Profecía

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—Bueno, no sean impacientes. Kletus puede traernos alguna bebida porfavor.

—Por supuesto, mylady.

—Por donde debería empezar su contaros...

—Por el principio creo que estaría bien, gracias.—Dijo Chris que estaba un poco alterado por la situación.

—Puede ser buena idea, sí. Nos remontamos al final de Atherix cuando los otros reinos atacaron.

—¿Eso no era un cuento?

—Sí y no. Pasó de verdad y volverá a pasar. Por eso necesitamos detener el ciclo.

—No me entero de nada.

—Yo tampoco Dann. Nos está tomando el pelo.

—Tranquilos. Dejadme explicaros la situación y todo sera mucho más sencillo. Antes dejadme recordaros la historia.

La mujer estubo explicando la historia sobretodo para Christian que nunca la escuchó.

—¿Y usted quiere que yo me crea que un castillo se elevó para que no lo destruyese una bruja?

—Te lo puedo demostrar. Este es el castillo de Atherix.

—Pues haga que vuele.

—No tengo tal poder. Pero vosotros sí.

—Lo dudo. No soy capaz ni de hacer 1 flexión voy a levantar un castillo.

—El músculo más fuerte es el corazón. Y de ahí sale la magia.

—A ver, todo suena muy surrealista. No puede hacer algo para que nos la podamos creer.

—Algo podría hacer, sí.

La anciana empezó a cruzar habitaciones hasta que llegó a una muy grande con el centro vacío.

—¿Qué queréis que haga?

—¿Puedes explotar algo con la mente o algo?

—Puedo hacer algo mejor.

La anciana empezó a hablar un idioma desconocido para ellos y de pronto sintieron como si estuvieran soñando.

Unos círculos con extraños solos estaban formándose alrededor de la mujer.

En sus manos también se estaban formando y parecían unas pulseras.

El color de estos círculos era morado.

Ella apuntaba con sus manos al centro de la habitación y en ese punto empezó a formarse una esfera morada.

Esta empezó a absorber todo a su alrededor.

Danny y Christian también se sentían absorbidos y de hecho empezaron a flotar hacia el extraño agujero.

Cuando Bianca bajó las manos el extraño agujero desapareció.

—Guau.

—No hace falta que babees, Chris.

—No me digas que no te ha sorprendido ni un poco.

—Yo no dije eso.

—Entonces, os lo creéis ya, ¿cierto?

—Un poco, sí.

—Y si queréis puedo enseñaros. Como dije, ustedes forman parte de la profecía de Atherix y necesitan formarse.

—Pero como es posible que formemos parte de eso. No le veo sentido.

—Cuando Atherix se vio enfrentado a la guerra, utilice mi poder para unir las almas de los protagonistas de aquella historia a simples objetos. Y al final parece que cada uno ha encontrado un dueño. Un elegido.

—¿Y cual de nosotros es el príncipe que dijiste antes?

—Danny, el príncipe de Atherix, el que escapó junto al castillo cuando solo era un niño.

—Te gané.

—Pero Christian también tuvo un papel muy importante. Era el Protector de Atherix. Guardián de la Corona. El caballero del príncipe. Él ayudó a elevar el castillo y a repeler el ataque de los otros reinos.

—Te salvé. Creo que gané yo.

—Como dije, necesitáis preparación. Y necesitamos encontrar a los demás participantes. Con suerte encontraremos a nuestros enemigos antes de que consigan poder y podrémos derrotarlos.

—¿Y si no tenemos suerte?

—Guerra Mundial.

—Oh, sin presiones.

—Bueno, no dije que fuese fácil.

Desde ese día, ambos tuvieron más claro su destino.

Mi CaballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora