Un Amanecer Oscuro ( El Ocaso )

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                          La Caza

                 † Narra Rhydius †
– Estoy un poco cansado. Voy a ver a mi madre – dije con una pesadez en mis pensamientos

– Veo a mi madre y cada vez se pone en peor estado – me dije tristemente me dolía verla así y no como solía ser antes

  Me decido por lo último que me queda, salir a cazar que es lo mejor que se hacer. Me pongo mi camisa negra y me cambio de pantalón, me pongo mis botas negras con broches platas y mis guantes color carbón ceniza que hace que mis dedos estén al descubierto me pongo una banda negra larga en el cabello, pienso que es algo ridículo pero me queda bien para mí estilo por eso me la pongo y por último cojo mi carcaj con flechas y mi arco para salir a cazar y traerle comida a mi madre.

– Cazé un pájaro no muy grande – digo no con mucha impresión – Pero seguiré buscando – digo con la esperanza de encontrar algo  

Me detuve y vi a un venado, prepare mi arco para la caza pero justo cuando lo tuve en la mira para soltar mi flecha se fue rápidamente. Me preguntaba para mis adentros de qué era eso, había sido muy extraño y  estaba confundido. Había un silencio profundo en el bosque solo se escuchaban más que los pájaros cantar hasta que de momento escuche a alguien llorando supuse que era una chica y fui a ver cautelosamente.

– Y si era una chica. Y por cierto muy bonita – dije a lo lejos en un susurro que sólo podía escucharlo yo mismo.

Decidí acercarme más hasta que se dió cuenta de mi presencia y me paré al frente de ella. Podía ver que ella se secaba las lágrimas para que no la viera llorar pero como quiera lo pude notar. Podía notar que su mirada decía de que hacía aquí y quien era yo. Entonces para romper el silencio que me atormentaba opté por hablarle y decirle:

– ¡Hola! Me llamo Rhydius Derson Pero todos me dicen Rhydius que Derson – le digo

– ¿ Que haces aquí ? – dijo enojada

Escojo por darle explicaciones aunque no debería darle ninguna explicación a nadie sólo a mí madre que sería la única en darle explicaciones.

– Venía cazando con mi arco hasta que te escuche llorar – le había dicho de forma amable

– Tu argumento no suena tan convincente, pero bueno mi pregunta es ¿ Que tan lejos me escuche llorando ? – dijo la chica en forma curiosa

– La verdad es que era bastante lejos calculando para mi por tener buen oido para la caza – digo en tono neutral

Había desarrollado esa habilidad desde lo que me sucedió hace unos años y al día hoy tengo preguntas sin responder en mi cabeza

– ¡ En serio ! – había dicho la chica en tono sarcástico

– ¡ Si ! ¿ Por que ? Acaso cree que le miento –  dije seriamente

– Pues no lo sé por qué no lo conozco pero supongamos que si – dijo riéndose de una manera en parte burlona la chica

– Tienes razón yo no te conozco tampoco pero eso no quiere decir que usted también puede estar engañandome – digo estratégicamente

– Así que cree que yo estoy llorando por llorar para engañarlo –  dijo muy enojada la chica

– Bueno dígamelo usted señorita – dije en tono tranquilo

– Yo tengo nombre, mi nombre es Gabilia – dijo enojada aún más

– Entonces dime una razón por la cual confiar en ti – había dicho 

– Dime tú una razón por la cual confiar en ti – dijo Gabilia

– Una de las razones sería que si fuera otro ya la hubiera asesinado o la hubiera vendido a cualquiera por que necesito el dinero, pero no lo hice –  dije enojado

La verdad no se porque dije eso, bueno si mate aquel ente pero no sé si tenga el valor para acabar con su vida en este momento.

– En serio hubiera hecho eso – dijo Gabilia apunto de salir sus lágrimas de nuevo

– Si lo hubiera hecho, pero veo en sus ojos que no merece sufrir más de lo que ha sufrido ya, no es así – digo seriamente mirando fijamente a Gabilia a los ojos mientras le salía una lágrima del lado derecho a Gabilia

No puedo hacerlo, simplemente no puedo algo me lo impide.

– ¿ Dime por que llorabas ? – dije muy serio

– Y por que te importa – dijo Gabilia con tono enojada

–  Por que debe de haber una razón por la cual llorar no crees – dije un poco animado, pues para animar el ambiente

– Bueno te cuento, estaba buscando una especie de fruta llamada bayas y moras para mi hermano y para mi, para el desayuno, cuando estaba a unos pocos metros de la casa de momento veo una especie de fuego, pero diferente, este fuego era rojo como la sangre con anaranjado pero lo más extraño era que se destacaba más el negro que el rojo, el fuego se esparció rápidamente tanto que en menos de 30s no quedó nada de la casa. Y lo peor de todo era que escuchaba los gritos de dolor de mi hermano y lo podía ver cómo se quemaba con mis propios ojos y no pude hacer nada, algo me retenía como un escudo para no poder ir a ayudarlo. ¡Fue horrible!, lo único que quedó fue sus cenizas en forma de montaña cuando desapareció el fuego y entre a la casa. – dijo llorando sin detenerse Gabilia

– De verdad, perdóname no sabía que había muerto tu hermano. Eso fue algo trágico – dije tristemente, me había sentido muy mal por lo que le había dicho antes a Gabilia

Abrazó a Gabilia para consolarla para que se sintiera un poco mejor pero creo que de nada sirve con el dolor que debe estar sintiendo y la comprendo en parte por que había perdido a mi padre en invierno cuando era niño, me recuerdo que se había despedido de mi y de madre para irse a cazar, pero mi madre le decía que era muy riesgoso que no debía ir, pero el punto es que era para darnos de comer a mi madre y a mi para que no murieramos de hambre.

Lo que más lamento hasta el día de hoy es como yo podía haber ayudado a mi padre de cualquier manera que no fuera quedarme en casa para que llegará bien y no muriera en brazos míos y de mi madre.

Algo me había sacado de mis pensamientos fue el abrazo correspondido de Gabilia ya que yo la abrazaba y no sentía un abrazo de su parte es fría pero tenía su lado sentimental con la muerte de un familiar cercano hasta yo. Me di cuenta que ya se hacía tarde y pronto sería de noche entonces deje de abrazar a Gabilia.

– ¿ Veo que estás un poco cansada quieres venir a mi casa ? – le propuse

– Esta bien sólo por esta noche ya mañana me iré – dice secándose las lágrimas