Visita nocturna

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Danny se despertó sobresaltado, y respirando con dificultad. Miró el despertador a su lado, eran las 2 de la mañana.

—Un mal sueño de nuevo, debería buscar un remedio, cada vez son más frecuentes.—Dijo en un susurro.

Apenas había dormido un par de horas.

Encendió la luz, no podría volver a conciliar el sueño por ahora.

Decidió mirar por la ventana, y al abrir las cortinas pudo observar al chico de antes, estaba durmiendo apoyado en la ventana, aunque parecía que se había dormido hace poco.

Danny se apoyó en la ventana y observo el cielo nocturno. Podía ver las estrellas que nunca había visto. En su antiguo pueblo apenas se veía la Luna.

De pronto un ruido le asustó.

Era el chico desconocido, que se había despertado y había lanzado una pelota a su habitación.

Fue a cogerla pero el chico hizo una señal para que saliese fuera.

Ya que no tenía mucho que hacer se fue con la pelota en la mano aunque antes se miró en el espejo para comprobar que estaba decente.

Salió de su casa sin hacer ruido, con las llaves que le dio antes su madre, a la cual le puso un llavero con forma de flor que le regalaron sus amigos.

Cada vez que lo veía se le ponían los ojos llorosos, pero esa vez no le prestó atención.

Vió al chico fuera, que tenía una camiseta de tirantes roja y un pantalón negro.

Se acercó para entregarle la pelota y volver a su casa, pero este le señalo un pequeño asiento que tenía en el jardín y ambos se sentaron.

—Hola, perdón por lo de la pelota, pero te ví antes y me quería presentar, pero no encontré la ocasión.—Le tendió la mano mientras tenía una sonrisa en su cara que le hacia ver mucho más guapo.—Me llamó Christian, ¿y tú?

—Danny, encantado.—Dijo mientras sostenía su mano, e intentando no sonrojarse mucho tras ver su encantador rostro.

—Mañana voy al centro comercial con unos amigos, me preguntaba si querrías venir.

—No puedo, tengo que acompañar a mis hermanas al parque.—Mintió ya que pensó que sería una broma, ¿desde cuando alguien así querría juntarse con él?

—Ah bueno, pues otro día sera—Danny notó cierta pena en su rostro, pero aún así no cambió de opinión.—Ya nos veremos entonces, creo que vamos al mismo Instituto. ¡Buenas noches Danny!—Volvió a poner la sonrisa de antes, y Danny no pudo evitar mirarla, encantado.

—Oh, hasta luego entonces Christian. ¡Buenas noches a ti también!—Se puso más rojo que un tomate, pero con la oscuridad se disimuló un poco.

Danny volvió a su cuarto, y recordó que aún tenía la pelota y se golpeó la cara, pensando en lo idiota que habrá quedado.

—Tendré que verlo mañana—Susurró, la idea no lo echaba para atrás, y se metió de nuevo en la cama.

Se durmió en un par de minutos.

Mi CaballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora