A primera vista da la impresión de que es un país increíblemente pobre, sin
muestras de visible progreso. El tráfico es un caos, sus edificaciones muy viejas, se
ve a miles de personas durmiendo a la intemperie, etc. Pero las primeras
impresiones suelen ser engañosas. Se ha pronosticado que India será la tercera
potencia mundial en 2020, después de Estados Unidos y China. El crecimiento
económico de los últimos años ha promediado un 8.8% anual, el doble de
Latinoamérica y el país ha sacado de la pobreza a más de 100 millones de personas
en los últimos 15 años, desde que inició su apertura económica. En las últimas dos
décadas la clase media se ha cuadruplicado.
Tiene una enorme población de ingenieros, técnicos y científicos sumamente
preparados, que hablan inglés. La industria del software había crecido de la nada a
una industria de 35.000 millones de dólares en 2008. Los 300.000 jóvenes
ingenieros que se graduaban anualmente sin contar los 84.000 que se graduaban en
Estados Unidos, constituían una mano de obra calificada con la que ningún país
puede competir en costos.
El gobierno socialista del Partido del Congreso habla orgullosamente de la “Nueva
India”. El Ministerio de Turismo lleva la campaña: “La increíble India”. La India
esta creciendo casi tanto como China, pero sin un régimen dictatorial. Alrededor de
2015 habría una misión tripulada a la luna. La India se está convirtiendo en el
cerebro del mundo, creando no solo empresas multinacionales de servicios de
informática, sino también de contabilidad, ingeniería, diagnósticos médicos de rayos
X, y todo tipo de servicios.
Sobre el atraso en la infraestructura, una de las diferencias entre China y la India es
que los chinos han invertido fuertemente en el desarrollo de la infraestructura,
mientras que la India lo está haciendo en el desarrollo humano. Si la India no tiene
más rascacielos ni modernos aeropuertos, se debe a que la democracia vibrante de
la India hace más difícil que el gobierno expropie tierras o desaloje gente de sus
viviendas, como lo hace el régimen totalitario de China. Con una población mucho
más joven que la de China – casi un tercio tiene menos de 15 años – la India se
apresta a explotar al su ventaja demográfica.
Fue Jawaharlal Nehru, el primer ministro de la India de 1947 a 1964 quien inició la
revolución tecnológica. En 1951 se creó el primer Instituto Indio de Tecnología
en Kharagpur, con un plan de estudios basado en el Massachusetts Institute of
Technology (MIT). En los años posteriores, se crearon los Institutos Indios de
Tecnología de Mumbai, vinculados a universidades tecnológicas de la ex Unión
Soviética; el ITT de Nueva Delhi, asociados con el Imperial College de Gran Bretaña,
el de Madras, asociado con universidades alemanas, y en otras nueve ciudades, cada
uno de ellos asociado a una universidad tecnológica de un país diferente.
En 2009 tenía 103.000 jóvenes estudiando en universidades de Estados Unidos.
Solo el 5% de la población habla inglés, pero por el tamaño del país, eso significa que
el país tiene más de 50 millones de personas que hablan inglés.
En Latinoamérica en cambio no se alienta a los jóvenes a que estudien en las
mejores universidades del mundo pues existe la preocupación por la fuga de
cerebros: hay 14.000 mexicanos con doctorados viviendo en Estados Unidos.
En Bangalore hay 1.850 compañías de informática, con 5 ½ millones de habitantes.
Emplean 450.000 ingenieros, la mayoría jóvenes, que son responsables de la mayor
parte de los 23.000 millones de dólares anuales que genera la India en ingresos
provenientes de la informática.
Un graduado de ingeniería de 21 años gana unos 3.300 dólares al año. En EU por lo
menos 50.000 al año. Las empresas de EU están contratando cada vez más servicios
en la India o montando sus propias subsidiarias de prestación de servicios allí.
A medida que se instalaban más empresas de servicios de computación en
Bangalore, aumentaba el número de estudiantes que escogen carreras de ingeniería
y tecnología. Un ingeniero gana tres veces más que un médico. Los ingenieros están
comprando automóviles, comiendo en restaurantes y produciendo un efecto
económico multiplicador que alcanza a cada vez más habitantes de la ciudad. Y
gracias al auge de la informática, el gobierno ha podido elevar la recaudación de
impuestos y empezar a construir carreteras, escuelas y hospitales. La industria de la
tecnología de la información está creciendo a un ritmo explosivo del 45% anual.
¿Cuáles son las lecciones para América Latina? Primera, “la continuidad rinde sus
frutos”. La India ha mantenido el rumbo de sus reformas, a diferencia de los países
latinoamericanos que cambian sus políticas económicas con cada nuevo gobierno.
Segunda, “el gradualismo rinde frutos”, la India abrió su economía gradualmente, a
diferencia de los latinoamericanos que privatizaron las empresas estatales de la
noche a la mañana. Tercera, “invertir en la educación da resultados”