Relaciones

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Capítulo 9:

Amanecer-07:14 a.m...

Calixto se había despertado temprano, desde la madrugada estaba bastante ansioso, por lo que Spica le había dicho a él.
Se dirigió a la cocina, encontrándose con Spica, cocinando, lo que parecía, el desayuno.

-Me alegras que hayas despertado, ¿cómo dormiste?-interrogó alegre la mayor.

-Bien.....¿qué cocinas?-preguntó sentándose.

-Huevos y tortilla de arroz, tienes que tener energía para hoy.

El otro solo asintió y minutos después su desayuno fue servido, acompañado con un té de hiervas.
Ambos comieron a gusto. Después de comer, Calixto levanto los trastes de la mesa, para limpiarlos y dejarlos en sus respectivos lugares, volvió otra vez al comedor y encontró a Spica al lado de una caja.

-Espero que te gusten tus obsequios-le estiro una caja azul, con un pequeño listón negro, la fémina sonrió ampliamente cerrando sus ojos con alegría.

Calixto abrió cuidadosamente la caja, encontrándose con 2 cuadernillos, uno de ellos era de tapa negra, con una serpiente azul y ojos verde olivos, el segundo, se le veía mas viejo, se encontraba algo desgastado, era de colores burdeos junto con un dibujo de una máscara de color violeta.

-Son diarios, el de la serpiente será el tuyo, y el de la máscara...

-Es tuyo ¿verdad?-la mujer asintió-¿pero...por que me lo das?

-Para que me conozcas....mi historia, ideas, mensajes u otras cosas, como también te puedes conocer ti mismo, se que lo entenderás pronto...

1 semana después...

Calixto había cambiado bastante su persona, ya no es aquel niño cerrado y tal vez algo solitario, ahora era alguien mas abierto y ya había establecidos mas amistades, especialmente con Mu, Aldebarán, Aioria y Shaka.
Con el trío de Afrodita, Deathmask y Shura, el último nombrado, era el único con quien podía establecer una conversación, mientras los otros dos, si hablaba con ellos, extrañamente siempre echaban humos en su presencia.
Con el dúo de Camus y Milo, se llevaba con Camus, Milo...algunas veces era...algo exasperante.
A Spica le tomo mucha confianza y cariño, era como una hermana mayor, e incluso le veía como una madre.

Noche-22:36 p.m

Calixto presintió algo, se teletransporto hacia la entrada de Aries, encontrándose con un sorprendido Mu.

-¿Qué estás haciendo Mu?-interrogó el caballero de Ofiuco, divisando un pequeño bolso que traía el lemuriano.

-Nada de importancia, Calixto-su tono de respuesta fue bastante indiferente.

-Irás a Jamir-le afirmó Calixto.

Mu solo aparto su mirada, al ser descubierto.

-Ah...-suspiro-lamento la muerte de nuestro maestro-Mu agrando sus ojos sonprendidos-por esa razón te irás ¿no?-le sonrió gentilmente el azabache con aires de tristeza.

-Me has descubierto-abrió su boca cuando sintió el afectuoso abrazo de Calixto-¿Q-qué ocu-ocurre?

-Cuídate por favor, ¿si?-se le separo el contrario, mirándole los ojos verdes.

-Esta bien Calixto...Adiós.

-Hasta luego...Mu-el azabache se alejo del pelilavanda, para instante después este haya desaparecido-yo igual tengo que retirarme-así también se teletransporto, a su Templo, específicamente en su habitación-Buenas noches Spica-le dijo a la serpiente que se encontraba dormida.

Se cambio a un camisón y quedándose solo en bóxer, se dirigió a su cama y se arropo, durmiendo profundamente.

Templo de Ofiuco-01:52 a.m...

Spica, la pitón, se había despertado por unos extraños pasos, que se acercaban a la habitación. En unos minutos, la puerta se abrió, dejando ver a nadie menos que.

-"Afrodita de Piscis, ¿que hace aquí?"-reflexionó la pitón, poniéndose alerta.

-Pagarás por la humillación que me hiciste, Ofiuco-silenciosamente se fue acercando a la cama del menor, con una daga en su mano derecha.

Spica al ver esto, se transformó rápidamente en humana, atrayendo la atención del Piscis.

-¿Quién eres?-Afrodita se sintió temeroso, reconocía un aura intimidante en aquella mujer.

-...-no hubo respuesta, el peliceste solo vio como la armadura de Ofiuco, se posaba en aquella mujer, sorprendiéndole y atemorizando más al peliceleste.

Lentamente se fue alejando de la cama de Calixto, hasta que un escalofrío le recorrió de pies a cabeza, cuando la mujer se encontraba justo enfrente de su cara.

-Cuidado con lo qué haces niño-eso fue lo último que escucho antes de desmayarse.

Antes de que este cayera, Spica lo había sostenido, momentos después, la armadura volvió a su lugar correspondiente.

-No pensé que la envidia pudiera afectar la mentalidad de un niño.

Afrodita aún en los brazos de Spica, seguía desmayado, la fémina se teletransporto al Templo de Piscis, buscando rápidamente la habitación del menor, ya al encontrarla, dejo al desmayado en su correspondiente cama.
La polaca le toco su frente con su mano, activando suavemente su cosmos, trasformando aquella mala acción, solo en un mal sueño.

Fin Capítulo 9.

La Reencarnación de Ofiuco:CalixtoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora