BLUE LEMONADE || SEULRENE

~17~

—Gracias por el desayuno Seulgi, en verdad te lo agradezco mucho pero al menos hubieras dejado que yo pagara por lo míoㅡMe dice Wendy

ㅡSeulgi, ¿podrías llevarnos a casa? ㅡPregunta Yeri

ㅡClaro, suban al auto ㅡindico y me acerco a Ireneㅡ¿Quieres que también te lleve a casa o prefieres quedarte un rato más? ㅡle pregunto a mi hermosa novia

ㅡPreferiría pasar todo el fin de semana contigo ㅡresponde mientras abro la puerta para que se adentre al auto

ㅡBien chicas, pónganse el cinturón de seguridadㅡLes digo y obedecen.

Ya no había necesidad de preguntar por la dirección de Yeri, ya antes la había traído a casa. Joy decidió quedarse con Yeri en su casa, así que solo quedábamos Wendy, Irene y yo hasta que...

ㅡSeulgi, si no te molesta, llévame a mi casa, debo terminar unos pendientes de la escuelaㅡWendy me informa y tomo rumbo a su casa que también ya conocía la dirección.

ㅡBien, solo quedamos nosotras dos, ¿Que le gustaría hacer a mi bella novia? ㅡPregunto para verla directamente a esos ojos marrones que me encantan

ㅡIr a dar un paseo estaría bien ㅡme dice y creo tener ya una idea de donde podríamos ir.

ㅡ¿Porque no alistas algo de ropa? Es sábado, así que, si no te molesta... Pasaremos el fin de semana juntas y ya pensé en una sorpresa que te daré, así que vamos a tu casa a que empaques algo de ropa–Digo encendiendo el auto y escuchando las indicaciones que me da Irene para llegar a su casa

–¿Al menos me puedes adelantar porque debo empacar ropa? –Pregunta poniendo su mirada sobre mi

–Ya te dije, es sorpresa, solo espero que te guste–Digo volteando mi mirada hacia a ella y después al camino

–¿Saldremos de viaje o algo así?–pregunta curiosa

–No te diré Irene, de lo contrario dejaría de ser sorpresa–Digo y me hace una seña diciendo que hemos llegado

Decido esperarla en el auto mientras ella va por una pequeña mochila, yo no necesitaba ir por ropa puesto que en mi auto siempre cargaba con ella, para cualquier situación que se me presentara y eso.

–Bien, ahora te vendaré los ojos ¿de acuerdo? –Pregunto y ella asiente

Procuré hacerle platica a Irene para que dejara de preguntar por el lugar al que nos dirigíamos, la carretera estaba despejada y tranquila, la luz del sol hacia que los árboles brillaran, pasamos por un lago el cual Irene no pudo ver porque le había vendado los ojos, eso me indicaba que estábamos por llegar.

–Hemos llegado, ahora te quitaré la venda de los ojos–le informo para acercarme a ella

–Me sentí secuestrada sabes, pero el saber que estaba siendo secuestrada por ti me relajó un poco–Me dice entre risas

–Bien, a la cuenta de tres veras en donde estamos.... Una... Dos... Tres–Retiro la venda de sus ojos y pude notar asombro en ellos, creo que no se lo esperaba.