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         Trabajo en el taller de Sutae

                  †Narra Gabilia†
Ayer me quedé esperando a que  llegara Rhydius y me di cuenta cuando desperté que me había  quedado dormida antes de que llegara. Eso me preocupa por que el no es de llegar a esas horas y ni hablar de lo que le habría pasado.

– ¡Ah! Puras estupideces mías – dije para mis adentros– Pero ya veremos con lo que viene hoy –dije de nuevamente para mis adentros

Me cambié de ropa pero antes me di un baño y después fui a la cocina y prepare un jugo de manzana con las manzanas que encontré en la mesa supongo que las tragó ayer. Hice unos huevos revueltos en una especie de horno sólo que arriba tenía un hoyo para poner una plataforma plana circular metálica o de piedra. En mi caso era de metal. La puse, busque leña afuera ya que lo que había eran cenizas y prendí el horno e hice los huevos revueltos. Hice para la madre de Rhydius, para Rhydius y para mi. Cuando puse todo listo entró Rhydius al comedor con el pelo revuelto y frotándose los ojos.

                 †Narra Rhydius†
Me levanté un poco tarde pero no tanto como para llegar tarde a el nuevo trabajo. Me sentía como si me hubieran dado una paliza. Siento como mis ojos se pegan y no quieren abrirse por completo y me fui caminando frotandome los ojos para buscar algo para comer en el comedor antes de irme. La sorpresa que me llevo fue que Gabilia ya había preparado el desayuno con un jugo el cual veo que lo preparó ella por las manzanas desaparecidas del cuenco de frutas en medio de la mesa del comedor. Me sorprendo al ver tal acto inesperado y le digo:

– Y esa inspiración ¿De donde viene? Si yo siempre hago el desayuno – estaba sorprendido que hasta termine de despertar por completo

– Decidí hacer el desayuno ya que me he quedado más tiempo de lo esperado y quiero colaborar en la casa y que mejor que la comida – me contestó con alegría en su tono de voz

Hoy la ví muy feliz creo que más feliz cuando la ví sonriendo por el tiró perfecto que le dió a la diana en la práctica de arco y flecha.

– Eso está bien gracias por la ayuda, espero que no te vallas hoy verdad – dijo un poco apenado

– No, la verdad quisiera irme para no causarte molestias pero no tengo a donde ir – dijo Gabilia cabizbaja

– Tu no causas ninguna molestia y la verdad puedes quedarte todo el tiempo que quieras – dije con una sonrisa para que no se pusiera triste de repente

– Gracias pero en cuanto consiga un lugar me voy – había dicho seriamente Gabilia

– Está bien – dije sin más

Me dió el plato en la mano y me senté en una de las sillas de tres que habían y empezé a comer. Mientras que por otro lado Gabilia se dirigió el cuarto de mi madre a darle comida la comida que había preparado. Termine mi comida lo más rápido posible me di un baño, me cambié para irme y no llegar tarde al taller de Sutae. Justo iba a salir pero Gabilia me detiene mirándome en el pasillo que da al comedor y me pregunta:

– ¿Por que llegaste tarde ayer y por que te tienes que ir tan temprano? – dijo de manera suspicaz

– La verdad quisiera explicarte después por que tengo que ir a un lugar pero en cuanto llegue me haces todas las preguntas que quieras y yo te respondo – dije con prisa

Un Amanecer Oscuro ( El Ocaso )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora