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Aun recuerdo el día que te conocí, esa hermosa sonrisa, esos hermosos ojos, ese cuerpo que soñé con explorar, desde el primer día tuve esos lujuriosos deseos, algo que se me hizo completamente normal ante tal perfección y belleza tal vez a ti no te gustó, aunque nunca supe si era así, jamás te conté sobre mis obscenos sueños.
Tuve que esperar tanto tiempo para ver porfin todo lo que se ocultaba entre toda esa ropa, para que esos labios porfin fueran solo míos y pudiera probarlos cuando yo quisiera, no me importaba si estábamos en una partida, tenía que estar contigo para protegerte, para besarte, para tocarte.
Aun recuerdo nuestros pequeños encuentros en cada partida, aunque no fuera en todas las pocas que recuerdo fueron tan emocionantes, nos encerrabamos en los armarios, intentabamos hacer poco ruido pero para ti era casi imposible.
Era mejor que decodificaramos por separado pero mientras tu estuvieras en otro lugar con alguno de los otros o incluso con el cazador no podía concentrarme, necesitaba tenerte a mi lado, no me importaba si atrapaban a los demás, con que tu salieras de ese lugar conmigo todo estaría bien.
Pudo ser así más tiempo, pero fui tan idiota que rompí mi promesa, esas preguntas las pude responder en cualquier momento pero preferí esperar, ¿esperar a que?, Dios mio, jamás supe que estaba esperando, ¿a estar solos, a tener más confianza?
Tal vez si fue mi culpa que todo esto terminara así.
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