Capítulo 29

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Me asuste demasiado en cuanto la maquina comenzó a hacer bip, no registraba ningún latido, los paramedicos se movieron y sacaron aquella máquina para darle pequeños choques eléctricos, solo las había logrado ver en las películas.

Lo prepararon y miraba como le daban aquellos choques eléctricos, ni siquiera sabía cómo se llamaba esa máquina o aparato. Mis mejillas las sentía húmedas, en cada descarga eléctrica su cuerpo se alzaba.

—Lo perdimos —mencionó un paramedico cubriendo el cuerpo de mi novio

—No, no eso no —otro paramedico se negaba dejar morir a mi novio y lo agradecía

—Esta respirando —informó otro paramedico alegre—. Pero su pulso es débil tenemos que llevarlo al hospital inmediatamente si no lo queremos perder

—¿Y que esperan? —preguntó alterado aquel paramedico que se negó a cree que había muerto—. Suban lo a la ambulancia rápido

—¿Puedo ir? —pregunté con la voz entrecortada y me limpie algunas lágrimas

—¿Usted que es del joven? —preguntó un paramedico mientras los otros dos se apresuraban a subirlo

—Soy su novio —respondí con un nudo en la garganta y el asintió

—Muy bien vámonos —comenzó a correr hacia la ambulancia y yo repetí la misma acción

Ya por fin peor había pasado por así decirlo, mi novio estaba fuera de peligro de que el demente de Manu le hiciera algo, pero ahora estaba en riesgo de que algo malo le llegara a pasar por el mal trato que de seguro había resivido y hasta ahora me doy cuenta que esta mas delgado que antes.

—Eres fuerte mi cielo se que vas a salir de esta —entrelace nuestras manos—. Te prometo que esta vez si te cuidare más y Manu va a pagar cada cosa que hizo

El camino al hospital si que largo, pues realmente si estaba algo retirado del hospital, en ningún momento deje de agarrar la mano de mi novio. Por fin llegamos al hospital y bajaron a mi novio para llevarlo a urgencias.

Por obvias razones yo me quedé sentando en la sala de espera, agarre mi celular y a la primera persona que llame fue a la mamá de Joaquín, la cual últimamente no había podido dormir y no tenía descanso alguno pues no dejaba de salir a las calles para buscar a su hijo.

—Emilio por favor dime que ya encontraron a mi bebé —pidió con su voz entrecorda

—Si, ya esta fuera de las manos de ese loco —respondí con un nudo en la garganta

—¿Donde están? ¿Dónde está mi bebé? —cuestionó mi suegra—. Contesta Emilio ya quiero abrazar a mi bebé no sabes las ganas que tengo de verlo

—Acaba de ingresar a urgencias estamos en el hospital "la esperanza" —respondí aguantando las ganas de llorar

—¿Que? Dime que mi bebé está bien, voy para allá.

Mi suegra colgó la llamada se escuchaba realmente angustiada y preocupada, de seguro viene con Renata ella también no ha estado para nada tranquila. Busque entre mis contactos el número de mi mamá y le marque

—Emi, bebé, ¿donde estas? —pregunto dulcemente mi madre

—Estoy en el hospital, acaban de ingresar a Joaquín a urgencias mami —solloze

—¿Que hospital es? —preguntó mi mamá algo preocupada

—Hospital "la esperanza" —respondí

La puesta | | [Emiliaco] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora