
Aunque en la prueba que me tenia preocupada me saque un 6,6. Soy la más feliz.

Quería mi momento cursi acá y agradecerle a las personitas que me han escrito y comentan, ustedes hacen que siga escribiendo esto. 🌻

Que tengan buen día, xoxo.
N~ (por mi nombre obvio)

La correcta (Erick Pulgar) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora