Habitación 115

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Cogí las llaves de la habitación como si cuando cerrara la puerta tras de mí fuera a comerme el mundo y ya viste que absurdo porque nada es como crees, como imaginas o planeas. Buscaba en vano cubrirme de nuevas experiencias que pudiera recordar una vida entera y aunque así fuera el precio al principio me pareció bastante alto. Tomé lo poco o mucho que tenía y tracé un nuevo rumbo con camino de retorno, sabiendo que era efímero y con ganas de volver. Vi crecer uno a uno los obstáculos, pero también vi como los superaba porque si algo me ha sobrado siempre han sido las ganas. Un poco perdida y sin encontrar un sentido como un barco a la deriva que esperaba ser dirigido me hallé tumbada sobre la cama de aquella habitación y sonrosada recordando aquello que solía hacer en casa, como en los viejos y buenos tiempos. Desde un lugar bien diferente me despido sabiendo que no será para siempre.

Los versos que no escribíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora