Capitulo 2: El Novato

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Kath se bajó del coche de Kevin como una bala el timbre acaba de sonar y tenía que atravesar todo el campus delantero, recoger su horario en secretaria y dirigirse a su correspondiente clase.

-Gracias por traerme- Dijo Kath de mal humor, cerrando la puerta con demasiada fuerza.

- He notado tu gratitud cuando me has lanzado el despertador- Se buró Kevin - Suerte en tu primer día, llamame si necesitas que venga luego a recogerte -.

Kath quería decirle que no necesitaba una niñera, que podía ir sola a casa andando o en la moto de alguno de sus amigos, pero no tenía tiempo para discutir, llegaba tarde y la puntualidad era la primera norma del instituto, para nada quería acabar el primer día de clase en el despacho del director Jesús, había visitado tantas veces aquella sala que se la conocía de memoria, en realidad a esas alturas, aunque no hiciera nada si se producía algún altercado no dudaban en señalarla sospechosa o incluso culpable.

Sentía que su cabeza se hinchaba por momentos como un globo y que no tardaría en explotar, además su boca se parecía a la suela de una zapatilla de esparto y su humor no era demasiado agradable. Definitivamente no había sido buena idea prometerle a Kevin que asistiría a clase, por lo menos podía haber esperado a que se la pasara la resaca antes de comprometerse en algo.

Sin darse cuenta ya había salido de la pequeña sala de secretaría con varios papeles de la mano, el primero con una lista de los profesores y de sus asignaturas, el segundo con el horario escolar y el tercero consistía en una serie de normas básicas del instituto.

Kath echó un vistazo rápido a su horario. Matemáticas ocupaba el primer recuadro.

"¿Quién es el loco que ha puesto matemáticas un lunes a primera?" resopló disgustada pero no podía perder más tiempo, seguramente la clase ya habría empezado.

El aula 213 se encontraba en el primer pasillo del segundo piso, el año pasado había dado varías asignaturas en aquella clase, esperaba encontrar su mesa situada al fondo solitaria como siempre. La mayoría de los jóvenes de la Fuente decidía abandonar el colegio lo antes posible, otros seguían allí repitiendo curso contantemente y solamente Ari, un chico de la banda llamado Luis y ella habían llegado al último curso.

Normalmente Kath solía sentarse con su mejor amiga excepto en Matemáticas y Economía ya que Ari y Luis habían decidido sustituir estas asignaturas por Latín y Griego considerando a las lenguas muertas más sencillas y fáciles de aprobar.

Mientras subía los escalones de dos en dos miró el nombre de su nuevo profesor de matemáticas, bueno en este caso profesora; Ana María Collado.

-¿Puedo pasar?- Preguntó tras golpear la puerta con los nudillos y asomarse sintiendo todos los ojos en ella. Por un momento tuvo que esforzarse por reprimir el impuso que la obligaba a salir corriendo de allí, le había hecho una promesa a Kevin y ella nunca rompía las promesas.

Aunque sentir los ojos de un montón de niños ricos que no sabían nada sobre la vida real la revolvía el estómago. "O quizás es el tequila" se dijo y una leve sonrisa se extendió en sus labios. Contempló a la clase de reojo, intuía que ninguno de esos chavales duraría más de un día en la Fuente.

-¿Y tú eres...?- La señorita Collado era una mujer joven de unos treinta años rubia teñida y de unos intensos ojos marrones oscuros que desprendían una gran fuerza, a pesar de su baja estatura su voz era alta, clara y segura.

-Vaya a llegado lo mejorcito de la clase- bromeó una chica sentada en la primera fila con un exquisito pelo rubio liso, unos labios perfectamente pintados y una sonrisa demasiado encantadora, Lorena Buendía, la única chica del instituto que conseguía sacar lo peor de Kath. Por supuesto todos los demás rieron la brillante ocurrencia de Lorena.

Un desastre delicioso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora