Capítulo 14

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Cuando volvimos de la cita, Sebastián me acompañó a mi casa como siempre.
—Fue divertido —dijo Sebastián, quien al mismo tiempo me rodeaba con sus brazos.
—Sí, me divertí mucho y más porque estuviste tú.
Le di un pequeño beso en los labios y caminé hacia la sala, él me siguió. Después nos acostamos en el sillón y decidimos ver una película. Estar con él era lo más reconfortable que podía hacer en mi día, me inspiraba tanta comodidad estar a su lado con su mano entrelazada con la mía.
—Amor —Me dijo Sebastián, consiguiendo así que mi atención ya no fuese hacia la película, sino hacia él.
—¿Qué pasa?
—La próxima semana tengo que ensayar para la banda, ¿te gustaría venir? —Vi en sus ojos que de verdad él quería que estuviera con él, dandole mi apoyo incondicional como siempre lo he hecho.
—Sí, claro que iré —Le sonreí y continuamos viendo la película.
Cuando terminó la película, subimos a mi habitación, ya que había comprado un pequeño detalle para Sebas.
—Esto lo pedí por internet y llegó justo hoy. Quería darte este detalle porque tú siempre me das rosas, chocolates y este collar que siempre cargo conmigo. —Le dije mientras tomaba la caja y se la entregaba.
Sebastián muy contento se apresuró a abrir su regalo. La primer cosa que sacó del paquete era una camisa negra que en el centro tenía un cubo rubik, ya que a él le encantaban. Sebastián se quedó sorprendido y sonrió
—No puede ser, es grandiosa. Me encanta, muchas gracias, amor.
—Aun hay algo más.
Miró de nuevo la caja y sacó un micrófono inalámbrico, ligero y un poco más pequeño que cualquier otro. El micrófono era color azul y tenía calcado su nombre con brillantina plateada.
—¿Y este detalle?
—Lo mandé a hacer especialmente para ti, ya que siento que te dará buena suerte tener algo que te recuerde que te apoyo incondicionalmente. Esperaba que lo usaras en el acto que harán para la preparatoria #2.
—Yo con gusto lo llevaré, para recordar que aunque estés en el publico, una parte de ti estará conmigo en el escenario. —Me dijo y pude notar un brillo en sus ojos. Ese brillo que tanto me encantaba ver.
—¿Te importa si me pruebo la camiseta?
—Adelante.
Sebastián se quitó la camisa que traía puesta y se puso la que mandé a hacer para él. Le quedaba a la perfección e incluso dejaba a relucir sus fuertes brazos.
—Me queda perfecta. Muchas gracias, amor.
Se quitó la camiseta y no pude evitar notar lo sexy que se veía sin camisa. Él notó que estaba observandolo y me sonrojé.
—¿Te gusta? —Me preguntó.
—¿Qué cosa?
—Verme sin camisa —Me puse nerviosa. Me encantaba verlo sin camisa.
—Sí —Pude contestar al final.
Sebas se acercó a mí y me tomó de la cintura para darme un beso muy apasionado que rapidamente tomó mucha intensidad. Me recostó en la cama y sus manos iban por todo mi cuerpo. Las mías le albortaban el cabello y de vez en cuando se pasaban por su espalda.
Pero de pronto recordé... y no pude más.
—Espera. ¡Detente! —Aparté a Sebastián y después me senté en la orilla de mi cama. El sentimiento pudo más que yo y las lagrimas brotaron de mis ojos mientras con mis manos cubría mi cara.
—Amor, ¿qué pasa? Perdoname, ¿hice algo malo —En seguida Sebas se puso a mi lado, se escuchaba preocupado y un poco asustado. Cuando voltee a verlo, en efecto tenía cara de preocupación. Yo no podía dejar de sollozar y él se puso frente a mí, se puso en cunclillas para que lo mirara y me tomó de las manos suavemente. —¿Hice algo malo?
—No, no has hecho nada malo. —Dije mientras continué llorando. —No eres tú, no es nada relacionado a ti, es sólo que... No he hablado de esto con nadie, nunca. Ni si quiera con mis mejores amigas.
—No voy a presionarte para que me digas, pero si algo anda mal, sabes que puedes contar conmigo.
—No. Si quiero hablarlo contigo. Ya necesito contarselo a alguien. Ya no puedo más. —Dije mientras las lagrimas seguían saliendo de mis ojos.
—Sabes que puedes confiar en mí —Me dijo Sebas tomando mis manos.
Lo miré fijamente y por dentro sentí que era la persona a quien podría contarle y con quien podría desahogarme.
—Hace unos 3 años, cuando tenía 11 o 12 años, tuve mi primer novio... —Más lagrimas brotaron de mis ojos —No entraré en tantos detalles, lo que pasó fue que un día que mis papás no estaban en casa, él vino. Me insistió en subir a mi habitación y... me violó —Comencé a llorar con mucha fuerza, el recordar ese hecho tan traumático para mí me ponía super mal —Pasaron 2 semanas hasta que tuve el valor de decirle a mis papás lo que había pasado. Ellos comprendieron la situación y me acompañaron a poner una denuncia. Hace poco fue su juicio y lo han declarado culpable, pero yo... yo aun no puedo continuar con esta parte de mi vida y no sé si algún día podré hacerlo.
Al terminar de hablar Sebastián me abrazó y me sentí reconfortada en sus brazos, me sentí cómoda, me sentí segura.
—No dejaré que nadie más te vuelva a hacer daño —Dijo Sebas y lo supe. Supe que era él, el indicado. Que él era con quien más segura podía estar, era quien me amaba incondicionalmente y yo a él.
—Gracias. —Logré decir —No vayas a apartarte de mí nunca, por favor —dije mientras me aferraba a su cuerpo en ese abrazo sincero.
—Te prometo que nunca lo haré.

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⏰ Última actualización: Jul 01, 2020 ⏰

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