Como animales

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A veces deberíamos ser como los animales tan fieles y leales y amar incondicionalmente, ello de una forma fehaciente imposible de dudar. Son felices con lo poco o mucho que le das, crecen y con ellos nos hacen jugar aunque también de vez en cuando enojar. Somos lo único que tienen y algunos humanos crueles los abandonan sin piedad, pero a pesar de todo en su corazón no hay sitio para el rencor, esperan como espera la flor que quiere ser regada para poder crecer fuerte y sana. En ellos no existe un ápice de maldad y hasta nos son capaces de curar cuando atravesamos cualquier adversidad, convirtiéndose en un gran apoyo. Nos producen una sonrisa y nos gusta admirar su nobleza, tienen un instinto incontrolable que los hace adorables, pues luchan contra cualquiera si fuera necesario para defender a su humano. Tienen ese brillo en los ojos que suele faltarnos a nosotros, considerados como bestias o como nuestros mejores amigos, quien tiene consigo un animal ya tiene el tesoro más grande que pudiera imaginar.

Los versos que no escribíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora