Capítulo 5 .:El manto de luz fue el refugio de su intimidad:.

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De noche, nosotros solos, en mi cuarto, en mi cama, yo sin la camisa, ella descubierta del pecho y mi entrepierna activándose... fue inevitable que el sudor y el nerviosismo volvieran a mí aprisionándome. Gwen realmente me había seducido y ahora, tenía la oportunidad de no contenerme, la oportunidad de liberarme, ya no había más barreras entre nosotros y así, tenía la oportunidad de demostrarle de que estaba hecho y que estaba hecho para ella, y ella para mí. Me detuve un momento y en cuestión de segundos tuve otra reflexión: 

Realmente ella había hecho que todo esto fuera posible, que termináramos así, juntos y preparados para entregarnos, para hacer el amor como los enamorados que éramos, ella había sido, mi novia... mi futura mujer. Este era el principio de un todo, y aunque no entendía muy bien que significaba eso quería descubrirlo junto Gwen. ¿Con ella a mi lado como podría fallar?

Mi breve momento de reflexión terminó y volví a mi realidad, solo que ahora la realidad en la que estaba era perfecta, ahora sí que la realidad superaba a la fantasía, Gwen estaba frente a mí con medio cuerpo desnudo, mirando mis pantalones y mordiéndose los labios al hacerlo. Wow, de verdad wow. Volví a suspirar tragando saliva, si ella reconoció lo que estaba pasándome o no, yo no tenían ningún problema con eso, al contrario me daba tanto gusto que reconociera lo que ocasionaba en mí, lo que me hacía sentir y desear, lo que ella era capaz de causar en mí.

A veces me bastaba con verle la cara para ponerme nervioso, solo con besarle los labios empezaba a sentir cosas, con tenerla a mi lado me volvía loco, y ahora, no solo estaba viendo su cara, no solo tenía sus labios y no solo la tenía cerca, sino que realmente estábamos ahí, hombre y mujer, para dejar de ser dos y volvernos uno. Por lo que la vergüenza y la pena dejaban de ser un estorbo entre nosotros. (Y hablando de estorbos), mi pantalón y el resto de la ropa que seguía en nuestros cuerpos sí que se habían convertido en un verdadero estorbo, por lo que yo quise quitármela y quitársela lo más pronto posible.

Ella se acercó a mí y puso sus manos en mi trasero, pegando más su pecho al mío, por lo que mis nervios se erizaron en todo mi cuerpo, haciéndome mucho más sensible a cada cosa que ella hiciera en mí, ella lo notó, vio cómo se me ponía la piel con su tacto, y luego vio el nerviosismo en mis ojos. A pesar de todo lo que había pasado no podía evitar seguir sintiéndome nervioso, se trataba de mi primera vez, se trataba de ella, se trataba de algo muy importante para los dos. 

¿Cómo dejar de estar nervioso si era la primera vez que me uniría así a alguien? Y no era con cualquiera, eso jamás, era con la indicada, por lo que la situación me ponían más nervioso, porque realmente quería darle la noche que ella merecía, la noche perfecta para Gwen Stacy. Sentí como mi rubia me apretaba el trasero y sonreía al hacerlo, eso me derritió, de por si el apretón fue bastante bueno, el complemento de verla sonreír de esa manera lo volvía doblemente mejor, estaba loco por ella, realmente loco y enamorado, era una locura de amor, no había mejor forma de definirlo.

—Que traviesa eres mi amor. —murmuré con la voz transformada, completamente gozoso de las acciones que ella tenía sobre mí, estando seguro de que ella también quería que yo fuera travieso.

—Solo contigo Peter. —me cautivó, logrando que sus mágicas palabras hicieran eco en mis oídos una y otra vez.

¡¿Podría haber otra persona tan maravillosa y perfecta como Gwen?! ¡No! Solo ella podía ser así, porque Gwen Stacy era completamente única.

—Gwen acuéstate. —pronuncié a penas, como un niño caprichoso y a la vez mostrando cierta urgencia, pidiéndoselo mostrando mi asombro ante todo lo que ella era, siendo invadido por todo lo que un momento como este era capaz de hacer, o más específicamente: de todo lo que ella podía hacerme, incluyendo robarme el habla, era increíble como de repente perdía la capacidad de hablar y de repente las palabras salían de mi por si solas.

La noche de Peter y GwenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora