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Tony guió a Loki a la cabaña donde escondían al príncipe. No le fue difícil acercarse a la ventana y ver deserca al niño.

—es tan horrendo que me da lastima—murmuró. El pequeño bebé le sonrió. Loki le mostró los dientes y gruñó —te odio. Bestia —

Thor sonrió encantado con su visita y extendió sus manos hacia el. Tras oír el escándalo que hacían las hadas se fue de ahí.

Quizá las hadas no eran indicados para la tarea. Y el pasar de los días lo confirmó más.

—¿porque está llorando? —pregunto Wanda

—tal vez este hambriento —propuso Carol

Stephen quién intentaba plantar unas verduras giró los ojos —alimentenlo—

—si— Carol fue a buscar algo de comida, extendiendo le varía zanahorias y rábanos al bebé.

Thor chillo con más fuerza, mientras el cuervo negaba con la cabeza.

Loki estaba leyendo a varios metros escuchaba el llanto insistente del bebé —si siguen así, van a matarlo de inanición —gruñó tapándose los oídos.

El bebé lloró hasta la noche, cuando las tres hadas dormían.

Loki envío a Tony, con una flor mágica que serviría de biberon, el cuervo de la entregó y mecio su cuna para que el niño pudiera descansar.

Los años pasaron y la presencia de Loki y Tony cerca de la casa donde vivía el pequeño se volvió constante, siempre con la escusa de Loki de que era para ver como funcionaba su hechizo.

Aunque siempre encontraba como molestar a las hadas, como una vez que Loki hizo de las suyas y metió una pequeña tormenta en la casa de campo. Los gritos desesperados de las hadas hizo reír a carcajadas al brujo.

Pero, con el pasar del tiempo el carácter de Hela se volvió sombrío consumido por la paranoya y la venganza. Mandó a destruir el muro de espinas que Loki creo entre ellos y Jotunheim.

Se observiono tanto que envió grupo tras grupo de guerreros, pero todos volvían con mayor conrtidad de bajas queda vez más.

—me fallaste—le gruño al líder de los soldados, Frandal

—es imposible. Creo que es indestructible —confesó el soldado

Hela lo abofeteo —¡Nada es indestructible! —grito colerica —ni el muro, ni Loki ni su hechizo— clavo una daga de hierro en la mesa. Al verla ahí clavada lo recordó, y sonrió al verse tan estúpida por ignorar algo tan importante —traiganme a los herreros—ordenó.

Así la mente  de Hela se dejó llevar a la venganza, para nunca más volver. Mientras los años pasaban y Thor crecía día a día.

Esa mañana, las hadas llevaron a Thor a un día de campo, Loki los siguió, y mientras comían les jugó un par de bromas que hicieron que los tres terminarán peleando.

Pero pronto su vista se enfocó en el niñito rubio que seguía una pequeña serpiente.

—oh, miren, la linda bestia está por caer al acantilado —murmuró. Tony en su forma de cuervo chillo alarmado para que las hadas dejaran su pleito y ayudarán al niño, pero no lo hicieron, así que sólo se cubrió los ojos con un ala.

Loki bajo la vista y luego la alzó. Las raíces de las plantas del acantilado de juntaron en forma de dos manos y levantaron al niño y la serpiente, llevandolo seguro nuevamente.

Tony miró a Loki

—¿que? —pregunto el brujo.

El cuervo sólo lo miró un momento para volver a mirar al pequeño jugar.

La Bella Durmiente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora