Sin salida.

El adios

La forma en la que alejas es tan notoria como la forma en la que demuestras tu interés por alguien.
Los días pasaron como si nada y yo intentando aferrarme a esa pequeña felicidad que creía real.
Esta será la última vez que escriba sobre nosotros, porque ese "nosotros" no existe más.
La forma en la que mi pulso se acelera cuando te veo es inexplicable.
Todos comentan y me aconsejan que debería dejar de llorar por esto.
"Son cosas que se superan y que a la larga se olvidan".
No lloro porque te haya querido más de lo que haya podido si quiera imaginar; lloro por la manera en la que tus ojos me miraban últimamente. En resumen, no me miraban.
Sentía tu tacto tan frío, tu corazón tan alejado y nuestro amor cada vez menos apasionado.
Intenté luchar por esto, solo Dios sabe cuantas veces he intentado aunque sin resultados.
No me arrepiento de haberte dado lo mejor de mi, porque estoy segura que solo tú conoces esa versión de mi.
Y siempre serás tú la primera persona en la que creí tanto...
Estoy segura que todas las lagrimas que he derramado me han hecho más fuerte.
Te extraño y te extrañaré, no espero que tú lo entiendas.
Solo te pido que estés seguro que tus sentimientos para la próxima vez que pienses que amas a alguien.