Fue difícil encontrar estas hermosas rosas doradas, pero fue aún más difícil que te quedaras conmigo.
Tu voz rasposa me hacía soñar despierto, soñaba con más aventuras por descubrir, con más tesoros por encontrar, pero todo lo encontraría junto a ti.
Tu hermosa marca en el ojo me hacia preguntarme como fue tu pasado, tal vez hiciste algo malo, ¿alguien te habrá hecho daño a ti?
Tantas preguntas que nunca me pudiste responder, las ignorabas sin razón alguna, ni siquiera volteabas a verme...
¿No las respondes porque no me tienes confianza? ¿Porque no quieres hablar de tu pasado? ¿Hiciste algo mal? ¿Tienes miedo de que te vea como un monstruo? ¿No quieres que le diga a los demás?
No podría hacerlo, no haría nada que te afecte a ti, no puedo hacerte sentir mal, la culpa me mataría...
Todo ese silencio fue interrumpido por la persona que reina en mis pensamientos, siempre parece tan feliz pero siento que no puedo confiar en esa falsa sonrisa.
-Hey!¡ ¿Que tal kurt?- preguntó aquel minero con una de esas sonrisas que me hacían dudar.
-Oh...hola norton- dije con poco animo.
-Oye ¿estas bien, kurt?- solo pude sentir como se acercaba lentamente a mi para sentarse a mi lado.
-Si...solo estaba pensando en algunas cosas- conteste con algo de incomodidad.
-¿Estas seguro? Es que tu no eres así- apretó suavemente una de mis manos.
-Si tranquilo, solo...- dude un momento en lo que diría, esas palabras se quedaban atoradas en mi garganta pero sabía que era necesario -no lo se norton, creo que...necesitamos un tiempo-
Su expresión se volvió vacía y simplemente salió de la habitación, por un momento cuestione si hice lo correcto.
Se que prometí no hacerte daño, pero no puedo vivir con tantas preguntas.