La calma es aquello que llega cuando pasa la tormenta, o eso dicen, aunque a veces siento que se contradicen. No debería haber ningún chaparrón que nos nublara ni ninguna lluvia que amainara. La calma es buena, pero también es pasajera, llega sin prisa hasta que la cosa se acelera. No debería pedir paso porque ella todo lo reina cuando hay equilibrio, pero se va sin dejarnos ningún alivio. Es traicionera y deja pasar las ilusiones, aunque en ocasiones no quiera, ella es el arte que envenena la inconstancia al igual que el deseo y quien destruye aquello que no está consolidado porque sin haberlo planeado ahí estamos combatiendo en su guerra y sabiendo que es veterana, de la vieja escuela y que de perder no tiene ganas. Ni culpa tuya ni culpa mía, quizá del tiempo y la desgana, de dejar pasar una a una las margaritas que en el suelo estaban tiradas y de intentar recalentar un agua que fría ya estaba. Sin prisa y con pausa hoy ruego por mi causa.
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Los versos que no escribí
PoesiaPoemario que no te dejará indiferente. ¿Querías leer un poema de amor, de desamor, quizá uno más filosófico? espero encuentres aquí aquello que andabas buscando porque la poesía es un bálsamo que nos cura a todos y ese algo en lo que todos podemos s...