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             Lidiando con la princesa

                   † Narra Gabilia †
Rhydius se había ido hace unas horas de la casa. Estaba realmente preocupada por su nuevo trabajo. Ese trabajo me da mala espina. Se que algo pasa con Rhydius y todo empezó desde que llegó a la casa preguntándome ¿Que si me quedaría aquí o si nos mudariamos? Yo creo que eso tiene que ver con su trabajo algo pasa. Además de cuando los guardias se llevaron a su madre. Tengo que averiguar en qué problema está metido Rhydius pero...¿Como?

                 † Narra Rhydius †
Me encontraba hace unas horas en el palacio. Al menos no fui descubierto. Tenía que idear un plan para derrocar al rey. Primero mandar mi familia lejos de su alcance. Un lugar donde el no sepa en donde los puede encontrar. Segundo, disimular lo mejor posible lealtad al rey para que confíe en mí. En eso la princesa estará envuelta. Tercero, cuando mi familia esté lejos voy a escaparme del castillo e iré con ellos. Todo el que se interponga le daré muerte. Bueno hablemos con la princesa para empezar.

– ¿Princesa está bien? – dije con voz preocupada

Pero no me importaba lo que le pasaba. Sólo es parte del plan.

– ... –

– ¡Princesa! – dije con voz más preocupante

– ... –

– Princesa se encuentra ahí – dije mientras tocaba la puerta

– ... –

Entonces decidí abrir la puerta de una patada. Abrir la puerta de una patada pero la princesa no se encontraba en su recámara había salido por la ventana atando los trajes de su cuarto para bajar. Baje por los trajes atados hasta tocar el suelo entre arbustos. A lo lejos vi un traje violeta claro.

– De seguro es la princesa – me dije a mi mismo

Me dirigí a donde se encontraba en el área de arquería. 

– ¡Quien anda ahí o le disparó con mi arco! – dijo alarmada la princesa

– Soy yo Rhydius su escolta – dije sereno

– ¡¿Tu de nuevo que haces aquí?! – dijo furiosa

– Princesa mi deber es brindarle protección – dije neutral

– Yo me se cuidar sola por si no lo sabias – dijo furiosa

– Y lo sé princesa pero es su padre el que no esta convencido de ello – dije

– Umm... Tienes razón le mostraré a mi padre que no necesito un escolta – dijo pensativa

– Yo estoy a su disposición princesa – dije seriamente

– Si,Si,Si ahora vete – dijo furiosa

– No puedo ya sabe por qué – dije

– Pues quédate pero no hagas algo estupido – dijo mirándome

– Si princesa – dije e hice una reverencia

Me quedé mirándola mientras tiraba todas las flechas de su carcaj. Cómo las recogía.

– La ayudó princesa – dije animado

– No, lo sé hacer sola no necesito tu ayuda – dijo

– Déjeme ayudarle sería descortés no ayudarle – dije seriamente

Y la ayude a recoger las flechas del centro de la diana.

– Te dije que no necesito tu ayuda no escuchaste – dijo furiosa  

– Disculpe princesa – dije arrepentido

– Bah...no te disculpes no me  hace falta tus disculpas. Ahora ¡Vamonos! – dijo con una voz fina

– Como diga princesa – dije

Acompañe a la princesa hasta su recámara. Me quedé afuera hasta que se hizo de día. Ella salió de su recámara temprano y me miro sorprendida.

– Te quedaste toda la noche. No hacía falta – dijo con ironía

– Es mi trabajo princesa – dije tranquilamente

– Bueno hoy hay trabajo que hacer – dijo animada

– Diga princesa – dije

– Vamos a el convento tengo que rezar – dijo sería

Nos encontramos en el convento ella se dirigió a un cuarto y me quedé afuera. A unos pocos minutos salió del cuarto con un traje largo hasta los talones de color blanco con un pequeño escote en su cuello. Su cabello negro brillaba con la luz del sol que pasaba por las ventanas mientras ella rezaba. Terminó de rezar,se levantó, hizo una reverencia y nos fuimos al castillo de nuevo.

– Odio que siempre estés detrás de mí – dijo la princesa

No dije nada. Pasaron los días y lo mismo la princesa me reprochaba por todo y me culpaba de todo. Yo sabía que está tarea no sería fácil pero que con el tiempo me la iría ganando poco a poco. Visite a mi madre al día siguiente. Estaba feliz por mi llegada que me dió un fuerte abrazo al igual que yo. Gabilia me miraba feliz por mi llegada pero también dubitativa. No estuve mucho tiempo por que me había escapado y me despedí de ellas prometiendo le que volvería en cuanto pudiera.

Llegue al castillo y la princesa se encontraba nuevamente encerrada en su recámara.

– Princesa necesita algo – dije

– Si – dijo animada

– Dígame – dije con cortesía

– Que te vallas de mi vida no te quiero ver no te necesito – dijo furiosa

Fue otro,otro y otro día que la princesa me reprochaba, me peleaba e insultaba. Estaba harto de sus peleas me estaba sacando de mis casillas. Pero en este momento mientras hacía guardia en la puerta de su recámara se me ocurrió una idea. Toque a la puerta.

– Princesa puede salir un momento – dije

– ¡No! – dijo furiosa

– Le conviene princesa – dije con voz tentativa

Entonces salió.

– ¿Que quieres? – dijo desanimada

– Se que se quiere librar de mí no es así – dije

– Prosigue – dijo interesada

– Actúa como que depende mucho de mi y le habla mucho de mi al rey hasta que se harté y deje de ser su escolta – dije seriamente

– Buena idea. Me gusta colmarle la vida a mi padre trato hecho. – dijo riendo

– Trato hecho – dije riendo 



Un Amanecer Oscuro ( El Ocaso )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora