Introducción

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Contemos de nuevo una vieja historia para ver que tan bien la conoces.

Era hace una vez dos reinos que eran pecimos vecinos, tan recia era la discordia entre ellos que se decía que sólo un gran héroe o un terrible villano podría unirlos.

En un reino vivía gente como tú o como yo; Gobernada por un rey arrogante y ambicioso, por siempre disgustados, envidiaban la riqueza y la belleza de sus vecinos, pues en el otro reino Jotunheim vivía toda clase de creaturas extrañas y maravillosas. Ellos no necesitaban rey o reina, pues confiaban los unos en los otros.

En un gran árbol junto acantilado, en Jotunheim, vivía uno de estos espíritus. Tal vez parezca sólo un niño, pero no era cualquier niño. Él era un hada, hermoso, de cabellos oscuros y ojos esmeralda, con piel azul y su nombre era Loki.

Recorría siempre los cielos de su reino, siempre con sus alas grandes y magestuosas, saludando a cada creaturas que ahí vivía.

Pero está vez, las demás hadas, peleando entre ellas le contaron de un terrible suceso.

—¿porque tan preocupados? —pregunto Loki.

—los vigías... —Strange iba a continuar pero Carol lo interrumpió.

—¡porque se lo dices tu! —exigió saber Carol—yo quiero decirle—

—yo tambien— Wanda levanto su mano con una gran sonrisa.

Strange miró a sus dos compañeras —son las reglas, Carol. Yo le digo esta vez y tú a la otra —

—¡no! Tu hablaste la otra vez, así que yo lo haré esta vez y Wanda la siguiente —

Loki miro confundido a las hadas —¿decirme que? —

—¡bien! —accedió Sthepen.

Carol sonrió alegre —Gracias —le hizo una beña a su compañero y giro hacia Loki —Loki, los vigías....

Wanda la interrumpió —¡los vigías descubrieron a un humano robando en el pozo de las joyas — los otros dos la miraron boquiabiertos —lo siento —

Loki no espero nada para levantar el vuelo y salir de ahí a toda prisa.

—¡nunca se queda quieto con sus inmensas alas! —grito fuertemente Wanda.

Strange parecía pensativo —humanos aquí... Espero que no haya otra guerra —

Loki voló hacia la jaula de tronco, desde la distancia pudo observar a los vigías, apuntando con su armas algo dentro del tronco.

Uno de ellos le habló en un lenguaje desconocido y Loki sólo le sonrió.

—no tengo miedo —aseguró —la verdad, jamás he visto a un humano deserca — se paro en una de las grandes piedras frente al tronco —¡quiero verte! —

—¡No, ellos quieren matarme! —se escucho la voz desde adentro—ademas son muy aterradores —

Unos de los gigantes gruñó.

—no lo escuches. Tienes un encanto clásico —le calmó. El gigante le dijo algo en su idioma y Loki volvió a hablarle a la niña —no es correcto urtar. Pero no matamos a nadie por ellos ¡ahora sal! —ordeno—¡que esperas, sal de ese lugar! —

Una niña mayor que él, salió de ahí.

Loki la miró de arriba a abajo —¿ya terminaste de crecer? —

—no

—al parecer sólo es una niña—dijo mirando a los guardias.

La niña dio unos pasos hacia adelante —y tú solo un niño... Creo—

—¿quien eres?

—yo me llamo Hela ¿y tu?

—soy Loki —uno de los gigantes señaló a la  niña y gruñó algo en su idioma. Loki asintió —si, es verdad ¡tienes que devolverla! —

—de volver ¿que?

Loki la miró seriamente y luego extendió su mano.

Hela sacó de entre sus ropajes una perla grande y brillante, se la aventó a Loki y este la contempló en sus manos unos momentos, solamente para luego arrojarla al Lago. Le indico a Hela un camino cerca del árbol y la guió a la salida del reino.

La niña algo molesta habló luego de un gran tramo.

—de saber que la desecharias, la abría conservado —

—yo no la deseche —aclaró —la regrese a casa y voy a hacer lo mismo contigo — señaló a unos metros la división entre reinos.

Hela se quedó parada un rato —sabes que, yo vengo de ahí y volveré algún día —señaló el palacio, que se veía tan pequeño desde ahí.—al castillo—

—¿donde vives ahora?

La niña miró en otra dirección —en un establo—

—¿y tus padres?

—me abandonaron los dos. Pará mí están muertos —

Loki miró con tristeza a Hela —los míos igual—

La niña asintió y dio unos pasos al frente —te veré otro día, aqui—

—en realidad no está bien que regreses —pidió Loki —no es seguro este lugar —

—y si tomará la decisión de volver ¿estarías aquí?

Loki lo pensó, en verdad, tal vez debía hacer amigos, tal vez alguien que no fuera mitad arbol —tal vez —

Hela extendió su mano y Loki la tomó, pero enseguida soltó el agarre.

—¡que pasa!

Loki miró su mano y luego la de la niña —tus anillos—señaló —el hierro quema a las hadas

—lo lamento  —Guardo su anillo— seamos amigos ¿si?

El pequeño pensó en ese simple acto, ese simple acto familiar, desinteresado, algo que era tan simple, pero tan significativo para el.

Loki jamás tuvo una familia, Jotunheim era su familia, pero nunca tuvo a nadie tan parecido a él, ni que supiera una de sus debilidades.

La niña volvió tras una semana de espera y ella y Loki se convirtieron en los amigos inseparables. Y por un tiempo fue como si, al menos en ellos, el viejo odio entre humanos y hadas hubiera sido olvidado.

Crecieron juntos, y se convirtieron en lo que tanta falta le hacía al otro, una familia. Cuando Loki cumplió los diesiseis años, Hela le contó la historia del beso del amor verdadero y como este era el hechizo más poderoso de todos, que solamente la familia podía superarlo y ser más fuerte que eso.

Pero no era cierto.

Con el pasar se los años la ambición de Hela la alejo de Loki y la impulso a las tentaciones del reino humano. Mientras que Loki, el fuerte hechicero, se convirtió en el protector de Jotunheim.

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