Ya había dado un vistazo al mundo terrenal.
Tanto odio, rencor...Tanta maldad, soberbia.
Sonrió para si mismo, estaba haciéndolo bien, pronto arrastraría a todos aquellos a las entrañas de su hogar.
Era momento de regresar, así como estuvo de pie allí, viendo cada acción hecha y enfocándose más en los movimientos del cazador, que en su último intento de remediar todo comenzaba a decaer.
-Pronto, muy pronto estarás en mi dulce jardín de agonía-
Casi como una promesa suelta al aire susurró tales palabras.
Así como estuvo presente se esfumó entre la oscuridad de la noche.Ya estaba allí...
No le llevó mucho tiempo.Se veía entre la espesa niebla, las fuerzas de las tinieblas arrastraban a los pecadores a las entrañas del infierno a través de la "ciudad caída".™
¡Oh, cuan dulce es el delirio de los gritos incesantes y llanto de agonía!, así es mi gran jardín, mi diversión siempre fue el sufrimiento de los agresores, su desesperación, todo convertido en un dulce canto eterno.
Caminó por los bosques oscuros adentrándose a las ruinas de la ciudad, entrando por un túnel oscuro como esófago de Titán.
La sonrisa no se borraba del rostro, pues ahora tenía algo sumamente preciado en su poder, un alma pura que ha sido manchada y pisoteada, el más dulce néctar que deseaba devorar por toda la eternidad si así se lo permitieran.
"Él no podrá escapar de mi aunque quiera, Zero está en mis manos ahora".
El sonido de sus zapatos retumbaron por toda la fortaleza de hielo sólido y oscuro.
Ingresó por la enorme puerta y comenzó a caminar por el extenso lugar hasta estar completamente de frente de un cuarto, podía ver el enorme espacio de aquella habitación y justo en el centro se encontraba su lecho, sabanas negras caían elegantemente de la cama, y en las paredes de cristales se podía ver como oscuras hiedras trepaban y se aferraban en ellas.
Sobre su lecho se encontraba alguien en especial, alguien que hizo que aquel demonio sonriera complacido. Recostado, con sus ojos cerrados y una expresión tranquila y de lado se encontraba un chico de blanca piel y largos cabellos plateados reposando sobre las oscuras sabanas, completamente desnudo.
Se acercó despacio, una vez frente a él, se sentó en la cama y acarició suavemente esos sedosos cabellos.
-Lo que tuve que hacer para que conserves tu cuerpo después de muerto...-murmuró al mirarle con ternura. -Pero al verte aquí ahora, todo ha valido la pena- dijo en un susurro.
Había esperado tanto para lograr que la flor de Samsara hiciera el efecto adecuado para formar un nuevo cuerpo para el alma robada, y ahora estaba allí, junto a él.
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MI QUERIDA ROSA NEGRA
RandomUna rosa blanca y solitaria en medio de tanta oscuridad se manchaba de la peste del desamor y la infidelidad. Marchito por el sufrimiento que le causó la persona que más amaba a su corazón. Y ahora ya no había vuelta atrás, había tomado a Bloody Ros...