diario de dos hámsters malhablados ─ kookmin

three

Jimin

Ya no sé si mi dueña es estúpida o se hace.

Quizás ambas.

¡Porque se tiene que ser imbécila hasta el orto para dejarme caer!

Me reventé la nariz y todo.

Me voy a desangrar.

Y a morir.

A morir y luego a desangrar.

Debo admitir que estoy en un estado de shock. ¡Es que es subnormal ésta tipa! Y encima me pregunta si estoy bien. ¡¿Te parezco que estoy bien, hija de tu puta madre?!

Y no, no me voy a dejar chantajear con los arándanos. Digo, estoy re ofendido, pero los acepto. Ofendidamente.

¡Incluso se puso a llorar! ¿Debería llorar yo también? ¡¿Eso significa que me voy a morir?!

No, já. No me puedo morir. Viviré diez años y me libraré de las garras de JungKook.

Quizás de manos de mantequilla también.

Los humanos no viven mucho, ¿cierto? Un par de años más que nosotros, seguro. Pero no creo que mucho. Son bien estúpidos y maricas como para sobrevivir por mucho tiempo sin cagarla.

Admito que a pesar del madrazo que me llevé en la cara, mi dueña me está recompensando bastante bien. Me dio brócoli, arándanos, fresas y almendras. ¿Es eso una nuez?, ¡y lechuga!

Lamentablemente, JungKook aprovechó para robarme comida. Lo odié mucho por eso porque fui yo quien cayó de cara al piso cómo una plasta de mierda, no él. Incluso mi dueña le dijo que era un descarado por hacer eso.

Debería dejarlo caer a él también para que se merezca lo que se robó.

Aun así, terminé perdonándolo rápidamente aunque no se lo dije.

¿El motivo? ¡Se veía muy lindo comiendo! Pero ojo, jamás dije eso ¿ok? Ok.

Sólo seguiré comiendo mientras disimulo mirarlo.

Lo odio tanto, agh.

{ ღ}

Sí, eso en verdad pasó.

En ese momento, pensé que Momo se me iba a morir, ya saben, por lo delicados que son los hámsters. Pero alegremente él como que es de hierro y sigue vivito y coleando.