En mi corazón yace un recuerdo que le dice a las estrellas: «No olvides recordarme, mi amor.»
La historia es totalmente idea original de @FanficsDeQueen
No puedes hacer ninguna adaptación sin consentimiento de la escritora. Quedan prohibidos los pl...
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“Déjame vivir el momento”
La sonrisa de Jocelyn involuntariamente seguía enmarcando su bello y blanco rostro, John lo sabía y podía disfrutarlo. Si bien era todavía joven para hablar de amor verdadero y sentir que estaba junto al suyo, no evitaba pensar que Jocelyn era la correcta todavía sin buscar a nadie más, pero es que la verdad él no quería a nadie más.
—Qué bello, gracias por el detalle —la rubia se mordió el labio nerviosa, ¡Y lo estaba! Acababa de darse cuenta al lastimarse el labio inferior—. Nunca nadie me había regalado una flor.
—Eso debe ser mentira —John no lo creyó ¿Cómo una chica tan linda como ella no podía vivir rodeada de regalos y detalles por parte de algunos tantos admiradores? Negó divertido—. Seguro que siempre llegas a tu casa con una flor distinta todos los días.
Jocelyn de inmediato al oír las palabras de John dejo escapar una risita súbita y nerviosa, intentando esconder la sonrojes de su rostro cubriéndose la punta de su nariz con la flor. John sintió desvanecerse sobre el suelo al ver que las mejillas de Jocelyn estaban pintadas de rojo y más aun cuando sus mejillas se elevaron porque estaba sonriendo.
—Debo decirte que siento una gran curiosidad por ti, John —hablo todavía nerviosa Jocelyn, mostrando de una vez la cara a su acompañante
—¿Ah sí? —John sujeto con fuerza el volante de su bicicleta, debía sostenerse fuertemente de algo o en serio caería desmayado en cualquier momento
—Sí. Si yo te viera por primera vez del otro lado de la acera, todavía sin saber nada de ti como hasta ahora o sin conocerte, diría sin pena que eres un chico tímido, introvertido y a veces bastante cohibido con sus propias emociones.
Las palabras de Jocelyn le cayeron como un balde de agua fría sobre la cabeza, poniendo así fin a sus fantasías y sobre todo al comportamiento que había adoptado ¡John no era así! Jocelyn había acertado perfectamente a su personalidad y, todavía preguntándose cómo, se dio cuenta de que por un momento había dejado de comportarse tímido y reservado. El ahora John Deacon que podía ver reflejado en el cristal de la ventana que estaba detrás de Jocelyn, no era para nada parecido al John Deacon de todos los días, un chico callado en el colegio y lamentablemente también en casa.
—Y estás en lo cierto —John titubeo un poco—, Jocelyn, yo sólo quisiera que tú y yo pudiéramos…
—¡Jocelyn, es hora de…!
Jocelyn volteó alarmada para responder a la voz de su madre, que había interrumpido a John en lo que se podría decir, iba a ser una confesión o una invitación. Jocelyn al ver a su madre por detrás, suspiro triste porque no había dejado a John terminar con lo que iba a decirle y ella se quedaría con la duda tal vez para siempre.
—Buenos días, joven —la madre de Jocelyn bajo unos cuantos escalones
—Buenos días, señora —respondió educadamente el castaño—. Jocelyn, que tengas un buen día, nos vemos.
