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—Gracias por el helado Seulgi, un gusto conocerte Wendy —Agradeció Sunmi y estrechó su mano con la de Wendy

—No hay nada que agradecer, eres alguien muy especial e importante para mi —Confesé

—Me alegra ver que Seulgi tiene otra amiga en la cual se puede apoyar cuando yo no estoy —Wendy abrazó a Sunmi —Debo irme, y de igual manera, me dio mucho gusto conocerte Sunmi

—¿No prefieres que te lleve a casa?Puedo hacerlo, tu lo sabes —Ofrecí gustosa

—No Seulgi, Gracias, pasaré a comprar la cena para Joy y Yeri, se quedaron viendo películas —Respondió con su tono amable

—Esta bien, como tu digas, entonces... ¿Nos vamos Sunmi?

—Ah, ¡claro!—Tomó su bolso de la mesa y las tres salimos de la heladería.

Nos despedimos de Wendy y fuimos en busca de mi auto, no debía estar muy lejos

—¿La pasaste bien Sunmi?—Pregunté al estar ya dentro del auto

—Si, bastante bien, no pensé que tu y Wendy fueran amigas desde el preescolar —Contestó

—Ahora que lo pienso, si, es de sorprender y admirar que Wendy me haya aguantado desde muy temprana edad ¿No lo crees?

—Nada de eso, eres una chica muy agradable y linda, no creo realmente que Wendy en algún punto de su vida haya dudado de seguir con tu amistad
—No esperaba una respuesta como está, pero sentí muy bien al escucharlo de otra persona

—Wendy no ha cambiado mucho, siempre ha sido así, amable con todos, se preocupa mucho por mi a pesar de que ella es menor que yo por unos días —Recordé cuando estábamos en el jardín de infancia

—Y a todo esto... ¿Cómo se conocieron e hicieron amigas?—Y de nuevo, hice un pequeño viaje al pasado para rememorar ese momento

—¿Puedes creer que todo sucedió debido a un Danonino?—Pregunté

—¿Es eso posible?— Dijo con asombro

—Sí, ella llegó a donde yo estaba sentada, su padre le había comprado dos de esos yogurt y le dijo que le diera el otro a la persona con la que quisiera estar, me lo dio a mi y me pregunto si quería ser su amiga, obviamente acepté pero sólo fue por el danonino, desde ese día, ella cargaba con dos jugos—Narre sonriendo en todo momento

—Que tierno

—Es una forma muy extraña de hacer amistad

—Aún así, me gustaría tener una amistad tan linda como la de ustedes dos

—Hemos llegado señorita, está usted en casa y a salvo—Informé al aparcar afuera de su casa

—Gracias por este día Seulgi —Sonrió, se retiró el Cinto y cuando estaba por salir del auto me armé de valor, me acerqué a su rostro y sucedió...

BLUE LEMONADE || SEULRENEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora