Las cadenas del deseo

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Capítulo 8

Miro la hora, son casi la 1 a.m. Se supone que debo entrenar a las 6 a.m. con Neji, pero no puedo conciliar el sueño. La pelea con Naruto, el beso con Neji... Todo me da vueltas en la cabeza. ¡Ayyyy! Ahogo un grito contra mi almohada y zapateo, estoy furiosa, y muy muy confundida, pero de pronto escucho el ruido de unas rocas chocando contra el cristal de mi ventanal. Qué rayos, ¿Quién será? Me asomo y veo a Naruto-Kun, quien ya subió a mi balcón. Se ve muy triste, abro la ventana y al instante está frente a mi.

—Hinata, no logro conciliar el sueño, vine hasta aquí para pedirte perdón, eres la única chica con quien quiero estar, sólo estoy enamorado de ti, lo de Sakura ya quedo atrás. Por favor, perdóname.— Dice tratando de tomarme de la mano, pero me safo.

—Naruto, creo que fui muy clara al decir que no tengo nada que hablar contigo, de verdad quiero que respetes mi decisión.

Naruto se acerca a mi y me agarra con fuerza y empieza a besarme hasta dejarme sin aliento.

—¿Acaso no sientes la misma pasión que yo cuando estás en mi brazos?

Trato de que me suelte pero es en vano, además aunque lo niegue me encanta estar en sus brazos y amo que sea tan autoritario. Por Dios, no podría enojarme con él aunque quisiera, aún así debo mantenerme firme y ganarme su respeto.

—Suéltame Naruto, te equivocas, yo no...

—¿Vas a negar que te encantan mis besos? Por favor, si el corazón pareciera que se te saldrá del pecho, y esa forma entrecortada en que respiras me dicen todo lo contrario... Tú eres mía, entiéndelo.— Dice ,besandome una vez más y sujetandome con fuerza, estoy bajo su control una vez más, y una vez más  me encanta.

—Bien, mi padre llega en 3 días de su misión y prometo hablar con él, pero no volveré a perdonar ninguna de tus faltas de respeto, ¿Me entiendes?

—Perfectamente, preciosa. —Dice Naruto mordientome el labio inferior — Además con eso tu primo Neji por fin dejara de mirarte como lo hace, lo detesto ¡de veras!.

—Ya deja de pensar en eso y acompáñame a la cama, estoy agotada.

—Odio que me cambies de tema —dice rascándose la cabeza.— ¿Porque mejor no hacemos algo más divertido?

Estoy recostada en la cama y siento como él se abalanza sobre mi —¿Algo más divertido?— Digo totalmente ruborizada.

—Me encanta esta pijama de seda, es tan suave como tu piel dulce, dulce Hinata.— Dice besándome el cuello, y en respuesta no logro quedarme quieta, es como si mis caderas bailaran al ritmo de sus suaves besos.

—Naruto, no estoy segura de esto, por favor detente.

—¿Estás segura de que quieres que me detenga?

Sus ojos se clavan a los míos y trago saliva, es obvio que no quiero que se detenga, pero tengo mucho miedo, aunque no sé de que. Ante mi silencio él continúa sus lentas caricias, me toma con fuerza y me sienta de rodillas sobre él y estamos frente a frente, ambos en silencio y respirando dificultosamente, le saco la remera y es justo como lo imaginé, es totalmente perfecto, y totalmente tonificado, todo un adonis... entonces siento que coloca sus manos en mi cintura y toma mi blusa de modo que  levanto los brazos y el me desviste, siento como por unos segundos dejo de respirar, me observa impasible, bajo la cabeza, estoy apenada.

—Eres tan, tan hermosa.— Dice Naruto.
Me recuesto y él sube sobre mi, una vez más está controlando todo y yo solo me dejo llevar, empieza a besarme lentamente y baja a los pechos y al mismo tiempo los acaricia, derrepente siento que muerde uno de mis pezones y toda la sensibilidad de concentra ahí abajo, no puedo evitar gemir, esto es mucho mejor de lo que pude imaginar, cuando me doy cuenta estoy arañandole la espalda y el levanta el rostro para mirarme, creo que lo molestó que lo arañe.

—Lo-lo siento Naruto-Kun yo no...

—Tranquila cariño, sólo pondremos tus manos donde estén quietas y no me arañen.— Dice y se saca la bandana de la frente y me ata ambas manos a la espalda con ella.
—Como niña mala que eres ahora deberemos castigarte...— dice y me muerde los labios. Vuelve a empezar sus lentas caricias que son una dulce tortura, sin darme cuenta estoy arqueado la espalda para ayudarlo a sacarme el short. Lo hace, estoy completamente desnuda, y no siento vergüenza, estoy tan perdida en sus caricias que no me importa nada. De pronto se aparta de la cama y también se saca todo en la parte inferior y ya no puedo esperar, quiero ser suya, necesito ser suya.
Sube una vez más sobre mi y me susurra al oído —¿Estas lista, cariño? Haré esto muy lento. Solo logro mover la cabeza, tengo la boca seca y el pulso acelerado, cada fibra de mi cuerpo pide a gritos que me haga suya y por fin siento que esta dentro mío, siento algo de dolor y placer, esa mezcla de sentimientos hace que todo mi cuerpo se tense.
—Bien, ahora me moveré cariño.—Dice y coloca uno de sus brazos bajo mío y leves quejidos salen de mi boca, estoy totalmente extasiada ante sus embestidas, se mueve tan lento que hace que mis piernas tiemblen, cuando se da cuenta que me estoy acostumbrando a tenerlo dentro mío me toma de la cintura con ambas manos y sus movimientos se vuelven más fuertes y rápidos, ya no puedo aguantar tanta tensión y llevo la cabeza hacia atrás.
—Vamos, termina para mi Hinata— Junto con sus palabras me pierdo en el clímax, veo sus brillantes ojos azules llenos de placer y orgullo, el embiste un par de veces más, se deja ir dentro mío y se desploma sobre mi.

—Naruto, yo... Te amo.

—Yo te amo a ti.— Dice antes de darme un beso en la frente. —Prometo que siempre te protegeré, ahora que eres mía y mi mujer, más que nunca tengo que cumplir con mi palabra, gracias, por elegirme siempre Hinata.

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Ambos nos damos un baño, y dormimos juntos. Al despertar, de nuevo no está, pero el leve ardor en mi entrepierna me hace darme cuenta que no fue un sueño, que sí perdí mi virginidad con el hombre que amo... Sonrío y me pongo de pie, debo entrenar con Neji, así que me preparo a toda prisa y bajo a desayunar.
No encuentro a Neji en el comedor, termino de desayunar y salgo al patio.

—Buenos días, Neji nii.

—Buenos días Hina. Hoy debemos llegar a 400 hojas, ya estas más cerca de lograr dominar esta tecnica.— Dice y Sonrío orgullosa.

—Todo es gracias a ti Neji.

—Hoy es sábado, no olvides nuestra cita Hina.

—¡¿Cita?!— Digo totalmente ruborizada.

—El castillo de fuegos artificiales Hina, obvio no puedes  fallarme. En fin, terminemos con esto.— Dice Neji y asiento con la cabeza. Ambos nos ponemos en posición de batalla al estilo Hyuga y empezamos...

Naruhina - La historia detrás de la historia - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora